Quién es el socio judicial de Cornejo

El camarista del crimen Alejandro Gullé es el candidato del Gobernador para suceder a Rodolfo González como jefe de los fiscales.

Quién es el socio judicial de Cornejo

Avanza el camarista Gullé para confirmar su candidatura a la Procuración de la Corte junto a Cornejo. Foto: Gobierno Mendoza.

Provincial

El sucesor del Procurador

Unidiversidad

Jorge Fernández Rojas

Publicado el 08 DE AGOSTO DE 2016

Este profesor de Derecho de la UNCUYO y de la Universidad del Aconcagua es reconocido por su trato afable y dialoguista. El 60 % de su vida lo pasó en los Tribunales. Tiene 61 años y ya está en condiciones de jubilarse. Desde 1979 es parte del sistema judicial y desde 1984 es magistrado. Alejandro Gullé fue juez de Instrucción durante seis años. En 1990 fue designado juez de la Sexta Cámara del Crimen, cargo que ostenta el ahora aspirante a Procurador de la Corte. Es amigo personal de Julio Cobos y consejero directo en materia penal del gobernador Alfredo Cornejo.

Es decir, el Gobernador concretará, si el Senado lo convalida, su idea de ubicar a un hombre con su celular directo para generar acciones conjuntas entre la Casa de Gobierno y el Palacio de Justicia local. Por eso Cornejo dice de él que es el mejor para el cargo porque entiende la política penal como una corresponsabilidad entre los dos poderes: el Ejecutivo y el Judicial.

Lo llamativo es que el Gobernador pasó de acusador a proponente en la misma semana. Arrancó señalando y manifestando que no quiere al fiscal Daniel Carniello, apuntado ante el Jury de Enjuiciamiento por mal desempeño en su función como investigador penal, y terminó sorprendiendo el sábado 6 al presentar al aspirante a Procurador de la Corte.
 

Los razones de Cornejo

El mandatario también asegura que le dará un mayor poder legal al nuevo procurador y para eso tendrá mejores herramientas para mejorar la investigación y hacerla con más celeridad.

 

Cornejo mira a su postulante para Procurador de la Corte. Fue en el Cuarto Piso de Casa de Gobierno el sábado 6.

En ese andén también advierte que llegará a la Legislatura y dentro del paquete reformador, además del que ya se estudia para modificar el CPP, el proyecto del Ministerio de la Defensoría oficial. Así quedará separado el ámbito de los defensores oficiales con un jefe que los administre y los profesionalice.

“Formalmente, el sistema de procedimiento penal actual es ‘acusatorio’. En la realidad es casi inquisitorio porque no hay igualdad real de armas entre las partes. Los fiscales tienen más poder que los defensores en el manejo de la prueba. Los jueces convalidan lo que los fiscales les piden. Esto ocurre en la generalidad, por supuesto que hay excepciones”, analizó un abogado del fuero local ante el anuncio oficial del sábado 6 al mediodía.

Precisamente, Cornejo dijo algo llamativo con tono de reflexión: “Hay muchos que están adentro y no deberían estarlo porque no tienen una buena defensa oficial”. Aplicando la lógica inversa, se debe entender que hay muchos que deberían estar adentro y están afuera por una mala investigación o una buena defensa.
 

Los argumentos de Gullé

El postulante a reemplazar a Rodolfo González a partir del 1.° de septiembre dice, en la misma sintonía que Cornejo, que la “reiterancia” es el principal problema de la inseguridad, desde el punto de vista judicial, porque produce impunidad: la conducta delictiva reiterada por parte de un imputado que permanece a la espera de una resolución judicial, mientras esos procesos se dilatan en los tribunales por falta de eficiencia judicial.

Sostiene que su idea es crear fiscalías para determinados delitos, los más frecuentes y los más complejos. Con esto dice, a la vez, que los llamados fiscales especiales, tal como se los conoce ahora, desaparecerán si él llega a la Procuración.

Dice que montará una oficina de Prensa del Ministerio Público para evitar las especulaciones y que haya una paridad en cuanto a la disponibilidad de la información que se registra en las unidades fiscales.



Gullé comparte con Cornejo la mirada sobre el abordaje del delito. Aquí posan en el despacho oficial del gobernador.

 

El magistrado subraya que no quiere fiscales “mediáticos o dando vueltas con vehículos oficiales para cuestiones personales”, para ratificar que en el articulado de la norma a estudiar por los parlamentarios existen párrafos dedicados a darle al Procurador la facultad de sancionar y disciplinar a los fiscales, una prerrogativa sólo de la Corte por ahora. Además explica que activará a los fiscales adjuntos para que lo asistan en tareas administrativas y marcar presencia en todo el territorio provincial.

Se lo ve entusiasmado. Siente que le llegó la hora para coronar su carrera. En varias oportunidades, durante los gobiernos radicales, se lo ha mencionado como un posible recambio en la Corte. Ahora está a punto de llegar a un cargo tan importante como el de un juez del Alto Tribunal. Por lo menos esa es la importancia que le da Cornejo al procurador. En este caso, se decidió por Gullé ya que viene del mismo seno del Poder Judicial y de la academia, no de la política, para dar también una señal a los senadores que deben evaluar los antecedentes de Gullé.

Por lo que se evidencia, y si el actual camarista pasa el cedazo del Senado (todo indica que no debería tener grandes resistencias en las bancas por la mayoría oficialista), más que un funcionario judicial, Cornejo busca colocar un aliado en la Justicia para aplicar la política criminal. Así, Gullé pasará de ser consejero del Gobernador a socio del mismo mandatario. 

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