"Chile no hizo todo lo que podía para compensar a las victimas de Contreras"

Condenado a 529 años de prisión, casi nonagenario, Manuel Contreras, exgeneral del Ejército chileno y director de la policía política de la dictadura de Augusto Pinochet, murió el viernes aquejado de múltiples enfermedades. “La sociedad chilena no hizo todo lo que podía hacer”, dijo a RFI Eduardo Olivares, periodista y exiliado chileno en Francia.

"Chile no hizo todo lo que podía para compensar a las victimas de Contreras"

Foto: gentileza 24horas.cl

Derechos Humanos

Unidiversidad

Edición UNCUYO / Fuente: Radio Francia Internacional

Publicado el 10 DE AGOSTO DE 2015

Considerado uno de los mayores criminales de la historia de Chile, director de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), organismo responsable de buena parte de las más de 3200 víctimas de la dictadura chilena, Manuel Contreras falleció a los 86 años en el Hospital Militar de Santiago, luego de varios meses de hospitalización. “La causa de su muerte se mantiene en reserva”, señalaron en el centro médico. El estado de salud del militar se había agravado a causa de enfermedades como la diabetes y el cáncer, que lo llevaron progresivamente a perder la conciencia.

Contreras era entendido como la “mano derecha” de Augusto Pinochet, de quien fue profesor en la Academia de Guerra y con quien solía desayunar a diario al principio del régimen. Bajo su dirección, la DINA, que operó de 1973 a 1978, detuvo, torturó y asesinó a miles de opositores políticos. “Ha muerto el mayor criminal de la historia chilena”, afirmó Isabel Allende, hija del derrocado expresidente Salvador Allende, sobre la muerte de Contreras, que al momento de fallecer cumplía “40 condenas por delitos como secuestros calificados, homicidios calificados, asociación ilícita y apremios ilegítimos, entre otros, que sumaban 529 años de presidio”, según precisó la Gendarmería chilena en un comunicado.

Contreras permanecía en prisión desde el 28 de enero de 2005, al ser detenido por el secuestro de un opositor. Aunque se atrincheró en su casa, finalmente sería arrestado.

Luego del anuncio de la muerte de Contreras, cientos de personas llegaron a las afueras del Hospital Militar gritando “¡Asesino, asesino!”, con banderas chilenas, bombos y botellas de champaña. También en la Plaza Italia de la capital chilena, epicentro de celebraciones habitualmente deportivas, otro centenar de personas se reunió. “Se murió el criminal, se murió el criminal”, gritaban. Por lo demás, Contreras no recibirá honores militares durante su funeral. Un decreto del Ministerio de Defensa chileno impide hacerlo en casos de militares condenados por la justicia.

“Uno tiene la sensación de que la sociedad chilena no hizo todo lo que podía hacer”, dijo a RFI Eduardo Olivares, periodista y exiliado chileno en Francia. “En términos no sólo de compensar a las víctimas, no sólo de hacer justicia, sino de alguna manera dar efectivamente vuelta a la página de todo lo que representaba e implicaba Manuel Contreras como brazo derecho de Augusto Pinochet”, agregó. “La muerte de una persona como esta refleja de alguna manera una etapa de la historia de Chile que todavía tiene consecuencias que valdría la pena poder superar”, concluyó Olivares.

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