Cecilia Grierson, la primera médica argentina, estará en el billete de 2000

Se graduó en 1889 de la UBA. Creó la Primera Escuela de Enfermería de América Latina y participó en la lucha contra la epidemia de cólera de Buenos Aires. Fue una de las organizadoras del Primer Congreso Femenino Internacional y su estudio sobre el Código Civil mejoró el estatus legal de las mujeres casadas en la reforma de 1926.

Cecilia Grierson, la primera médica argentina, estará en el billete de 2000

El nuevo billete argentino de $ 2000 destaca a Cecilia Grierson, la primera médica argentina. Imagen: BCRA

Sociedad

Sexo, género y diversidad

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Julia López

Publicado el 09 DE FEBRERO DE 2023

El 2 de febrero, el Banco Central de la República Argentina anunció que emitirá un nuevo billete de mayor valor, el de dos mil pesos. A la hora de elegir el diseño, decidieron conmemorar el desarrollo de la ciencia y la medicina en Argentina. El papel homenajeará a la Dra. Cecilia Grierson y al Dr. Ramón Carrillo, en el anverso; y al Instituto Nacional de Microbiología Dr. Carlos G. Malbrán, en el reverso. En el esfuerzo reciente por revalorar a las mujeres de nuestra historia, Grierson emerge entre las más renombradas.

Fundó la Escuela de Enfermeras del Círculo Médico Argentino, la Asociación Médica Argentina, la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios y la Asociación Obstétrica Nacional de Parteras. ¿Cómo llegó a todo eso? No sin reclamar sus derechos.

Cecilia Grierson nació el 22 de noviembre de 1859 en Buenos Aires. Vivió su primera infancia en Entre Ríos y Uruguay, pero como su mamá era irlandesa y su papá, hijo de un inmigrante escocés, a los 6 años fue enviada a estudiar en colegios ingleses porteños. Tuvo que volver con su familia tras la muerte de su padre y a los 14 años instaló con su madre una escuela rural en una estancia, donde ejercía como docente a pesar de no tener un título que la habilitara. Un año después ingresó a la Escuela Normal de Señoritas de Buenos Aires y se graduó en 1878. Trasladó su familia a esa ciudad con el sueldo que cobraba como maestra en la Escuela Mixta San Cristóbal.

En 1883, al fallecer una amiga por una enfermedad respiratoria, Grierson inició la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Buenos Aires. No fue fácil ingresar, debió aferrarse al argumento de que el reglamento de la institución no prohibía expresamente la inscripción de mujeres. En 1889, fue la primera mujer en graduarse como doctora en medicina y cirugía.

Su tesis, “Histero-ovariotomías efectuadas en el Hospital de Mujeres desde 1883 a 1889”, se puede encontrar en el reservorio digital de aquella facultad. Tal como deseaba, Cecilia Grierson abrió el camino para Elvira Rawson, Julieta Lanteri, Alicia Moreau y otras médicas y feministas pioneras de Argentina.

Fragmento de la introducción de la tesis con la que se doctoró Cecilia Grierson.

Se desempeñó como obstetra y como kinesióloga, pero la discriminación a las mujeres naturalizada en la época hizo que nunca pudiera ejercer como cirujana. Sin embargo, incluso antes de recibirse ya se había destacado como profesional. En 1886 cumplió un rol clave en el combate a la epidemia de cólera que se desató en la Ciudad de Buenos Aires: prestó servicios en la Casa de Aislamiento, un centro de atención montado para responder sanitariamente a la situación.

Esa experiencia le hizo notar que faltaban profesionales de enfermería y siendo todavía estudiante creó la primera Escuela de Enfermería de América Latina, en el ámbito del Círculo Médico. Fue directora de la institución hasta 1913 y estableció un plan de estudios formal y el uso de uniformes que luego adoptaron en otros países latinoamericanos.

Escuela de Enfermería del Círculo Médico Argentino. 1909. Foto: Archivo General de la Nación

En 1892, Cecilia Grierson colaboró con la realización de la primera cesárea que se hizo en Argentina y fundó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios. Dos años después se presentó en el concurso para cubrir el cargo de “profesor sustituto” de la cátedra de Obstetricia para Parteras. El género masculino del nombre del cargo no es un error ni un olvido: el concurso fue declarado desierto, porque en aquellos tiempos las mujeres todavía no podían aspirar a la docencia universitaria.

Grierson viajó a Europa en 1899 para desempeñar en Londres la vicepresidencia del Congreso Internacional de Mujeres y luego perfeccionarse en ginecología y obstetricia en París. A su vuelta, en 1900, fundó el Consejo Nacional de Mujeres y la Asociación Obstétrica Nacional.

Los obstáculos que tuvo que enfrentar en la vida y en la profesión la juntaron con otras mujeres que, como ella, pueden considerarse las primeras feministas con visibilidad pública del país. Impulsadas por los debates de la época, Cecilia Grierson, Alicia Moreau de Justo, Elvira Rawson y Julieta Lanteri iniciaron la lucha por los derechos civiles y políticos femeninos.

Todo esto resultó en que Grierson fue elegida presidenta del Primer Congreso Femenino Internacional —organizado por la Asociación Universitarias Argentinas— que se realizó en 1910 en Buenos Aires, con motivo del centenario de la Revolución de Mayo. Entre las conclusiones de aquel encuentro figuraban la igualdad de derechos civiles y jurídicos, el divorcio absoluto, las limitación de horas de trabajo, la educación general obligatoria.

Tapa del libro de actas del Congreso. Foto: www.iberlibro.com

Carolina Carman, la directora del Museo Roca, reflexionó en una entrevista en 2020: “Son todas mujeres muy luchadoras que, desde diferentes ideas y proyectos, actúan en la escena pública. Son mujeres políticas que están reivindicando derechos que tienen que ver con el universo de lo femenino. Y, además de dar debates políticos y trabajar por el acceso al sufragio, defienden los derechos de las mujeres trabajadoras. Ellas se cruzan en esos debates desde la praxis concreta, no solo a nivel de las ideas”.

Como se ve, la medicina no fue el único ámbito en donde se destacó Cecilia Grierson. Por ejemplo, su estudio sobre el Código Civil Argentino reveló que el estatus jurídico de las mujeres casadas era igual al de niños y niñas: prácticamente entes de tutela. Posteriormente, esto influyó en una importante reforma de aquel libro 1926: entre otros avances, reconoció el derecho de las mujeres casadas a integrar sociedades y disponer de sus ganancias.

Fuente: Museo Roca, Fundación Lúminis, BCRA

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