El crecimiento en el tráfico de pasajeros y de mercancías por el Corredor Bioceánico tuvo un impacto directo sobre Uspallata, el mayor centro poblacional y de servicios ubicado antes del cruce internacional. La localidad pasó de tener 3000 a 9000 habitantes, registró una explosión urbana desordenada, sin intervención municipal ni provincial, lo que provocó deficiencias en los servicios sanitarios y en el tratamiento de los residuos.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio “Impactos socioeconómicos y ambientales del aumento de la circulación fronteriza en la ciudad de Uspallata”, realizado por las investigadoras Gloria Leticia Zamorano, María Belén González, Silvana Mónica Saltaleggio, Sonia Wilde, Ana Carolina Beceyro y el investigador Jonathan Charrón, del Instituto de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO.

El objeto de estudio del equipo fue Uspallata, la ciudad lasherina de mayor rango en el corredor, ya que posee el primer puesto de control fronterizo entre los puertos secos de Mendoza, en Argentina y Los Andes, en Chile. La consideraron un lugar de paso, que brinda servicios a los pasajeros de todo tipo de vehículos (particulares y de carga) durante todo el año.
 

Explosión urbana

La pregunta que se hizo el grupo de investigación fue cómo impactó en esa localidad el crecimiento sostenido del tráfico de pasajeros y mercancías que se registra desde hace diez años –y que sigue en aumento– en el corredor bioceánico. Para contestar ese cuestionamiento, analizaron distintas variables sociales y económicas y realizaron entrevistas a pobladores de la zona.

Una de las conclusiones del trabajo fue que el índice de crecimiento demográfico es de 148,14 %, de acuerdo a la variación entre los censos de 2001 y 2010. La localidad pasó de tener 3437 habitantes a 9654, es decir que casi se triplicó, lo que superó ampliamente el crecimiento promedio anual que registró todo el departamento de Las Heras (el 11,2 %) e incluso la Provincia (el 9,4 %).

La investigación concluyó que la localidad registró un crecimiento urbano desordenado, no planificado, sin intervención municipal ni provincial, con cambios en el uso del suelo y sin criterios de ordenamiento territorial. A su vez, la infraestructura y los servicios no crecieron al mismo ritmo, especialmente en lo que se refiere a la salud y al tratamiento de los residuos sólidos urbanos. Destacaron que las falencias en infraestructura y servicios no sólo afectan a los habitantes permanentes de Uspallata, sino a las miles de personas que pasan a diario por sus calles, camino al paso internacional.

Sin embargo, también hay aspectos positivos del crecimiento: el proceso de diversificación económica, la expansión del turismo, especialmente el incremento de las plazas disponibles para los visitantes, de la actividad comercial y la consiguiente necesidad de mano de obra, así como el desarrollo de la oferta educativa secundaria y terciaria. Por el otro lado, advirtieron una retracción de la actividad agrícola (horticultura), ya que muchos loteos se fraccionaron y vendieron para construir nuevos emplazamientos turísticos.