Cómo funciona la incubadora de empresas de la UNCUYO

Para que los proyectos tengan un desarrollo óptimo, es primordial una tutela adecuada que provea de diversas herramientas y un acompañamiento continuo.

Cómo funciona la incubadora de empresas de la UNCUYO

La incubadora de empresas de la UNCUYO cumple el rol de tutor de numerosos emprendimientos. Imagen ilustrativa publicada en aniwebmexico.com.

Facultad de Ciencias Económicas

Economía

Suplementos

Walter Vasquez y Andrea Antúnez, becarios de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCUYO

Publicado el 01 DE JUNIO DE 2017

Ubicada en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN), la Incubadora de Empresas de la UNCUYO cumple el rol de tutora de proyectos innovadores de base tecnológica. Entre los emprendimientos sobresalientes se destaca el “SIM C (Sistema Inteligente de Medición de Combustible)”, galardonado como “Emprendimiento Destacado 2016”. El premio lo recibió por su tiempo y dedicación el Equipo de Desarrollo Emprendedor de la Incubadora, integrado, entre otros, por Claudia Grandia, Yamila Meljim y Ariel Rojas. Ellos fueron los encargados de presentar el tema.

Como madre y padre que guían a sus hijos para afrontar los obstáculos de la vida, la Incubadora persigue el mismo fin con las tutorías para proyectos de innovación tecnológica. Pero, en discrepancia con dicha analogía, para que este organismo ampare a los emprendimientos (que ya han empezado a “caminar solos”), hay requisitos fundamentales.

“Una de las condiciones básicas es que las iniciativas sean de base tecnológica o altamente innovadoras. Otros aspectos que también evaluamos es que ya vengan con un equipo y no de la mano de una sola persona. La experiencia nos ha dicho que eso es importante para el éxito del proyecto. Ahora estamos tratando de incorporar proyectos que tengan algún otro impacto, además del social, económico y ambiental”, manifestó Claudia Grandia.

Además, en las convocatorias que realiza la Incubadora es imprescindible conocer el mercado y haber superado el estado de idea. Por lo tanto, se necesita tener el prototipo diseñado o funcionando a escala piloto, lo que genera en el emprendedor mayores posibilidades de conseguir la aprobación de la UNCUYO para recibir la tutela emprendedora.

El triángulo que conlleva a la estabilidad del proyecto debe mantenerse en igualdad de condiciones: “A veces tenés recursos, pero si no tenés un buen equipo, fracasás. Y si tenés una idea que no está validada, aunque tengas recursos y equipo, también fracasás. Se trata en el Modelo de Timmons, donde se desarrollan en los procesos emprendedores y donde tratamos de llevarlos por ese camino”, manifestó Ariel Rojas, tutor de algunos emprendimientos de la Incubadora.

Prosiguiendo con esta idea, el entrevistado afirmó que es importante ver que muchas personas pueden tener ideas, pero para validarlas en el mercado, se tiene que pasar por un proceso. Agregó que esos procesos se inician logrando que el prototipo funcione a una escala piloto. Someter el proyecto a todas las pruebas y validaciones permite disminuir las probabilidades de error.

Guiar a los emprendedores es una tarea activa para el Equipo de Desarrollo. Sin embargo, la orientación no implica el poder en la toma de decisiones del emprendimiento. Los gestores de la idea siempre serán los que tengan la última palabra, independientemente de la voz del personal de la Incubadora. Desde ese organismo se plantean obstáculos frecuentes que suelen aparecer en el desarrollo del proyecto, con el fin de que los emprendedores se adapten a las situaciones y puedan salir a flote.

Para complementar esto, surgió la implementación de la Red de Mentores, con la que se logró relacionar a emprendedores del sector privado, como “Halpern Riego” o “Energe”, con los nuevos emprendedores que nuclea la Incubadora. El boca a boca de la experiencia y sabiduría de quienes ya tienen trayectoria en el mercado hace que quienes se inician en el negocio se preparen con una base sólida y vaticinen inconvenientes.

“Se creó la Red de Mentores con mucho éxito y, ahora, lo que hicimos fue la renovación de compromiso, donde se sumaron nuevos mentores. Hay empresarios de la primera línea de la provincia, como Jorge Pérez Cuesta (titular de la Bolsa de Comercio y presidente de Fundación ProMendoza), Mauricio Badaloni (presidente de la Unión Industrial de Mendoza), Roberto Agüero (fundador de Bianco & Nero) y María Jimena Ayala (presidenta de Silice), entre otros”, explicó Yamila Meljim.

En cuanto a los recursos económicos de cada proyecto tutelado, hay un área de financiamiento que pertenece al Rectorado de la UNCUYO y funciona tanto en la Incubadora como en la Secretaría de Desarrollo Institucional y Territorial. “Ellos nos pasan las líneas de financiamiento que están abiertas, se las comunicamos a los emprendedores y ellos hacen el acompañamiento para poder financiar los proyectos”, sostuvo Meljim.

Además, hay distintos tipos de aporte de capital: nacionales, internacionales, públicos y privados. También hay concursos que permiten a los emprendedores competir por un rédito económico para que puedan consolidar el proyecto y posicionarlo en el mercado.

Una vez que se concretó esta acción y el emprendimiento se mantuvo con regularidad en el mercado, comienza la etapa de post incubación, que es acordada entre ambas partes. Poco a poco, la Incubadora se desprende de los proyectos que tuteló, pero no de manera definitiva. A través de la mutua invitación a eventos, se mantiene la relación a lo largo del tiempo, a tal punto que estos emprendimientos sirven de ejemplo a las nuevas iniciativas. Se consolida así una retroalimentación efectiva.

universidad, economia, incubadora, empresas, uncuyo,