El movimiento estudiantil chileno volvió a copar las calles

Santiago y otras importantes ciudades de Chile fueron colmadas por miles de estudiantes quienes, junto a otras organizaciones sociales, reclamaron por un nuevo modelo educativo y pidieron compromiso a los candidatos presidenciales de noviembre.

El movimiento estudiantil chileno volvió a copar las calles

Protesta de estudiantes en Chile

Internacionales

Unidiversidad

Alejandro Rotta

Publicado el 12 DE ABRIL DE 2013

El movimiento estudiantil chileno realizó la primera movilización nacional del año, con la presencia de cientos de miles de personas que marcharon en distintos puntos del país bajo las demandas de fin del lucro en la educación, un cambio estructural de la enseñanza en su conjunto y no más cierres de escuelas y liceos públicos, entre otras reivindicaciones.

Al respecto, Maité Paredes, vocero de la Coordinadora Nacional de estudiantes secundarios de Chile, en diálogo con Radio Nacional, expresó que las demandas “son las mismas que hemos planteado desde hace muchos años y, pese a las grandes movilizaciones, todavía se sigue persiguiendo a compañeros por organizarse, se siguen cobrando aranceles usurarios en las universidades de Chile, se siguen poniendo reformas parche en un sistema que ya no aguanta, se están cerrando colegios públicos, con un deterioro de la educación pública chilena que en este momento está en un treinta por ciento del total, contra el setenta por ciento de hegemonía dentro del territorio que tiene la educación privada. Esto está en contra de todo lo que queremos, porque en la educación pública es donde convergen todos los sectores sociales, es ahí donde se realiza una sala de clases diversificada, donde se produce un punto de trascendencia para la generación de ciudadanos comprometidos. No es posible que la educación chilena hoy quede en manos de quienes tienen dinero para pagar una mensualidad”.

La convocatoria surgió desde la Confederación de Estudiantes de Chile, la Coordinadora de Estudiantes Secundarios, el Colegio de Profesores, la Central Unitaria de Trabajadores y otras organizaciones sociales.

En Santiago, la actividad comenzó en Plaza Italia y se desplazó por la Alameda, Mac-Iver y Costanera Norte, para finalizar en un acto cultural en Estación Mapocho.

El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Andrés Fielbaum, realizó un balance positivo de la convocatoria y aseguró que esto demuestra la fuerza que retomó el movimiento estudiantil. Además, defendió: “Cuando nosotros decimos ‘educación gratuita para todos’  es porque entendemos que la educación es un derecho y los derechos son para todos o no son derechos”.

Fielbaum lanzó además una dura crítica a los candidatos presidenciales y parlamentarios que, a su juicio, se aprovechan de las consignas de los estudiantes con fines políticos. “Estamos recién en abril y ya comenzamos a ver una ‘presidencialización’ de la discusión en esta materia. Lo peor de todo es que toman nuestras demandas, las cambian y le dan cualquier significado. Se refieren al fin del lucro, pero lo hacen subsidiando con fondos públicos, toman la idea de gratuidad y la transforman  en gratuidad solo para algunos. El movimiento estudiantil no va a permitir que sus demandas sean modificadas y que sus demandas sean manoseadas”.

Al respecto, Maité Paredes sostuvo: “Como movimiento estudiantil, es necesario seguir movilizados. Este año es importantísimo para Chile porque tiene elecciones presidenciales, y nosotros entendemos que los candidatos deben dar respuestas a las demandas, no solo de los estudiantes, sino a las de todos los movimientos sociales que surgen por las malas políticas llevadas adelante. Sabemos que, como movimiento estudiantil, debemos jugar un rol protagónico, obviamente sin perder la autonomía”.


Las causas de la decadencia

Según el periodista Roberto Bravo, el sistema universitario en Chile ha transitado en los últimos casi 50 años desde un modelo donde el Estado colocaba los recursos y el mercado no gravitaba en su funcionamiento, a uno donde se pone la mira en el mercado; se compite por recursos financieros, docentes y estudiantes, en una oferta de amplia cobertura y variada calidad. En el sistema coexisten instituciones públicas anacrónicas junto a privadas poco controladas por el fisco y con escasas rendiciones de cuentas.  El nivel de mercantilización es tal, que el sector moviliza anualmente casi US$ 5.000 millones y participan en él más de un centenar de instituciones.

Por distintas razones, este sistema, así instalado, ha dado señales de agotamiento y, por sobre todo, de pérdida de legitimidad. Aunque desde el estado se piensa en “soluciones parche”, como la Superintendencia de Educación y la Agencia de Calidad, no se trabaja sobre el fondo del problema, con lo cual se corre el riesgo de aumentar la ya abultada burocracia.

Consultado sobre las causas que llevan a el estado actual de la educación chilena, el vocero de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios explicó: “La privatización de la educación chilena proviene de las políticas impuestas en el gobierno dictatorial de Pinochet, por lo que nosotros decimos que es una herencia de la dictadura este sistema educacional segregado, usurero, en el que por los créditos que te brinda el Estado terminan embargándote las casas, aunque también creemos que es consecuencia de los gobiernos posteriores de la Concertación, que agudizaron y profundizaron el sistema”.

Los estudiantes chilenos vuelven a las calles, y siguen expectantes el proceso electoral que se lleva a cabo en el vecino país. La visibilización del problema es uno de los puntos más altos que ha logrado el movimiento. Detalla Maité Paredes: “Al principio, esta era bastante escasa, pero, debido a que hemos sacado más de un millón de personas a la calle, es que ahora ya no pueden seguir ocultando las reivindicaciones de los estudiantes, que tienen un apoyo de más del ochenta por ciento de la ciudadanía, y a pesar de las cuales todavía desde el gobierno no se hace una reforma completa acorde a lo pedido por el movimiento, sino que se sigue trabajando basándose en políticas que se discuten entre cuatro paredes dentro del Ministerio de Educación y entre los muros ideológicamente cerrados de la Moneda”. 

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