Doble acción para bajar de peso: qué es la tirzepatida y por qué no es una “inyección mágica”

La tirzepatida —comercializada como Mounjaro— llegó a la Argentina como un nuevo medicamento inyectable para la obesidad y la diabetes, con un mecanismo dual que actúa sobre el apetito y el metabolismo. Especialistas advierten que no es una solución rápida, requiere indicación médica, seguimiento y cambios sostenidos en el estilo de vida.

Doble acción para bajar de peso: qué es la tirzepatida y por qué no es una "inyección mágica"

Su doble acción hormonal reduce el apetito, mejora el metabolismo y disminuye la grasa en órganos vitales, con resultados cercanos a la cirugía bariátrica. Foto: La Nación.

Sociedad

Unidiversidad

Ernesto Gutiérrez

Publicado el 17 DE DICIEMBRE DE 2025

Los fármacos adelgazantes se han convertido en un fenómeno global. Ozempic, sobre todo, pero también Obetide y Wegovy son nombres que ya se escuchan en consultorios médicos, redes sociales y conversaciones cotidianas. Mientras la obesidad es una enfermedad que sigue en aumento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), también crecen los trastornos de la conducta alimentaria, la gordofobia y el culto a la imagen corporal.  

En ese contexto, la llegada de la tirzepatida a la Argentina  ——comercializada como Mounjaro y aprobada por la Anmat— vuelve a poner el tema en agenda. Se trata de un nuevo medicamento inyectable de aplicación semanal que promete un descenso de peso más potente que las anteriores mencionadas (cuya droga es la semaglutida) y una mejora integral de la salud metabólica. Sin embargo, especialistas —como Celina Bertona, médica especialista en Medicina Interna y Diabetología del Hospital Universitario— advierten que no se trata de una solución rápida ni de una “inyección mágica”, sino de un tratamiento médico para enfermedades crónicas que requiere prescripción profesional, seguimiento sostenido y cambios en el estilo de vida.

“Si alguien lo consigue sin receta, algo no está bien”, advirtió Bertona y sumó: “En un país donde más de 6 de cada 10 adultos tienen sobrepeso u obesidad, la tirzepatida aparece como una herramienta potente, pero no milagrosa. El desafío será usarla con responsabilidad médica, sin convertir la delgadez en un mandato químico ni en un privilegio para quienes pueden pagarlo”, señaló. La especialista hizo una aclaración importante: no se trata de una vacuna, sino de una medicación inyectable, de aplicación subcutánea semanal.

Ozempic, Wegovy y ahora Mounjaro ganan protagonismo global a la par que la obesidad crece y la OMS alerta por el impacto en la salud física y mental de la población. Foto: La Nación.

Un fármaco con historia y con indicación médica

La tirzepatida no nació como un tratamiento para adelgazar, algo que también pasó con las terapias con semaglutida, por ejemplo. Forma parte de una familia de fármacos que se vienen desarrollando desde hace años para el abordaje de la diabetes tipo 2. Su primer objetivo fue mejorar la actividad de la insulina cuando la glucemia está elevada.

“En personas con diabetes, estos medicamentos mejoran la acción de la insulina solo cuando la glucosa está alta. Por eso, no generan hipoglucemias, ya que no actúan si la glucemia es normal”, explicó Bertona. Esa característica fue clave para que con el tiempo se demostrara su utilidad también en personas sin diabetes, particularmente en el tratamiento de aquellas con obesidad.

La gran novedad de la tirzepatida es su doble mecanismo de acción hormonal. A diferencia de otros fármacos ya disponibles en la Argentina, que actúan solo sobre el receptor de GLP-1, este nuevo inyectable también actúa sobre el receptor de GIP. 

Cómo funciona: menos apetito y mejor metabolismo

El GLP-1 actúa en dos niveles. Por un lado, a nivel gástrico, enlentece el vaciamiento del estómago y genera saciedad: la persona come menos cantidad y tarda más tiempo en volver a sentir hambre. Por otro lado, actúa en el cerebro, en los centros que regulan el apetito, tanto el fisiológico —el hambre real— como el emocional, asociado a la ansiedad, la tristeza o la recompensa.

“El comer no es solo nutrición. También genera placer, hormonas de recompensa. El GLP-1 modula ese circuito y lo frena”, recalcó Bertona.

Lo que suma la tirzepatida es la acción del GIP. “El GIP potencia todos los efectos del GLP-1 y, además, actúa sobre el tejido adiposo, algo que los otros fármacos no hacen”, detalló Bertona. Al mejorar el metabolismo del tejido graso y su sensibilidad a la insulina, se reduce la acumulación de grasa en órganos como el hígado, el corazón o los riñones, depósitos que generan inflamación y daño metabólico.

Esa combinación explica por qué los ensayos clínicos mostraron descensos de peso de hasta el 26 % en 72 semanas, cifras cercanas a las de la cirugía bariátrica, pero sin pasar por el quirófano.

Aprobada por Anmat, la tirzepatida es un inyectable semanal que debe usarse bajo prescripción y seguimiento médico. Foto: Clarín.

Quiénes pueden usarla y por qué no es para cualquiera

En la Argentina, la tirzepatida está indicada solo bajo prescripción médica. Se utiliza en dos grandes escenarios: personas con diabetes tipo 2 que no logran un buen control con otros tratamientos y personas con obesidad (IMC ≥30) o sobrepeso (IMC ≥27) con enfermedades asociadas, como hipertensión, dislipidemia, enfermedad cardiovascular o apnea del sueño.

“No puede cualquiera ir a una farmacia y colocársela”, advirtió. “Tiene que haber seguimiento médico, porque hay que evaluar antecedentes personales y familiares, posibles contraindicaciones y efectos adversos”, señaló la especialista a Unidiversidad.

El tratamiento es semanal y la dosis se ajusta de manera individual mediante un esquema escalonado, que en el país comienza en 2,5 mg y puede llegar hasta 15 mg. En esta primera etapa, solo están disponibles las dosis más bajas.

Efectos adversos y el pedido de la OMS

Los efectos adversos más frecuentes son gastrointestinales: náuseas, vómitos y diarrea, especialmente al inicio o al aumentar la dosis. “No todas las personas los tienen ni tampoco con la misma intensidad, y suelen minimizarse con un escalonamiento adecuado y recomendaciones alimentarias”, aclaró la médica. Además, sostuvo que no se han demostrado efectos graves como arritmias o alteraciones cardíacas significativas con su uso.

Pero el punto central, insiste la especialista, es que no se trata de una solución mágica. “El paciente va a comer menos, pero lo que coma tiene que ser de buena calidad nutricional. Es clave regular la ingesta de proteínas y hacer ejercicio de fuerza”, explicó. De lo contrario, el descenso de peso puede acompañarse de pérdida de masa muscular, algo metabólicamente negativo.

“La obesidad no es una cuestión de falta de voluntad”, enfatizó. “Es una enfermedad compleja, con múltiples factores biológicos, hormonales y sociales”.

Recientemente, la OMS publicó su primera guía sobre el uso de una nueva clase de medicamentos para bajar de peso, lo que marcó un cambio significativo en la política sanitaria global. La guía se centra en las terapias GLP-1 (medicamentos como liraglutida, semaglutida y tirzepatida) y ofrece recomendaciones sobre cómo utilizarlas de forma segura como parte del tratamiento a largo plazo.

El organismo internacional advirtió que la obesidad no es simplemente el resultado de elecciones de estilo de vida, sino una condición crónica compleja que involucra factores genéticos, ambientales, biológicos y sociales. Sostuvo que es un factor importante en el desarrollo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer, y también puede empeorar el pronóstico de enfermedades infecciosas. La problemática ya afecta a más de mil millones de personas en el mundo. Según el organismo, esta enfermedad estuvo vinculada a unos 3,7 millones de muertes durante 2024, lo que refuerza la urgencia de adoptar nuevas estrategias sanitarias. 

Desde el organismo indicaron que la demanda de medicamentos GLP-1 ya supera con creces la oferta. Aunque la producción ha aumentado a nivel mundial, advirtió que menos del 10 % de las personas aptas tendrán acceso para 2030. Por eso, pidió a los países que lleven adelante políticas adecuadas, ya que de lo contrario estos tratamientos podrían agravar las desigualdades sanitarias existentes. Reclamó también precios justos y licencias voluntarias para ampliar el acceso a toda la población que tiene obesidad.

En la Argentina, un mes de tratamiento con tirzepatida ronda los $680.000, aunque el laboratorio anunció programas de descuento. 

Especialistas advierten que se trata de un tratamiento para enfermedades crónicas, que requiere cambios de hábitos, alimentación adecuada y ejercicio. Foto: La Nación. 

Tratamiento a largo plazo

Como ocurre con la hipertensión o el colesterol alto, la obesidad es una enfermedad crónica. Por eso, la recomendación médica con este tipo de medicamentos es clara: el tratamiento suele ser a largo plazo, muchas veces de por vida, siempre bajo control profesional. Los estudios muestran que, incluso al suspender la medicación, se puede conservar alrededor del 60 % del peso perdido.

Los beneficios van más allá de la balanza: reducción del perímetro de cintura, mejora del hígado graso, descenso de la presión arterial y reducción del riesgo cardiovascular y renal.

 

obesidad, inyección, diabetes, tirzepatida, argentina, ,