Seguridad alimentaria

El Centro de Asuntos Globales de la UNCuyo organizó el seminario “Seguridad Alimentaria, producción sustentable y desarrollo”. En el encuentro se dio a conocer el informe global 2012 del Instituto Internacional de Investigación Alimentaria (Ifpri), que destaca la vulnerabilidad del sistema, las fallas en las políticas mundiales y la existencia de niveles de hambre “inaceptables”. El rol de Argentina como productor de alimentos.

Seguridad alimentaria

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Sociedad

Unidiversidad

Verónica Gordillo

Publicado el 03 DE SEPTIEMBRE DE 2013

El concepto de “seguridad alimentaria” se transforma en una realidad cuando todas las personas tienen acceso a alimentos suficientes, seguros y nutritivos, para cubrir sus necesidades nutricionales y tener una vida sana y activa. Según el informe global 2012 del Instituto Internacional de Investigación Alimentaria (IFPRI) el mundo está lejos de lograr ese objetivo y todavía más, de plasmar en acciones los compromisos asumidos para lograr esta meta.

El análisis de esta realidad fue el eje del seminario “Seguridad alimentaria, producción sustentable y desarrollo”, organizado por el Centro de Asuntos Globales (CEAG) de la UNCuyo.

La apertura del encuentro, que se realizó en el cilindro central del Centro de Información y Comunicación de la UNCuyo (CICUNC), fue presidida por el rector, Arturo Somoza; el titular del Centro de Asuntos Globales, José Octavio Bordón; el ministro de Agroindustria de Mendoza, Marcelo Barg, y el representante regional de la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Alejandro Flores Nava.

 

Más acción

Los presentes escucharon –a través de un video– las palabras del director general del Instituto Internacional de Investigación Alimentaria (IFPRI), Shengeen Fan, quien destacó la importancia de debatir un tema que afecta a todos los países del mundo. El organismo que preside elabora políticas para reducir en forma sostenible la situación de pobreza de millones de personas en el mundo y poner fin al hambre y la malnutrición.

En 2012 el Instituto dio a conocer la primera edición del Informe Global sobre Alimentación, que brinda una visión mundial sobre la problemática y examina las principales políticas adoptadas para superarla.

El informe es lapidario. Detalla que el sistema alimentario global sigue siendo vulnerable, acuciado por crisis y falla en las políticas alimentarias, con niveles de hambre y malnutrición “inaceptablemente elevados” y que el avance de la lucha contra estos males fue fragmentado y lento.

El estudio destaca que 870 millones de personas sufren hambre en el mundo y más de 2 mil millones padecen deficiencias de micro-nutrientes. Frente a esta realidad, está la del aumento de la obesidad, especialmente en países emergentes y entre los niños.

El trabajo también se ocupa de las promesas y las políticas que se pusieron en marcha con el objetivo de reducir este flagelo y destaca que muchas de ellas no se plasmaron en acciones concretas. “Con la actual trayectoria de promesas tibias y compromisos no cumplidos, el Objetivo de Desarrollo del Milenio, de reducir a la mitad la proporción de gente que sufre hambre, no se podrá cumplir para 2015”, se lee en el escrito.

El informe detalla que el 2012 fue más notable por los discursos y los debates sobre seguridad alimentaria, que por las acciones encaradas en ese campo. Por esto, el lema para el informe del año pasado fue “De las palabras a las acciones”.

 

Más vulnerabilidad

En el trabajo se analiza el escenario actual y la perspectiva a futuro en las áreas de la alimentación, la agricultura y el desarrollo rural. Se puso especial énfasis en temas como la productividad agrícola, la economía verde, las mujeres en la agricultura, el empleo de los jóvenes en el sector, las políticas agrícolas de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), y los desarrollos regionales.

De la lectura del informe se desprende que algunas tendenciales actuales y futuras harán que la seguridad alimentaria sea aún más vulnerable, como por ejemplo los cambios climáticos, los conflictos de todo tipo o la volatilidad de los precios de los alimentos, solo por nombrar algunos.

La organización también hizo un llamado a la acción para incrementar la productividad agrícola a largo plazo y lograr un desarrollo sostenible, y destacó que América Latina aumentó su participación en la producción alimentaria global, pero también observó la división entre los países grandes y pequeños.

 

La realidad argentina

Frente al desafío que plantea el informe, Argentina tiene un papel clave en la región como productora de alimentos a nivel mundial. Fue este punto el que abordó en el encuentro Eugenio Díaz Bonilla, especialista del IFPRI, quien habló sobre “Escenarios para el agro mundial e implicaciones en Argentina”.

Díaz Bonilla recalcó la importancia de analizar la estructura agraria mundial, los escenarios posibles y, a partir de ahí, determinar cuáles son las fortalezas y las debilidades de Argentina en esta materia.

El especialista explicó que se produjo una gran transformación agropecuaria a nivel mundial. En ese contexto, dijo, Argentina pasó de ser un país ganadero a ser uno agrícola, que a su vez se fue diversificando y expandiendo.

Díaz Bonilla detalló los aspectos que se deben analizar a corto, a mediano y a largo plazo para decidir las políticas más adecuadas. En el primer grupo enumeró el estudio del ciclo económico mundial, los cambios en políticas de biotecnología y la evolución de los mercados. En cuanto al mediano y largo plazo, explicó que es necesario analizar los modelos de crecimiento, aspectos demográficos relacionados con el envejecimiento de la población, y los cambios tecnológicos, climáticos y el consumo de alimentos, así como la disponibilidad y tipos de energía, los bio combustibles entre ellos.

El especialista aseguró que el análisis de estos factores, así como el trabajo conjunto del sector público y privado, serán clave para determinar las políticas argentinas, en un contexto mundial que reclama el aumento de la producción de alimentos pero de forma sustentable y respetando el medio ambiente.