La encuesta previa

Análisis de María Lina Duarte

La encuesta previa

Foto: Axel Lloret

Provincial

Elecciones provinciales

Unidiversidad

María Lina Duarte

Publicado el 26 DE JUNIO DE 2015

En virtud de cómo se ha dado el proceso electoral en Mendoza, hasta ahora, las PASO pueden ser consideradas como una suerte de encuesta previa a las elecciones a gobernador e intendentes. Entre esta virtual “primera vuelta” y la elección general, se incrementó la cantidad de votantes de manera significativa, con lo que se alcanzó una participación cercana al 80 % de electores empadronados, un porcentaje cercano al récord obtenido en el año 1983 (casi 86 %).

En proporción, los tres candidatos del Frente para la Victoria (FpV) que participaron en las PASO obtuvieron más votos que la fórmula que llegó a la postulación (Bermejo-Martínez Palau). Comparativamente, entre ambas instancias el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), con sus candidatos Barbeito y Fresina, reunió el porcentaje que el FpV hubiera necesitado para poder imponerse ante el frente Cambia Mendoza (CM), con la fórmula Cornejo-Montero.

Podría concluirse que el FIT captó una parte del electorado que se encontraba indecisa y no habría participado de las primarias o, por otra parte, que reunió los votos de “peronistas decepcionados”, críticos de la gestión actual o de los intercambios y fracturas evidenciados durante las instancias previas a la elección general. El hecho de que el frente Cambia Mendoza (cuya fuerza preponderante es el radicalismo) postulara a las PASO una fórmula de unidad fue una de las más fuertes señales que recogió el electorado, necesitado de alguna alternativa clara para aquellos que no se ven representados por la actual conducción política nacional y provincial.

En este punto fue muy importante el desdoblamiento de las elecciones. Las últimas dos instancias provinciales para votar gobernador mostraron un claro efecto de arrastre de las candidaturas nacionales, sobre todo con la figura del presidente en contienda. Esto también implica una lectura de las actitudes del votante típico de Mendoza: no existe una gran propensión al corte de boleta.

Como una evidencia anecdótica, el partido que hasta el 10 de diciembre todavía es oposición, en la última elección a gobernador proponía como la base de su campaña la separación del voto a presidente (cargo para el cual competía Cristina Fernández con Hermes Binner, Ricardo Alfonsín, Alberto Rodríguez Saá y otros) del de gobernador, cargo para el cual se jugaban un Francisco Pérez de perfil bajo por el FpV, que venía tras una gestión criticada de Celso Jaque, y Roberto Iglesias, un veterano exgobernador con una imagen relativamente positiva. No funcionó, y el aplastante triunfo del kirchnerismo consolidó también su fuerza en la provincia y varios de sus departamentos.

Al referirnos a las comunas, los golpes de timón ocurridos en Las Heras y Guaymallén han sido los más significativos en cuanto a números. En ambos casos, los precandidatos del CM y FpV resultaron en un virtual empate, que luego fue remontado por la fuerza que resultó ganadora a nivel provincial. También ocurrió algo llamativo en Malargüe, donde perdió CM en las PASO y se reposicionó en las generales al obtener casi la mitad de los votos.

Dichos resultados podrían ser atribuibles al trabajo de la fórmula ganadora, acompañado también por instancias de cuestionamiento a las gestiones de las que vienen estos departamentos. Ninguno de los municipios analizados desdobló sus comicios del provincial, como sí lo habían hecho la Ciudad de Mendoza y San Carlos, que mantuvieron el signo político de su conducción. Godoy Cruz también optó por el mecanismo mencionado y tiene programada su elección primaria para intendente el próximo septiembre.

Como nota final, Mendoza, tanto a nivel provincial como en sus departamentos, ha mostrado una tendencia hacia la alternancia entre fuerzas políticas que, sin permitir una predicción exacta, facilita una visualización de probabilidades. Actualmente, venimos de dos períodos consecutivos de mandatarios del mismo signo político, tanto a nivel provincial como nacional, lo cual expresa un acompañamiento a la propuesta como la mejor alternativa para resolver las cuestiones que reclama la ciudadanía.

Ante la puesta en evidencia de algunas de las consecuencias negativas que todo esquema de gestión plantea, se manifestó una lógica necesidad de compensación respecto de las estrategias actuales con otras que ofrezcan respuestas directas a las demandas sociales no resueltas, que quedaron incorporadas a la agenda pública y fueron recogidas en las plataformas electorales por los partidos de oposición. En estas elecciones, la sociedad las ponderó favorablemente al momento de emitir su voto.

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