Chagas, ¿una enfermedad desatendida?

Hablamos con especialistas y la enfermedad pareciera ir quedando en el olvido, sobre todo después de la pandemia. En Argentina, nacen por año 1.600 bebés con la enfermedad. Uno cada 6 horas. En la provincia, hay unos 600 casos, aproximadamente. La información y la consulta médica, las mejores armas para su erradicación.

Chagas, ¿una enfermedad desatendida?

Publicada por Télam

Sociedad

Salud

Unidiversidad

Ernesto Gutiérrez

Publicado el 13 DE ABRIL DE 2023

Los primeros síntomas llegaron en 2017, no fue hasta dos años después que los especialistas acertaron en el diagnóstico: “Chagas”. María Luisa Vicencio, de 60 años, oriunda del departamento de Lavalle, vive hoy en Rodeo de la Cruz (Guaymallén) y asegura que los últimos años “no han sido nada fáciles”. Jubilada ya, afirma llevar hoy una vida normal, pero mientras trabajaba en galpones de ajos, por aquel entonces, notó unos cosquilleos en los pies y sarpullidos que le preocuparon y acabaron por convertirse en insensibilidad prácticamente total. 

Consulta tras consulta en un dermatólogo, nada cambiaba. “Pensé que los medicamentos no hacían efecto”, contó a Unidiversidad. Tres meses antes de la pandemia, descubrió (gracias a un infectólogo amigo) que lo que estaba detrás del hormigueo incansable era lo que también se conoce como Trypanosoma cruzi. Luego de muchos análisis físicos, de sangre y hacer pruebas para ver si la enfermedad había afectado los intestinos y el corazón, pudieron dar con la enfermedad. 

“Creo que me contagié en los galpones cuando trabajaba cosechando ajos. Esto fue en 2013-2014. No recuerdo la picadura, pero había bichos de los que no te imaginás. Cuando me lo diagnosticaron no lo podía creer y eso que viví la mayoría de mi vida en Lavalle, una zona muy caracterizada por esta enfermedad. Me controlo cada 3 meses con un chequeo. Me dijeron que si seguía el  tratamiento, a la enfermedad la tendría controlada. Hoy me siento muy bien”, aseguró María Luisa Vicencio.

Chagas, una enfermedad "desatendida"

El Chagas, en tanto, es causado por el parásito Trypanosoma cruzi que se transmite a través de la picadura de la vinchuca o chinche, como popularmente se la conoce. 

“Puede contagiarse por transfusión de sangre, donación de órganos o de la madre al bebé durante el embarazo. La enfermedad no siempre presenta síntomas, pero es importante que se controle ya que puede generar problemas cardíacos y alteraciones digestivas”, aseguró Alejandra Anzorena, infectóloga del Hospital Universitario.

En Argentina, como en Mendoza, afirmó la especialista, “es la endemia más extendida y una de las enfermedades más ´desatendidas` antes y después de la pandemia de Covid-19”.  

“Se la suele asociar con la ruralidad y las condiciones de vida precarias, aunque cada día tiene más incidencia en las ciudades por la trasmisión de madre a hijo. El Chagas es una de las enfermedades desatendidas ya que luego del Covid -19 no se habla, no se investiga ni se previene. Esta enfermedad se erradicaría con solo eliminar el vector que es este insecto del cual hablamos. En Mendoza, esto aún no se ha logrado, por eso está considerada como una provincia endémica ya que, en la actualidad, tiene 600 casos, aproximadamente. Alrededor de un millón y medio de argentinos y argentinas tienen Chagas y, por año, nacen 1.600 bebés con la enfermedad. Uno cada 6 horas. Esto da pie a decir que son enfermedades que no se atienden como es debido”, subrayó.

Para la subsecretaría de Planificación y Coberturas Públicas Sanitarias, Yanina Mazzaresi, en tanto, remarcó que “desatendida no es la palabra”.

“Creo que todos los recursos, los medios y la comunicación sanitaria se abocaron a la pandemia en sí. Sabemos que ambas enfermedades son de extrema peligrosidad, como lo que pasa con el dengue ahora, pero siempre los recursos sanitarios han estado al servicio de todos los mendocinos. Esta enfermedad siempre estuvo en agenda sanitaria ”, afirmó.

La enfermedad en mujeres, niños, niñas y adolescentes

Para la infectologa del Hospital Universitario, muchas personas, sobre todo, las mujeres no acceden a los testeos por falta de información o desconocimiento. 

“La enfermedad es curable en niños, niñas y adolescentes. Pero no así en la adultez. Necesitamos hablar del Chagas, porque no discrimina ni clase social, ni origen, ni edad. Hablemos más que nunca, ya que podemos mejorar la calidad de vida de la gente y prevenir riesgos. Más que nada en los niños, niñas y adolescentes. Hay que romper el muro”, indicó.

“Vivir con Chagas es una problemática a largo plazo ya que es silenciosa -continuó Anzorena-. Un niño o niña no tratado en tiempo y forma tiene posibilidad de tener problemas cardíacos o gástricos a medida que va creciendo. Para prevenir que nazcan niños con esta afección, es necesario el estudio y tratamiento de las mujeres antes de quedar embarazadas”

Otra de las formas, remarcó la médica, es el diagnóstico del niño a partir de los 10 meses, con tratamiento y seguimiento

“En esta ventana temporal, entre el nacimiento y el décimo mes, el sistema de salud suele perderle el rastro al recién nacido para volver a diagnosticarlo y también para tratar a la madre. Hoy por hoy, las tasas de detección son muy bajas y más bajas son las de tratamiento. Un niño o adolescente tratado tiene una altísima probabilidad de curarse completamente y, en el caso de las mujeres, si bien no es curable, lo que disminuye es la posibilidad de que le transmitan a sus hijos durante el embarazo”, agregó.

En ese sentido, Mazzaresi sostuvo a este medio que “desde el gobierno se está trabajando al respecto en un exhaustivo control y testeo en menores de 6 y 12 años”.

“También estamos realizando una fuerte concientización de los testeos en mujeres y embarazadas.  En el último año, hemos testeado, aproximadamente,  a unas 17 mil mujeres. De ese total, unas 350 mujeres dieron positivo para Chagas”, dijo.

Transmisión vectorial

Otra de las grandes vías de transmisión es la vectorial. Mientras países vecinos lograron la certificación libre de transmisión vectorial domiciliaria, como Brasil, Uruguay y Paraguay, en Argentina hay nueve provincias con contagios por vinchucas. Mendoza es una de ellas.

“Tenemos las dos vías de transmisión: vertical (madre -hijo) y,  dentro de las vías vectoriales (a través del parásito Trypanosoma cruzi vía chinche o vinchuca) estamos  en una situación  no tan crítica. De los 18 departamentos que tiene Mendoza, Lavalle, Santa Rosa y La Paz, son los de más presencia vectorial”, detalló la funcionaria.

Con recursos materiales y humanos moderados, la provincia enfrenta la transmisión de la enfermedad. 

“Hay todo un trabajo articulado con las áreas sanitarias de la provincia. Además, sumamos todos los centros de salud y hospitales como el José Lencinas que es uno de los principales nosocomios de la provincia. Sin olvidar el departamento de Zoonosis y el programa de Chagas que se encargan de coordinar todas las emergencias territoriales. La participación ciudadana es muy importante, si la gente encuentra una insecto de estos tiene que ponerlo en frasco y llevarla al área sanitaria, hospital o centro de salud más próximo a su vivienda. Es un trabajo activo de todos y todas”, afirmó. 

La funcionaria describió, además, que están trabajando en los departamentos del Valle de Uco con evaluación, fumigación y relevamiento de datos. También realizan tareas de diagnóstico. El programa cuenta con un consultorio cardiológico desde donde hacen seguimiento los casos crónicos y a recién nacidos de madres positivas. 

 “En estos momentos, estamos realizando una certificación en Valle de Uco para saber si esta zona debe ser considerada una zona endémica. Afortunadamente los primeros datos afirman que menos del 1% de la población del lugar tiene esta patología”, señaló.

Qué falta para poder terminar con el Chagas

Hay varias razones por las que aún no se ha podido erradicar el Chagas en nuestra provincia y país, pero, según Anzorena,  entre las grandes faltas se destacan la persistencia de los prejuicios, un abordaje integral y hacer regular la Ley 26.281. 

“Es fundamental generar políticas educativas asociadas al Chagas. Es necesario un abordaje integral, no solamente desde el aspecto biomédico sino también social. Debemos evolucionar socialmente como para abordar esta enfermedad desde todos los ámbitos y sin prejuicios”, selló.

 

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