El poeta Marcelo Leites es entrerriano y dedicadísimo impulsor de la poesía en su provincia. Desde los 90 publica su obra, coordina talleres sobre el género y participa como jurado en certámenes regionales. Invitado por la organización del II Festival Internacional de Poesía, que se desarrolló durante la primera semana de la Feria del libro en el Le Parc, Leites vino a presentar el taller “Introducción a la poesía del siglo XX”.

“Desde Whitman hasta Mallarmé, hoy se escribe poesía en prosa o en estilo libre. Escribir en otro estilo es estar desfasado, salvo en formas cerradas, como el soneto. Hahn y Sarduy son buenas excepciones, porque renovaron el lenguaje. Bretón y Lugones están en las antípodas pero son igualmente obsoletos. Dice Ezra Pound que la precisión es la única moralidad de la escritura. Hay un plus de sentido en las palabras elegidas, eso caracteriza a la buena poesía. El objetivismo es el movimiento de vanguardia que perdura”, son algunos de los conceptos que desarrolló durante la primera jornada y retomó en la segunda.

La poesía escrita en inglés es impulsora de esta corriente, explicaba Leites. “Leer poesía en lengua inglesa es una tradición del siglo XX, en una ruptura con el neorromanticismo de España y Francia, contra su retórica vacua, de la mano de Girri y Borges, contra esa recarga innecesaria del lenguaje”. Enumeró los principios definidos por Ezra Pound:

1.       Tratar la “cosa” directamente, ya fuese subjetiva u objetiva.

2.       Prescindir de toda palabra que no contribuya a la presentación.

3.       En cuanto al ritmo: escribir siguiendo una secuencia análoga a la de la frase musical, y no en una secuencia de metrónomo.

El objetivismo “no es objetivo sino que pone el énfasis en el objeto”. A modo de ejemplo, compartió con el público el poema “La carretilla roja”:

cuánto depende

de una

carretilla

roja

lustrada por el agua

de la lluvia

junto a los pollos blancos

A partir de este poema y del impacto de las imágenes en los asistentes, continuó: “La imagen es el centro de irradiación del poema de esta época, mucho más que el ritmo, pero no es una incorporación de vanguardia, ya que la trabajaron bien los poetas chinos y japoneses clásicos. Solo los grandes poetas logran el impacto expresivo. Los creadores de haikus no eran solo poetas, hacían un gran trabajo interior de meditación. Pound reconoce su deuda con estos poetas. Les recomiendo El arte de la poesía, de Pound”.

Una mirada crítica al objetivismo argentino

“Williams fue mal leído por los poetas de los 90, pero sobre todo por los discípulos de estos, que creen que cualquier cosa que se escriba puede ser poesía”, disparó Leites, como referencia a los autores que se hicieron masivos a fines del siglo XX en Argentina, y brindó algunas precisiones sobre la corriente de la mano de sus mayores exponentes: “Eliot dice que el lenguaje del poema no se tiene que alejar demasiado del habla del lugar donde vive el poeta. Parra incorpora el objetivismo y el lenguaje de la calle en el poema. Williams dice sobre el objetivismo: ninguna idea, salvo en las cosas. El poema no tiene que representar sino presentar”.

El taller continuó con la reflexión sobre el capítulo “La imagen” de El arco y la lira, de Octavio Paz (libro que también recomendó para quisiera iniciarse en la temática) y la lectura de poemas de Williams.

Ante el efecto de confrontación directa con el objeto que produce esta poesía, el público se preguntó por los recursos tradicionales, como la metáfora: “La metáfora está gastada, la imagen es el centro del poema hoy”, fue la respuesta.

El cierre del trabajo de Marcelo Leites se centró en el debate sobre la relación entre belleza, verdad y realidad. “No hay representación en el arte, siempre hay ficcionalización. El arte crea su propia realidad.Dice Wallace Stevens que lo real solo es la base, pero es la base”., y reforzó: “El arte tiene que ver con la belleza, no con la verdad, a diferencia de lo que sostiene Keats ('La belleza es verdad / y la verdad belleza'). La imagen es una frase en la que la pluralidad del significado no desaparece. El poema nos hace recordar lo que hemos olvidado, lo que somos realmente. La imagen se explica a sí misma; es una idea discutible porque existe la crítica, pero no toda crítica es buena ni toda interpretación es útil. Sobre la experiencia poética, recordemos a Octavio Paz: 'El lenguaje es tensión, el extremo del ser y el ser hasta el extremo'”.