Hacia el triunvirato: la historia de la CGT

La Confederación General del Trabajo volverá a ser una sola. Con un triunvirato de secretarios generales que conducirá sus destinos en una primera etapa se cierra el ciclo de las tres CGT.

Hacia el triunvirato: la historia de la CGT

La clásica cúpula del edificio de la central obrera en Buenos Aires. Foto publicada por modernabuenosaires.org.

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Triunvirato en la CGT

Unidiversidad

Unidiversidad / Fuente: Infogremiales

Publicado el 22 DE AGOSTO DE 2016

La central obrera fue fundada el 27 de septiembre de 1930, a poco del golpe militar que desalojó al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, la primera de las veces que las Fuerzas Armadas tomarían el poder a la fuerza, lo que dejaría a la Argentina un desgarrador saldo de detenidos, torturados, asesinados y desaparecidos.

Los primeros pasos de la central fueron impulsados por gremialistas socialistas, comunistas y combativos. Su primer secretario general fue Luis Cerrutti y, según un primer padrón de la época, la CGT representaba a casi 130 mil trabajadores.

No obstante, recién comenzó a funcionar orgánicamente como central obrera tiempo después, para empezar un recorrido de más de 80 años. En cualquier caso, la central que nuclea hoy a la casi totalidad de los sindicatos en la Argentina varias veces se partió en dos y hasta en tres.

Ocurrió en 1935 cuando, a causa de la división, nació la CGT Independencia, de socialistas y comunistas, y la CGT Catamarca, que nucleaba a los más combativos. Tras un período de acercamientos y alejamientos, en 1942 volvieron a diferenciarse y surgieron dos centrales.

Ambas CGT tienen en su ADN al socialismo: una de ellas, dirigida por José Domenech y la otra, por el municipal Francisco Pérez Leirós. Este último contaba además con los gremios comunistas de la construcción y la carne, y con la Confederación General de Empleados de Comercio, conducida entonces por un dirigente que cobraría gran relevancia en los años del peronismo: Ángel Borlenghi.

Los socialistas dominaron mayoritariamente el espectro sindical desde la fundación de la CGT, pero con la llegada del general Juan Domingo Perón a la Secretaría de Trabajo y Previsión, los gremios se encolumnaron tras el hombre que comenzó a dignificar a los trabajadores al otorgarles conquistas que antes no tenían. El sindicalismo y los trabajadores gozaron por más de 10 años de una serie de reivindicaciones y beneficios que perduraron en el tiempo, hasta la dictadura implementada por la denominada Revolución Libertadora a partir de 1955.

Durante esos 10 años fueron secretarios generales los dirigentes Silverio Pontieri (Unión Ferroviaria, 1945-1946); Luis Gay (Telefónicos, 1946-1947); José Espejo (Alimentación,1947-1952); Eduardo Vuetich (Farmacia, 1952-1955) y la primera expresión de un triunvirato: Andrés Framini (Textiles), Luis Natalini (Luz y Fuerza) y Dante Viel (UPCN, 1955).

El sangriento golpe de 1955 intervino militarmente los sindicatos y la CGT, asumiendo el control el capitán Alberto Patrón Laplacette durante el trienio 1955-1958. Con el retorno de las elecciones y proscripto el peronismo, asumió la presidencia Arturo Frondizi, quien designó como interventor civil en la central obrera a Osvaldo Tercuare.

En el período 1961-1963 se hizo cargo de la CGT una dirección provisional integrada por Andrés Framini, Augusto Vandor; José Alonso; Juan Rachini; Arturo Stafolani, Héctor Riego Ribas; Manuel Carullas y Francisco Pérez Leirós, pero homogeneizado por el metalúrgico Augusto Timoteo “El Lobo” Vandor. Con Vandor en las 62 Organizaciones (brazo político del sindicalismo peronista), fueron titulares de la CGT José Alonso (Vestido, 1963-1965), Fernando Donaires (Papeleros, 1965-1966) y Francisco Prado (Luz y Fuerza, 1966-1968).

Durante 1968 se produjo una nueva división de la que resultaron dos centrales obreras: la CGT Azopardo, a cargo del molinero Vicente Roqué, y la CGT de los Argentinos, liderada por el gremialista gráfico combativo Raimundo Ongaro, fallecido a principios de agosto de este año. En 1970 se convirtió en titular de la CGT Azopardo el metalúrgico José Ignacio Rucci, hasta su asesinato el 25 de septiembre de 1973, con lo que comenzó un nuevo período de cortos mandatos: Adelino Romero (Textiles, 1973-1974) falleció en el cargo y fue reemplazado temporalmente por Raúl Ravitti.

A este último dirigente de la Unión Ferroviaria lo reemplazó Segundo Bienvenido Palma, de la Uocra (1974-75), quien también renunció al cargo por razones de salud. Terminó asumiendo el textil Casildo Herreras, a quien la dictadura instaurada el 24 de marzo de 1976 encontró en Uruguay.

Con la llegada del golpe militar de marzo del 76, la Junta Militar integrada por los genocidas Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti entre otros atropellos disolvió la CGT, que fue intervenida militarmente entre 1976 y 1980. Durante la sangrienta dictadura que causó miles de muertos y desaparecidos, la primera huelga la propició el 27 de abril de 1979 la Comisión Nacional de los 25, cuyos principales referentes eran Saúl Ubaldini (cerveceros); José Rodríguez (Smata); Ricardo Pérez (Camioneros); Osvaldo Borda (Caucho); Roberto Digón (Tabaco); Miguel Gazzera (fideeros), José Pedraza (ferroviarios), Ricardo de Luca (navales) y Roberto García (taxistas), entre otros.

El 30 de marzo de 1982 –tres días antes del intento militar para recuperar las Islas Mavinas– se llevó a cabo una gigantesca movilización político-sindical a la Plaza de Mayo contra el gobierno de Leopoldo Fortunato Galtieri, que fue duramente reprimida, con cientos de detenidos. Tras la derrota militar en Malvinas se fortaleció la oposición sindical, pero volvió a aparecer la división y quedaron formalizadas dos CGT: Brasil (por la calle donde funcionaba) y la CGT Comisión Nacional del Trabajo, encabezada por Jorge Triaca (Plásticos), que representaba al sector “dialoguista”.

Con el regreso de la democracia en 1984 y Raúl Alfonsín en la presidencia, ante el intento gubernamental de modificar la legislación sindical –iniciativa que se frustra en el Senado–, las relaciones con la CGT, encabezada por Ubaldini, fueron de permanente conflicto, al punto tal que el gobierno radical sufrió 13 paros nacionales.

Con la llegada en 1989 de Carlos Menem al Gobierno comenzó un proceso para desgastar la figura de Ubaldini. Se realizó un Congreso de la CGT para renovar a la conducción y se presentaron dos listas: una encabezada por el cervecero y otra, por el mercantil Guerino Andreoni, que volvieron a dejar partida a la CGT.

Tres años después se llevó a cabo un Congreso Unificador que determinó la elección de un quinteto de secretarios generales al frente de la CGT, compuesto por Oscar Lescano (Luz y Fuerza); José Rodríguez (Smata); José Pedraza (Unión Ferroviaria), Aníbal Martínez (UOM) y Ramón Baldassini (Correos). Posteriormente fueron titulares de la CGT Naldo Brunelli (1993-1994); Antonio Cassia (Petroleros), Gerardo Martínez (Uocra) y Rodolfo Daer (Alimentación). En esa época, Hugo Moyano y el colectivero Juan Manuel Palacios se escindieron de la CGT y formaron el Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA).

En 2002 se hizo cargo de la CGT un triunvirato integrado por Moyano, Susana Rueda (Sanidad) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), pero a partir de 2003 quedó a cargo Moyano hasta 2008. Con la muerte de Néstor Kirchner y la llegada de Cristina Fernández a la presidencia, en el período 2012-2016 se dividieron por triplicado: CGT Alsina, encabezada por Antonio Caló (kirchneristas); Azopardo con Moyano (enfrentado a Cristina) y la Azul y Blanca con Luis Barrionuevo, quien luego coincidiría varias veces con el líder camionero.

Hoy comenzará un nuevo capítulo en la CGT, con un gobierno no peronista (el de Mauricio Macri), después de quince años de permanencia en el poder. Una preocupante situación económica y social que enfrentar, sumado a las demandas de las corrientes que no participarán de la reunificación, que vienen clamando por medidas de acción directa, da cuenta del desafío.