Qué tan cerca estamos de un nuevo terremoto

Algunos especialistas pronostican que en los próximos años podría haber uno similar al de 1861, aunque no es posible tener certezas. Cuáles son los riesgos y de qué depende que suceda.

Qué tan cerca estamos de un nuevo terremoto

Las calles después del sismo de 1985, el último importante que sacudió Mendoza. Foto de archivo: Los Andes

Provincial

Mendoza y los sismos

Unidiversidad

Mariano Rivas

Publicado el 07 DE FEBRERO DE 2020

En California esperan al “Grande”. Así llaman en Estados Unidos al inminente terremoto que todos los cálculos indican que debería producirse en los próximos años por la falla de San Andrés. En Mendoza estamos acostumbrados a convivir con sismos, pero ¿qué sucedería si hubiese un nuevo terremoto? Si bien no se pueden predecir, algunos cálculos similares a los realizados por los especialistas estadounidenses estiman que cada 150 años debería darse un movimiento telúrico significativo en la provincia. El último terremoto propiamente dicho fue el de 1861.

“En Mendoza tenemos un período de recurrencia que estimamos en 150 años”, sostuvo Graciela Maldonado, directora del Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, Sismología e Ingeniería Sísmica (CeReDeTeC), dependiente de la UTN. Este organismo es el único que mide de manera oficial la actividad sísmica en Mendoza, luego del cierre de la estación sismológica en 2012.

La profesional resaltó que, teniendo en cuenta esa estimación, desde su campo de estudio siempre se prevé y se está expectante frente a un hipotético terremoto como el de 1861, pero que esto no se puede predecir.

¿Por qué se registran temblores constantemente en Mendoza?

El Gran Mendoza está ubicado en una zona sísmicamente activa dentro de Cuyo. Esto es producto de que la región se encuentra sobre la placa continental sudamericana, la cual, en su movimiento hacia el oeste, se enfrenta con la placa oceánica de Nazca, justo a lo largo de la fosa oceánica Peruano-Chilena.

Un temblor puede ser percibido por las personas o ser registrado por los instrumentos de medición correspondientes. Por otra parte, un terremoto es el evento que causa pérdidas materiales y/o humanas, y que se da con una magnitud determinada.

En la comparación con el evento de 1861, el famoso sismo mendocino de 1985 fue “un temblorcito”, según calificó Maldonado. Esto se debe a que la escala sismológica de Richter es una escala logarítmica. Para ilustrar ese concepto, basta con decir que la energía que libera un sismo de 7,0 (como el de 1861) es un millón de veces más intensa de lo que significa un movimiento menor de 3,0.  

Para el director de la carrera de Geología de la UNCUYO, Héctor Cisneros, la técnica que estima el período de recurrencia en 150 años no se condice con la realidad de Mendoza: “Es la opinión de un profesional que utilizó métodos que andan bien en Estados Unidos, pero no en este lugar. Si fuera de 150 años, ya estaríamos en fecha, y no se habla de eso, no es algo que esté demostrado”.

La falla de la Cal es una de las más estudiadas en Mendoza. Fue la que produjo el terremoto de 1861, el más fuerte que tuvo la provincia, con una magnitud de 7,0. Cisneros explicó que esta fractura va desde San Juan hasta Godoy Cruz, y se va moviendo por tramos, por lo que el período de recurrencia puede variar de un sector a otro. Así lo explicó el geólogo: “El trabajo que se habla de los 150 años de recurrencia para la falla de la Cal está hablando del norte del Cerro Cal, que es donde se hicieron los estudios, pero nadie habla de otra parte. Podría haber un sismo que no esté relacionado al de 1861 en otro tramo de la falla”.

En suma, en lo que coincidieron ambos especialistas es en que el tema es muy difícil de investigar; de hecho, hay pocos estudios hechos. “En general, los terremotos no se predicen. Los trabajos hechos todavía no pueden dar certezas. En un lugar donde tembló mucho, seguramente se puede repetir. ¿Cuándo? Los tiempos geológicos son sumamente grandes”, matizó Maldonado.

La diferencia entre la falla de San Andrés y la de la Cal es que la primera se puede observar desde el aire, lo que representa una ventaja. “Los estadounidenses saben cuánto se desplaza anualmente; la tienen monitoreada. En cambio, las fallas nuestras están ocultas y se activan solamente cuando tiembla”, distinguió la titular del CeReDeTeC. A esto, Cisneros agregó que el ambiente mendocino es uno de los más difíciles de estudiar porque la actividad varía mucho en pocos tramos de terreno. Además, los estudios son costosos.

Fuente: Wikipedia

Posición lateral, nueva técnica ante posibles sismos

Sociedad Unidiversidad por Unidiversidad / Fuente:Prensa Gobierno de Mendoza / Publicado el 12 DE SEPTIEMBRE 2019 A cargo de Defensa Civil y la Dirección General de Escuelas (DGE), se realizó la segunda jornada anual en la que la población escolar ejercita la autoprotección en un simulacro de sismo y hubo una novedad respecto a la "clásica" posición que se solía enseñar como medida de autoprotección en la escuela.

 

Qué tanto daño podría hacer un terremoto

El máximo terremoto esperable en Mendoza sería de 7 grados, similar al de 1861. Sin embargo, para el geólogo podría ser “catastrófico” debido a la mala preparación. Para ilustrarlo, puso el foco en Chile: “Tenemos que tener en cuenta que es la zona más sísmica del mundo, y tiene en su historial menos muertos que los que tenemos nosotros, que tenemos mucha menor sismicidad”.

El terremoto que sufrió Haití en 2010, de 7,0 grados, mató a cientos de miles de personas. En contraposición, en el mismo año Chile tuvo un sismo de 8,8, el segundo más grande de su historia, y las víctimas fatales fueron menos de 600. “No depende tanto de la magnitud, sino del grado de preparación”, sostuvo Cisneros.

Para el especialista, hay zonas que están bien preparadas, como el Barrio SUPE (Godoy Cruz), mientras que entre los sectores menos protegidos está el barrio La Favorita. “Tenemos un muy buen Código de Edificación para prevenir, pero no siempre se ha aplicado”, señaló.

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