El planchado de senos: otro horror contra la sensualidad de la mujer

Generalmente se da en África, principalmente en Togo y Camerún. Consiste en lograr que los pechos de las niñas nunca crezcan para no ser deseadas por los hombres a tan temprana edad.

El planchado de senos: otro horror contra la sensualidad de la mujer

Sociedad

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Fuente: Diario El País

Publicado el 24 DE JULIO DE 2019

Múltiples son las violencias que sufren las mujeres a lo largo de su vida: violaciones, mutilación genital, matrimonios precoces, explotación sexual y asesinatos quizá sean las más mediáticas, las más denunciadas, pero no las únicas. Uno de los maltratos invisibles es el planchado de senos. Según la definición de las Naciones Unidas, es "la práctica dolorosa de masajear o golpear los pechos de las niñas con objetos calientes para suprimir o revertir el crecimiento de estos". En algunos lugares, se opta por los vendajes compresivos.

Según una crónica publicada en el diario español El País, se practica fundamentalmente en Camerún, pero también en otros países africanos... y hasta a Europa ha llegado. A principios de 2019, el diario británico The Guardian descubrió varios casos en el Reino Unido y que unas 1000 niñas migrantes y de la diáspora se encontraban en riesgo, lo que obligó al Gobierno a emitir un comunicado recordando que se considera una violencia contra los menores y es perseguida por la ley.

Naciones Unidas ha calificado el planchado de senos como una de las cinco violencias contra la mujer menos documentadas del mundo. Diversos informes mencionan que unos 3,8 millones de adolescentes africanas la han podido padecer y citan a la ONU como fuente de esta estimación, pero no existen datos contrastados. "Es probable que más de 4 millones de niñas hayan sido sometidas a esta práctica. Actualmente resido en Togo, donde recopilamos datos con 3045 madres en la región de Kara, y al 12 % de ellas se les había realizado. Sé que también se hace en Nigeria, Costa de Marfil, Burkina, Guinea Conakry o en Sudáfrica, pero no se ha documentado con estudios", advierte el antropólogo Flavien Ndonko.

Ndonko fue uno de los autores del único recuento de casos realizado hasta la fecha. Tuvo lugar en Camerún en 2005 a iniciativa de la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) y la Asociación Renata, una de las pocas en el mundo que han investigado y trabajado en campañas de sensibilización. Ellas bautizaron esta práctica con el nombre por el que se la conoce y aportaron unos resultados que revelaron que el 24 % de las casi 6000 niñas y mujeres encuestadas habían sido sometidas a ella, y que otros 2,3 millones se encontraban en riesgo en este país. En algunas provincias, la prevalencia ascendía al 53 %. 

Es un asunto tabú que se realiza en secreto en el hogar, relegado a la intimidad de la relación madre-hija. "La gente tiene dificultades para hablar de ello porque es como una cosa oculta que no deberíamos divulgar. Las personas que lo practican están en las aldeas. En mi caso, sé que no fue iniciativa de mi madre, sino de sus tías que están en el pueblo", indica la estudiante Codjie.

La razón de esta tortura es lograr que los pechos de las niñas no llamen la atención, para evitar que los hombres se sientan atraídos por ellas, retrasar al máximo el inicio de la vida sexual de las chicas, prevenir el acoso y los embarazos no deseados... aunque no se sostiene esta teoría. En Camerún, los últimos datos disponibles del Fondo de la Población de la ONU (Unfpa) revelan que el 30 % de las mujeres se quedan embarazadas antes de los 18 años.

Betty Codjie no cree que haya relación entre el planchado de senos y la prevención de embarazos no deseados, tal y como sostiene la creencia popular. "Estos tienen que ver más con la falta de acceso a métodos anticonceptivos", afirma la chica. Las jóvenes como ella saben que deben conseguirlos si van a mantener relaciones sexuales, pero les echa para atrás porque el sexo está mal visto si se trata de una mujer soltera. De hecho, solo el 13 % de las mujeres entre 15 y 49 años utiliza métodos anticonceptivos modernos, según la Unfpa. "Te preguntan si es que te vas a acostar con un tío... Todavía hay una cierta moral de que no debes tener relaciones sexuales. Para pedir las píldoras anticonceptivas aún necesitas mucho coraje, y las chicas al final se quedan embarazadas".

En la mayor parte de casos, el planchado lo realizan las madres. Los objetos más utilizados son piedras lisas, espátulas, palos de escobas o similares, e incluso cinturones para atar alrededor del pecho. "Mi madre fue a buscar un bastón y me explicó que tenía que golpearme todas las mañanas, al amanecer. Me pareció un poco raro, no lo entendía. Cuando los pechos empiezan a crecer, duele. Así que cuando te golpean, es peor...", afirma la joven. Codjie fue advertida de niña de que cuando le empezaran a crecer los senos, los hombres la mirarían y que su desarrollo era una manera de provocarlos.

Para más información, leé el artículo completo en el diario español El País.

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