Prometeo y la producción de eventos

La última película de Ridley Scott es una precuela de su anterior, Alien. Prometeo parece ser el inicio de un gran evento de producción que incluye películas, juegos, videos virales y muchos objetos que juntos, suenan a clin caja. 

Prometeo y la producción de eventos

Prometo comienza miles de años antes que Alien, en una civilización primitiva que había tenido contacto con extraterrestres.

Cultura

Unidiversidad

Valentina González

Publicado el 21 DE JUNIO DE 2012

Hace más de 30 años, Ridley Scott dirigía Alien, el octavo pasajero, quizás su película más lograda junto con Blade Runner. Después tendrá una de las carreras más desparejas de los directores “grandes”, llenas de bodrios, de películas premiadas y bobas, y de películas bobas no premiadas.

Si hay algo que se puede decir de Alien y de Prometeo, es que cada una corresponde a su época.

Alien, estrenada a principios de los ´80, preludiaba esa época postindustrial de metales duros. Con una heroína cuyos músculos, fibra y estructura corporal combinaba perfectamente con esa atmósfera. Sigourney Weaver es la perfecta representación de una década oscura y llena de acción. Y Ridley Scott se preludiaba con esta película y con Blade Runner como un director que, junto a Coppola, Scorsese y De Palma, eran parte de una camada que proponía un nuevo clasismo, reinventaban los géneros y filmaban con nervio.

El tiempo luego nos revelaría un Scott extraño, con intereses diversos, que abandonó la ciencia ficción y se fue hacia rumbos diferentes, marcados por la comedia romántica mala, por la épica mala, y por Rusell Crowe.

En Prometeo, Scott parece volver a sus raíces de la ciencia ficción, pero a la vez combina todos sus otros intereses: una película sobre el futuro, con un fuerte costado épico y algo de comedia romántica.

Prometeo comienza miles de años antes que Alien, en una civilización primitiva que había tenido contacto con extraterrestres y cuyos habitantes dejaron unas pistas para encontrarlos.

Las pistas serán encontradas por dos científicos jóvenes que investigarán el origen de la raza aparentemente creada por unos “ingenieros” que luego decidieron destruirla.

En el viaje, los científicos se subirán  a la nave Prometeo para averiguar el origen del universo. 

En ese viaje no encontrarán muchas respuestas pero sí abrirán un montón de interrogantes que serán el germen de las siguientes Prometeo, toda una saga diseñada por algún productor visionario.

Si Alien representaba una época de cine de grandes producciones y de vuelta a los géneros, Prometeo es un perfecto producto de esta época: un cine diseñado desde la producción y cuya voluntad de futuro está ligado a todos los productos que puedan desprenderse de él. Un cine con vocación de franquicia dispuesto a sacar todas las cajitas felices para fans.

Si en Alien la ciencia ficción estaba al servicio del terror y era una excusa para hablar sobre la fragilidad de los cuerpos, y el fin de la raza humana; Prometeo está más cerca de la épica que del terror.

Se trata en esta película de una búsqueda filosófica, del origen de la vida humana que es también el origen de su destrucción. Sin embargo, esa búsqueda parece por momentos menos una inquietud narrativa real que sólo una excusa para vestir hermosos actores con trajes de astronautas, andar en motos intergalácticas, y tener hijos en cesáreas auto operadas.

Abundarán las escenas impresionantes y los baches de guión. No sabremos al final quién es realmente Guy Pearce, y si alguna vez aparecerá joven. No sabremos si Charlize Theron es o no un androide, o si la raza humana será destruida, quedaremos con miles de dudas que tal vez sean respondidas en la próxima o en las siguientes secuelas de Prometeo. Tendremos la certeza, sin embargo, de que una nueva factoría se puso en marcha.