ECONOMÍA PLURAL: EL CASO DE LAVALLE

La doctora María Elina Gudiño cuenta sobre la economía social y la investigación que llevan adelante en este departamento, donde confluye la mayor cantidad de redes de asociación de la Provincia.

ECONOMÍA PLURAL: EL CASO DE LAVALLE

Facultad de Filosofía y Letras

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Vanesa Seno, becaria de Prensa de la Facultad de Filosofía y Letras

Publicado el 25 DE AGOSTO DE 2015

Lavalle es un claro modelo de identidad y lazos de solidaridad. Este departamento mendocino es considerado "marginal", es el árido en la tierra seca, no siempre ha participado en un proceso de desarrollo económico, posee condiciones extremas de sequía, es un departamento olvidado. A pesar de esto, conserva pueblos originarios con un marcado concepto de comunidad, de trabajo colectivo, único en la Provincia. Se destaca porque posee como atributo la posibilidad de resolver los conflictos de forma comunitaria. Se trata de una comunidad impulsora de autovaloración social o resiliencia, condición importante para la integración territorial.

Esta característica se refleja en el hecho que Lavalle es uno de los departamentos que más organizaciones tiene en su territorio. Sin embargo, se comprueba que existen una escasa vinculación entre los diferentes actores gubernamentales y algunos conflictos entre el municipio y organizaciones sociales vinculadas con la economía social.

A estas conclusiones llegó un equipo de investigación de la Facultad de Filosofía y Letras que desde el año 2009 investiga sobre la economía social y su vinculación con el mercado y el Estado, lo que algunos llaman "economía plural". La coordinación del proyecto fue realizada por María Elina Gudiño, profesora de la Facultad e investigadora independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). También, dirige el Instituto de Cartografía, Investigación y Formación para el Ordenamiento Territorial (CIFOT) y coordinó el libro, pronto a publicarse, Territorio y economía plural: una aproximación al territorio.

"Esta nueva corriente de la economía social no es tan nueva. Surge con las cooperativas y asociaciones gremiales y toma un cariz diferente a partir de la crisis del año 2001. Siempre digo que cuando tocás fondo, surge la solidaridad. Es ahí donde surgen actividades y formas de asociación que, si bien son informales, permitieron mantener el tejido social que estaba roto, mantenerlo no sólo en alimentación sino en vestimenta y demás necesidades", aclaró la doctora.

La investigación comenzó de forma teórica. Primero se estudió Estado, mercado y economía social, y luego se analizó en qué territorio ver plasmada la teoría. Allí surgieron dos caminos: por un lado, como el equipo está conformado por gran cantidad de geógrafos, querían buscar primero el territorio, pero, por el otro, los especialistas en otras ciencias sociales postularon que primero había que localizar las redes en las que estaba la gente. Así llegaron a Lavalle, departamento en el que confluye la mayor cantidad de redes de la Provincia.
 

Temática que interesa al mundo

La cátedra de Geografía Económica comenzó la investigación. Se fueron incorporando sociólogos y, luego, se sumaron becarios, tesistas doctorales y de CONICET que empezaron a interesarse en la temática.

La investigadora aclara: “Esta línea de investigación llama la atención de muchos porque, si bien existen otros tipos de estudios, son más de experiencias puntuales de las nuevas formas de asociación o, en el caso chileno, los feriantes y, en otros lugares, los productores rurales. Lo que es innovador de nuestro estudio es la bajada al territorio que permite vincular los actores con otros actores, vincular el territorio con la economía”.

En este sentido, reveló que “cuando uno va al territorio, se ve la realidad. Nos encontramos, por ejemplo, con que en una misma dirección hay 12 cooperativas. Empezamos a ver cómo podía ser esto: son cooperativas fantasmas que se inscriben y reciben muchos de los financiamientos, pero en la efectividad no se cumple nada. Cuando analizamos los programas, vimos que no hay una articulación entre los programas nacionales, los provinciales y los municipales con lo que efectivamente llega a la gente. Esa falta de articulación demuestra que la economía plural está teniendo efectos negativos hacia el más débil”.

El concepto de economía plural nació en Francia como un modo de evidenciar que no sólo existe la economía de mercado en el territorio, sino que existe la economía del Estado, que marca pautas, inversiones, y también otro tipo de economía, que es la economía social, la más subterránea y no conocida, impulsada en los últimos años.

No sólo Francia se interesa en esta temática, sino también la Universidad de Los Andes, en Mérida, Venezuela. Dicha universidad envió pasantes del último año para que formaran parte de este proyecto de investigación. Ellos trabajaron en distintos temas: analizaron cooperativas para ver las formas tradicionales de la economía social y estas nuevas modalidades, que van de la mano de artesanos y el rol del Estado, entre otros temas. Los tesistas ya están recibidos y ahora en su país realizan estudios comparativos.
 

El libro, fruto de la investigación

Los resultados de todos los proyectos de investigación sobre el tema fueron plasmados en una publicación. La primera parte del libro es teórica general sobre Estado, mercado y sistema capitalistas, y luego se aboca a profundizar los temas en un territorio dado: Lavalle. Relaciona Estado, planes y programas que se implementan con el mercado y las dificultades que existen en las formas de comercialización.

Por ejemplo, hay cooperativas formales dentro del circuito del mercado que tienden a desaparecer y se trata de ver por qué. Recalca Gudiño: “Por eso pensamos que cuando hablamos de desarrollo sostenible hay que 'aterrizarlo' en el territorio, porque allí se ve cómo están funcionando las relaciones. Esto es lo que volcamos en el libro”.

Agrega: “Lo que hemos podido ver es que debemos mejorar los mecanismos para aprovechar muchas de las cosas que existen, generando nuevas formas de asociación. Estamos viendo qué modalidades, en cuanto a formas de comercialización existen en este momento, que no se conocen, para poder salir de la forma jurídica tradicional. Hay que formalizar las relaciones. Si las cooperativas no funcionan porque son muy burocráticas, hay que buscar otras formas, otras nuevas modalidades. Creo que es eso lo que hay que estudiar”.

Para finalizar, Gudiño reflexionó: "Es interesante que la sociedad conozca esta temática, por ejemplo, a través del libro, porque forma parte del diario vivir de una misma sociedad. Se quiera o no, cuando uno va a una feria o a un artesano tiene que ver con esto. Por lo tanto, para comprender la lógica que subsiste detrás hay que entender los comportamientos de los diferentes actores".

Tanto el proyecto, la vinculación con investigadores franceses, los pasantes de Venezuela, la realización del coloquio como la próxima publicación del libro muestran qué grado de relevancia tiene dicha temática tanto para el CIFOT como para el resto del mundo. También muestran la necesidad de un Estado eficiente, de fortalecer la vinculación y la articulación entre el Estado y las organizaciones sociales u organizaciones sociales entre sí. Así también, consolidar nuevas formas de asociación y comercialización entre la economía social, el mercado y el Estado, acciones que provocarán a lo largo del tiempo una nueva dinámica en el desarrollo de la comunidad. La construcción de una nueva economía en el territorio es posible como estrategia para alcanzar el desarrollo.

 

Por Vanesa Seno, becaria de Prensa de la Facultad de Filosofía y Letras.