Aborto legal

Una lucha que no se abandona.

Aborto legal

En la entrega del título de Doctora Honoris Causa a Silvia Federici, la acompañó la referente de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, la filósofa mendocina Alejandra Ciriza. Foto: Ariella Pientro.

Identidad y Género

La mirada de Federici

Unidiversidad

Milagros Martín Varela

Publicado el 05 DE NOVIEMBRE DE 2018

El paso de Silvia Federici por Mendoza demostró que lo que se escuchó en las primeras horas del 9 de agosto en la Plaza Independencia no era una mentira. “Acá nadie se rinde” fue un canto colectivo entonado en todas las provincias del país cuando el Senado de la Nación rechazó el proyecto para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Los pañuelos verdes colgados en mochilas, atados en las muñecas o en el cuello que se vieron en la larga fila de personas (muchas mujeres y algunos varones) que querían escuchar a la reconocida pensadora feminista demostraron que quienes se movilizan por el aborto legal en Argentina saben que la única lucha que se pierde es la que se abandona.

La misma Federici arribó a la Nave Universitaria con el pañuelo verde atado en su muñeca el lunes 29 de octubre, cuando recibió el título de Doctora Honoris Causa por parte de la UNCUYO. La referente consideró que el movimiento por la legalización de la IVE en Argentina ha sido inspirador y, desde su perspectiva, aseguró que le ha llamado la atención la influencia que tiene la Iglesia Católica en las decisiones políticas en comparación con otros países del mundo.

En este sentido, la filósofa dijo que ella cree que el movimiento de mujeres argentinas por el aborto legal es “muy importante porque hoy hay toda una nueva iniciativa del Estado, una nueva tentativa de controlar el cuerpo de la mujer, de decidir quién puede reproducirse y quién no. Es muy importante establecer que no son los políticos ni la Iglesia quienes deben decidir qué vamos a hacer las mujeres, porque no tienen ni la autoridad moral ni la autoridad política para decidir qué quieren hacer las mujeres con sus cuerpos y con sus vidas”.

Para Federici, una particularidad del debate que hubo en Argentina por el aborto legal es la presión que ejerció la Iglesia Católica. Aunque afirmó que no se siente demasiado cómoda hablando de cuestiones que no conoce a fondo, la visión de semejante especialista en cuanto a género y violencias contra las mujeres resulta digna de ser considerada.

“Una primera impresión es que aquí, en comparación con otros países donde también se ha dado el debate por el aborto legal, el poder de la Iglesia me parece más fuerte, la ofensiva de la Iglesia. Quizás es posible porque el papa Bergoglio viene de aquí, no sé. En Irlanda ha sido una explosión la lucha por el aborto, ha creado un movimiento muy fuerte, no solamente de mujeres”, expresó la pensadora y escritora. Profundizó en el tema y explicó que, en relación con el aborto legal, “hay una contraofensiva fuerte en todos los lugares”. Ejemplificó con el caso de Estados Unidos, donde el aborto es legal, pero desde la gestión del presidente Donald Trump están limitando este derecho, sumando restricciones y otorgando permisos a los doctores para la objeción de conciencia.

Para Federici, todo esto es parte de un proceso de intimidación: “La derecha está presionando mucho a las mujeres. También están criminalizándolas, principalmente a las que no tienen recursos y a las mujeres racializadas cuando se embarazan. Porque hay un movimiento, el mismo movimiento que intenta negar el aborto, que da muchísimos derechos a los fetos, que son considerados como personas, mientras que a las mujeres se les quitan todos los que ya ha conquistado”.

La autora de El calibán y la bruja, entre otras obras, explicó que se está conformando todo un sistema de vigilancia, principalmente entre la policía de varios estados y los doctores de hospitales. “Se está creando todo un régimen de miedo. Entonces, hay –en varios lugares del mundo y de diversas formas– ataques del Estado para conseguir más control sobre el cuerpo de las mujeres. La impresión es que aquí, en Argentina, la Iglesia tiene una presencia más fuerte”, finalizó.