Realidades y desafíos

La especialista Natalia Encina brinda su opinión sobre las realidades y los desafíos que proponen las nuevas tecnologías a la educación.

Realidades y desafíos

Facultad de Filosofía y Letras

Especial e-learning

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Vanesa Seno, becaria de Prensa de la Facultad de Filosofía y Letras

Publicado el 17 DE NOVIEMBRE DE 2015

Los cambios actuales presuponen la necesidad de caminar hacia una nueva actitud de toda la sociedad y de la comunidad educativa en todas sus partes. Implica preparar a los estudiantes para un nuevo tipo de sociedad, la sociedad de la información y del conocimiento. Esto no consiste solamente en enseñar los usos de las TIC, ya habituales en los hogares y puestos de trabajo, sino también a usarlas como herramientas de aprendizaje. Pero también es un requerimiento indispensable que los docentes estén preparados y predispuestos para capacitarse (“cuestión de actitud”) y poder ofrecer a sus alumnos oportunidades de aprendizaje, con apoyo en las TIC.

Es por ello que las Nuevas Tecnologías aportan un nuevo reto a la educación que consiste en pasar de un modelo unidireccional de formación, en el que por lo general los saberes recaen en el docente o en el libro de texto, a modelos más abiertos y flexibles, en los cuales la información almacenada en grandes bases de datos tiende a ser compartida entre diversos estudiantes. Frente a los modelos tradicionales de comunicación que se dan en nuestra cultura escolar, algunas de las tecnologías generan una nueva alternativa tendiente a modificar el aula como conjunto arquitectónico y cultural estable donde el alumno puede interactuar con otros compañeros y docentes que no tienen por qué estar situados en un mismo contexto espacial, la oportunidad de brindar un “aula extendida” o “aula sin fronteras”.

Esta nueva perspectiva espacio-tiempo exige nuevos modelos de estructuras organizativas de las escuelas que determinen no solo el tipo de información transmitida, valores y filosofía del hecho educativo, sino también cómo mediar los medios y materiales educativos para que se integren en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Es decir, nos lleva a nuevas formas de pensar el proceso de enseñanza que implica la combinación de la reflexión tecnológica y pedagógica para el desarrollo de una acción di­dáctica, con nuevas formas de entender el aprendizaje, y que influye en el desarrollo de materiales a partir del planteo de otras relaciones entre los sujetos, los espacios y los tiempos, en pos de la realización de una acción forma­tiva pensada, desarrollada y diseñada para destinatarios específicos.

 

Por Vanesa Seno, becaria de Prensa de la Facultad de Filosofía y Letras

¿Cómo integrar las nuevas tecnologías?

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