Mendoza debe renovar más del 70 % de su arbolado

Según datos relevados por científicos locales, la provincia cuenta con una población de especies envejecida que superó con creces los estándares de sustentabilidad internacionales. La doctora Claudia Martínez, perteneciente al Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía (Inahe), del CCT Conicet Mendoza, cuenta qué se está haciendo al respecto.

Mendoza debe renovar más del 70 % de su arbolado

Foto: Axel Lloret

Sociedad

#13 - Raíces

Edición U

Paola Alé

Publicado el 14 DE AGOSTO DE 2016

“Muchos jóvenes piensan que vivimos en un bosque. Tienen que ir más allá del aeropuerto para darse cuenta de
que nosotros vivimos en un desierto”, afirma Claudia Martínez, ingeniera agrónoma e investigadora del CCT
Conicet Mendoza, una estudiosa del arbolado mendocino que trabaja en un plan integral de forestación y
reforestación que la provincia pondrá en marcha a través de la Agencia de Cambio Climático.

Si bien aclara que la idea aún debe madurar, también sostiene que la necesidad de reforestar no sólo las zonas urbanas, sino también las periurbanas y las rurales, es urgente. Esto es porque, según un relevamiento realizado por expertos locales, como la arquitecta Alicia Cantón, Mendoza tiene el 73 % de su arbolado envejecido. Mientras, los cánones internacionales indican que los porcentajes deben de ser al revés: más del 70 % de árboles jóvenes y menos del 30 % de arbolado en condiciones de ser reemplazado.

Estos datos corresponden a una investigación por parte de científicos mendocinos, ya que la provincia debería contar con un relevamiento integral del arbolado público, tal y como indica la Ley 7874, pero este censo no existeLa investigadora remarcó que es peligroso no contar con los datos mencionados porque ya se debería tener un mapa que no deje lugar a dudas sobre qué árboles hay que renovar y cómo se debe hacer esta tarea, que por cierto no es sencilla.

En cuanto a los factores que pueden influir en que estas especies estén en peligro de caer, mencionó las posibilidades de viento Zonda, las intensas lluvias de comienzos del otoño, que ablandaron suelos y raíces,
y la plaga de los paraísos, que secó muchos árboles en el último tiempo.

Sobre la forma en que se debe encarar el plan, Martínez subrayó que, en primer lugar, hay condiciones agroecológicas y de manejo de riego que deben tenerse en cuenta para saber qué arboles plantar y cómo debe realizarse esta tarea. Lo ideal es ir cambiando árbol por medio para que el nuevo ejemplar tenga espacio para crecer. También sostuvo que lo óptimo es mantener homogeneidad de especies por cuadra –es decir que se siembren sólo moreras, o sólo fresnos o sólo plátanos– e ir diversificándolas por sector, para facilitar la forma de riego y para un mejor control de plagas.

Claudia Martínez aseguró que este es el momento de comenzar a programar este plan para que tengamos buenos resultados en un tiempo prudencial, ya que, si bien hay que pensar en que un cambio de este tipo no se da de un día para el otro –más en una provincia con condiciones climáticas extremas como Mendoza–, es oportuno dar el primer paso.

Árboles longevos

Según la experta, la primera vez que se hizo una forestación planificada en la provincia fue en 1904, con la calle San Martín (antigua avenida San Nicolás). “Hice un relevamiento por medio de extracción de madera y he encontrado plátanos que datan de 1905, es decir que esos que tenemos hoy son los mismos árboles plantados hace más de cien años”, reveló.

Los árboles tienen una longevidad estimada según la especie. Muchas veces esto se relaciona con la velocidad
de crecimiento. Por ejemplo, un árbol que crece muy rápido tiene un período de vida más breve, como los que se usan para producciones forestales. Álamos, sauces y algunos pinos tienen una vida útil de 70 a 85 años. Hay otros, como los plátanos, que tienen una vida útil estimada en 200 años.