En Helga, todas las mujeres

En el Día internacional de la Mujer, la Dirección de Derechos Humanos de Las Heras homenajeó a Helga Markstein de Tenenbaum con la distinción de “Ciudadana Ilustre” de ese departamento. El premio corona una larga historia de valor y compromiso que incluye la lucha por la verdad, memoria y justicia luego de la desaparición de su hija Gisela Tenembaum.

En Helga, todas las mujeres

Fotos: Axel Lloret.

Identidad y Género

Unidiversidad

Penélope Moro

Publicado el 09 DE MARZO DE 2013

“Por medio de de este reconocimiento a Helga, destacamos la lucha de todas las mujeres”, expresó Rosi Muñoz, secretaria de Derechos Humanos de Las Heras, apenas se inició el homenaje. Es que Helga Markstein de Tenenbaum cuenta con una historia de vida en la que muchas mujeres se encuentran. Búsqueda, dolor, alegría, desarraigo, amor, vocación, solidaridad y valor son apenas algunos de los cristales de la historia de esta mujer en los que suelen reflejarse las demás.

Médica de profesión, brindó sus servicios en el hospital Emilio Civit hasta que, en 1976, la dictadura genocida la cesanteó. Luego de ese duro golpe, que el mismo Intendente Rubén Miranda recordó en el acto, comenzó a trabajar para una obra social y abrió plenamente sus saberes médicos a la comunidad lasherina en cuanto eran requeridos.  A esa altura Helga, ya portaba una larga experiencia de desarraigos y resistencia.


Originaria de Austria, había llegado de niña a la Argentina en 1946, tras una breve estadía en Bolivia. Sus padres huían del tormento del Holocausto que por esos años arrasaba con la población judía en Europa. La primera parte de su vida en el país tuvo lugar en Buenos Aires. Allí, por identidad y compromiso, se vinculó con exiliados europeos que realizaban actividades políticas y culturales en solidaridad con las víctimas de la Segunda Guerra.

Junto a su compañero de vida, Guillermo Tenenbaum, decidieron viajar a Mendoza para realizar la carrera de medicina, y fue aquí donde la pareja construyó su mundo: la familia, la profesión, la continuidad de su compromiso social y –algo que su hija Heidi pide destacar en la nota– la consolidación de la pareja. “Una historia de amor única”, se apuró en detallar, para luego lamentarse de que su padre ya no esté presente para “acompañar a su esposa en este reconocimiento que nos llena de orgullo”.

“Siempre con una sonrisa, siempre alegre y dispuesta. Hasta es gracioso para la familia esto de que siempre esté de buen humor, mirando hacia adelante”, así es como la hija de Helga la describe. Es que los horrores no lograron aplacar a esta mujer que en 1977 pierde el rastro de su hija Gisela, víctima de desaparición forzada bajo el terrorismo de Estado.

La joven era una militante de Montoneros de 21 años de edad, reconocida por su lucha en la búsqueda de justicia social desde sus años de estudiante secundaria. Según reconstruye el blog periodístico Juicios Mendoza, se presume que el 4 de abril de ese año la chica fue alcanzada en un operativo de fuerzas conjuntas, pues desde esa fecha no se ha sabido más de ella.

Días después, los compañeros con los que se refugiaba en una casa en Godoy Cruz, Ana María Morales y Juan José Galamba, fueron víctimas de un nuevo  operativo en el que acribillaron a la joven, mientras que el muchacho logró escapar.

Meses más tarde, Helga y Guillermo acogieron a Juan José en su casa, a sabiendas de que era perseguido y de que su vida corría peligro. Luego de un tiempo el joven abandonó el domicilio de la pareja y sufrió el mismo destino que Gisela: aún permanece desaparecido. 

La búsqueda de Gisela que comandó su madre no tiene fin, “aún está atenta a conseguir algunas pistas”, cuenta Heidi. Helga se unió durante un tiempo a la lucha de Madres de Plaza de Mayo, y así se la vio reclamando la aparición con vida de su hija en cada ronda caminada alrededor de la Plaza de Las Heras. 

Ni consuelo ni premio. Reconocimiento por tanta valentía y compromiso, fue el motivo de la distinción de “Ciudadana Ilustre” que la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Las Heras decidió “por unanimidad” otorgarle en el “Día Internacional de la Mujer” a Helga Markstein de Tenenbaum, por su “ejemplar aporte social” a lo largo de su historia.

Heidi disfruta del homenaje del que se ha hecho meritoria su madre, pero reconoce que más allá del modelo o el reflejo que pueda significar la historia de Helga para el resto de las mujeres , “el gran ejemplo que me deja es como mamá, yo no puedo verlo desde otro lugar, que se haya podido armar pese a las situaciones duras que le pasaron en la vida”. Quizá lo mismo, pero con palabras de hija.

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