Consumo socialmente sustentable

Nuestras prácticas como consumidores.

Consumo socialmente sustentable

Facultad de Derecho

Especial Conciencia ambiental

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Silvana Maribel Gil, becaria de Prensa de la Facultad de Derecho

Publicado el 26 DE SEPTIEMBRE DE 2016

El consumo socialmente responsable nos incita a tomar conciencia sobre las elecciones que hacemos al momento de comprar, si estamos alentando o limitando el impacto ambiental negativo del consumo. A fines de los 90 se comenzó a incluir la cuestión del consumo sustentable en la temática de protección del consumidor, pero en esta nueva etapa no sólo se reconocen derechos a los consumidores sino también responsabilidades, ya que el objetivo no es únicamente protegerlo de abusos sino preservar el ambiente a los efectos de asegurar las posibilidades de acceso al consumo para las futuras generaciones.

Esto motivó que la Comisión para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, en 1995, adoptara la siguiente definición: “El consumo sustentable es el uso de recursos y productos que responden a las necesidades básicas y proporcionan una mejor calidad de vida. Al mismo tiempo minimizan el uso de materiales tóxicos así como también la emisión de desechos y contaminantes sobre el ciclo de vida, de manera que preservan el medio ambiente como recurso indispensable para las futuras generaciones”. Este concepto de consumo sustentable debe integrarse con el concepto de desarrollo sustentable, entendiendo a éste como “el desarrollo que cubre las necesidades del presente sin comprometer la posibilidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas".

El primer objetivo del consumo sustentable es generar las condiciones socioeconómicas para que todos los habitantes puedan elegir las mejores opciones de consumo, ya que los sectores más vulnerables de la sociedad no pueden elegir qué, cómo, cuándo y cuánto consumir. En otras palabras, la sustentabilidad está íntimamente relacionada con las condiciones de vida de los sujetos. Una vez cumplido este primer objetivo, debemos cambiar nuestras pautas de consumo para evitar los daños o impactos perjudiciales al ambiente.

Es importante que como consumidores, al momento de adquirir un producto, realicemos un examen crítico preguntándonos por las condiciones sociales, económicas y ecológicas en la que ha sido elaborado ese producto, es decir, no sólo tener en cuenta el precio y la calidad del bien sino además cual es la conducta social de la empresa productora.

Además debemos optar por un consumo ecológico, promoviendo prácticas de consumo y descarte amigables con el ambiente, minimizando la explotación de los recursos naturales y disminuyendo la generación de los residuos, eligiendo productos que en su fabricación no generen degradación en el medio ambiente, evaluando las características del producto (embalado y embalaje) para evitar la generación de residuos y reutilizar muchos de ellos, separar los residuos en papeles y cartones, vidrio, plástico para su posterior reciclaje y valorar a aquellas empresas que cumplan con el cuidado del medio ambiente.

El consumo está indisolublemente ligado a la producción y en ambas esferas el Estado cumple un rol regulador e interventor muy importante. El desarrollo sustentable representa una responsabilidad compartida entre instituciones públicas, instituciones privadas (empresas, organizaciones sociales, sindicales, ONG, entre otras) y consumidores.

Consumir eficientemente, utilizando menos recursos y causando menos contaminación, para alcanzar una mejor calidad de vida debe ser una cuestión de todos, compartida y no controversial.