Las iglesias evangélicas atraen a cada vez más católicos

Qué piensan referentes del evangelicanismo y cuál es la explicación del éxodo de creyentes de una religión a otra. Contención, cebos económicos y una deidad más próxima.

Las iglesias evangélicas atraen a cada vez más católicos

Las manos levantadas, una postal típica de un "culto" evangélico (Foto: Ariella Pientro / Unidiversidad).

Sociedad

Unidiversidad

Mariano Rivas

Publicado el 19 DE ABRIL DE 2019

Las distintas denominaciones de las iglesias evangélicas son muy diferentes entre sí: están las “históricas”, que agrupan a bautistas, metodistas, luteranos, anglicanos y reformados; y las más nuevas, llamadas pentecostales y neopentecostales, que son vistas con recelo por parte de la comunidad cristiana, pero que son cada vez más masivas. Independientemente de su origen, estas últimas captan a cada vez más fieles y hasta han logrado que estos migren desde la Iglesia Católica, según un estudio sobre la religión en el país.

El dato: de acuerdo a un informe sobre religión en Latinoamérica elaborado por el Centro de Investigaciones Pew en 2014, el 15 % de la población argentina se identifica como “protestante”, que viene a ser sinónimo de evangélico. Es decir, aquel cristiano que asiste a una iglesia con raíces en la Reforma Protestante, el movimiento liderado hace cinco siglos por el sacerdote Martín Lutero que provocó una escisión en el cristianismo y el surgimiento de iglesias que no reconocían la autoridad papal y otros dogmas del catolicismo.

Además, en ese estudio el 55 % de los evangélicos argentinos dijeron haber sido criados en la Iglesia Católica. Este fenómeno de “migración” se ve reflejado en las numerosas pequeñas iglesias que pueblan los barrios, la mayoría de identificación pentecostal y neopentecostal, y algunas “sin denominación” pero que siguen la doctrina pentecostal. De hecho, según el estudio citado, en Latinoamérica 6 de cada 10 evangélicos son pentecostales. ¿Por qué se da este éxodo? Unidiversidad lo consultó con dos referentes de ramas distintas del evangelicanismo en Mendoza y con un sociólogo especialista en la materia, y estas fueron las respuestas.

Foto: Ariella Pientro / Unidiversidad.

Un milagro económico al alcance de quien lo pida

Recurriendo a una gran simplificación, el neopentecostalismo es una versión nueva y más “extrema” del pentecostalismo. Sus límites no están tan marcados. Dentro del de por sí heterogéneo escenario evangélico, estas dos ramas lo son todavía más: la mayoría de sus fieles asisten a iglesias pequeñas, conformadas por decenas de miembros, totalmente autónomas, y lideradas por pastores que concentran todo el poder. Efectivamente existen grandes iglesias con sedes lujosas y con abundantes recursos (como el caso de la Iglesia Universal del Reino de Dios, o Hillsong Church, con sedes en todo el mundo) pero, a pesar de ser las más famosas, no representan a la mayoría.

Para el pastor Manuel Olalla, de la Iglesia Bautista del Centro, “hay mucha conversión del catolicismo al evangelicanismo”, y centró este análisis en el movimiento neopentecostal. Olalla opinó que la razón de su apogeo está en la “teología de la prosperidad”. Se trata, según explicó, de una creencia surgida a mediados del siglo XX que sostiene que el crecimiento económico es posible siguiendo un método, y que es Dios quien dio esa fórmula.

El micrófono y la atención de los fieles en manos del senador pastor Héctor Bonarrico, en la Iglesia Cruz y Gracia, en Godoy Cruz (Foto: Ariella Pientro / Unidiversidad).

En medio de la crisis y de la pobreza, consecuencia de las políticas neoliberales de la década de 1990 -siguió Olalla- estas ideas cobraron relevancia en Argentina y son parte importante de la fe pentecostal y el gran caballito de batalla de las iglesias neopentecostales.

Su táctica es “captar el interés para que se forme una comunidad dependiente de milagros”, criticó Olalla, y diferenció esa enseñanza de la que ofrecen las iglesias “históricas”, menos “linda para los oídos”, pero más apegada a las enseñanzas de la Biblia, según el religioso.

La hora de las ofrendas (Foto: Ariella Pientro / Unidiversidad).

La contención emocional

Fortunato Mallimaci es un sociólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que se especializa en temas religiosos. El investigador, que habló con este medio, subrayó la heterogeneidad de los movimientos evangélicos y matizó el argumento de la prosperidad económica del pastor Olalla: “¿Quién no quiere progresar?”, preguntó de forma retórica.

Para Mallinaci también influye, y con más peso, la necesidad del creyente de recomponer sus relaciones familiares y la asistencia que prometen los pastores y toda la comunidad que integra las iglesias evangélicas. “Para ellos tiene un valor enorme el hecho de tener una familia, hijos que no se drogan, y un ambiente respetuoso en general. No es simplemente el factor plata”. Sumado a eso, problemas de salud, de angustia y existenciales son otras motivaciones que enumeró el sociólogo para acercarse al evangelicanismo.

El investigador puntualizó que la gran mayoría de los fieles católicos que se van de la institución son “no activos”; es decir, que son aquellas personas que no suelen asistir a las misas y al resto de actividades eclesiásticas.

Estas personas, explicó Mallimaci, “tienen sus propias creencias, sus propias maneras de comprender la fe, y buscan otros espacios que los contengan, muchas veces con mayor dinamismo, con mayor afecto, con mayor emocionalidad. La Iglesia Católica o se los brinda muy poco o ellas creen no encontrar lo que necesitan en sus instancias oficiales”.

Foto: Ariella Pientro / Unidiversidad.

 

Una cuestión de cercanía

Allí es donde se observa, diferencias teológicas aparte, lo que más distingue a las iglesias evangélicas de las católicas: el jactarse de brindar una relación Dios-creyente más directa. En ese tono se expresó Héctor Bonarrico, senador provincial y pastor. El funcionario manifestó que el motivo que aleja a las personas de la Iglesia Católica, a la que calificó de “hermana lejana”, es la poca cercanía que tienen los referentes con los fieles. “El trabajo pastoral -que implica una relación de interlocución con la gente, tanto en la necesidad como en sus afecciones y angustias- es lo que ha hecho que la iglesia evangélica crezca”, sostuvo Bonarrico.

En este sentido, Mallimaci coincidió con Bonarrico y sostuvo que las iglesias evangélicas son, sobre todo, “iglesias de proximidad". "Usted sale y va a encontrar una muy cerca de donde vive", dijo el sociólogo.

“La mediación entre ‘Cristo y uno’ tiende a desaparecer hasta que después vuelve con el pastor y el pequeño grupo —señaló el sociólogo—. En cambio, en la Iglesia Católica está mediada desde el comienzo por el Papa, los obispos y los curas”.

El problema, concluyó Mallimaci, es que si bien la relación que se establece es muy fuerte, también lo es el desencanto "cuando no se encuentran las respuestas que se estaban buscando”.

Foto: Ariella Pientro / Unidiversidad.

 

La iglesia “moderna”

Bonarrico se identificó como “pentecostal” y reivindicó ante Unidiversidad lo dicho por Olalla sobre la centralidad de la enseñanza que imparten acerca de la prosperidad económica. Las críticas del pastor bautista a la teología pentecostal, dijo Bonarrico, son “porque le falta conocimiento de la Biblia”.

Además, Bonarrico señaló otra causa: las iglesias como la suya han “modernizado” sus costumbres. “Por ejemplo, antes para entrar en una iglesia tenías que ir vestido en una forma específica. Hoy no es así”. Esa apertura fue la que posibilitó que más gente se vaya sumando, sostuvo el pastor.

La antropología de la religión en transformación / Fortunato Mallimacci

El experto analiza la ponencia del antropólogo mexicano Carlos Garma Navarro, en la jornada sobre "Alternativas Religiosas en América Latina", que se realizó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO. Mirá el video.

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