En 2021, la Consejería de género de la UNCUYO recibió 44 consultas

La Consejería es un espacio fundamental que funciona dentro de la Secretaría de Bienestar Universitario. Está abocada al acompañamiento y asesoramiento a personas de toda la comunidad de la UNCUYO en casos de violencia sexista, sexualidad e identidad de género.

En 2021, la Consejería de género de la UNCUYO recibió 44 consultas

Foto: Prensa UNCUYO

Sociedad

Sexo, género y diversidad

Unidiversidad

Julia López

Publicado el 17 DE DICIEMBRE DE 2021

Desde 2015, en la UNCUYO funciona la Consejería en Sexualidades, Identidades de Género y Situaciones de Violencia Patriarcal de la Secretaría de Bienestar Universitario. Su trabajo tiene el objetivo de incorporar transversalmente la perspectiva de género en el ámbito universitario y así erradicar cualquier forma de sexismo, discriminación y violencia patriarcal. En 2021, recibieron 44 consultas y llevaron a cabo alrededor de 300 encuentros.

La principal actividad de esta área, como lo indica su nombre, es brindar consejerías a cualquier persona de la comunidad universitaria que solicite acompañamiento integral. Abordan casos de violencia patriarcal –dentro y fuera de la universidad–, sexualidad e identidades de género. También realizan formaciones especializadas en el ámbito de la UNCUYO.

En la Universidad, hay otros espacios que se abocan a la promoción de derechos y la sensibilización contra las violencias machistas. Sin embargo, la Consejería es la única instancia que brinda asesoramiento legal, acompañamiento terapéutico y social, e información sobre los recursos y herramientas disponibles.

Entre todas las líneas que se trabajan, fueron 44 las consultas recibidas en 2021. Sumaron, así, un total de 52 personas acompañadas. Los encuentros por cada intervención son entre tres y siete y las consejerías durante 2021 fueron alrededor de 300, si se tiene en cuenta que se realizan ocho o nueve en una semana. 

De esas 44 consultas nuevas, 15 fueron por situaciones de violencia patriarcal fuera del ámbito universitario –todas mujeres, una egresada y 14 estudiantes–; reportaron violencia psicológica, económica o física –intrafamiliar– por parejas, exparejas y, en dos casos, padres (varones). Otros 14 casos correspondieron a violencia sexista dentro del ámbito universitario; estas consultas fueron realizadas tanto por estudiantes como por trabajadoras, la mayoría en facultades, pero otras en colegios y el Conicet. En este caso, prevalece la violencia psicológica, seguida por el acoso sexual y la violencia simbólica. 

También hubo 8 acompañamientos a estudiantes en identidad de género –en su mayoría, personas trans femeninas–. Por último, recibieron 7 solicitudes de asesoramiento académico u orientación profesional

Lo más destacable es que es una labor diaria interdisciplinaria, en la que profesionales del derecho, la psicología, el trabajo social y la sociología se desempeñan y transversalizan sus conocimientos para ofrecer un dispositivo de acompañamiento integral, con perspectiva de género y derechos humanos. Es llamativo que, en más de la mitad de los abordajes, las mujeres y personas trans aseguraron que la Consejería fue el primer espacio al que acudieron en búsqueda de asesoramiento y acompañamiento. 

Capacitación sobre género a escuelas secundarias. Fuente: prensa UNCUYO

La bimodalidad presencial y virtual

Actualmente, la forma de intervención es híbrida –presencial y virtual, de acuerdo con las posibilidades–. Esta organización se logró luego de atravesar los obstáculos del aislamiento por la pandemia de COVID-19. Sobre este punto compartió su reflexión una de las trabajadoras de la Consejería, Aleyda Yanes, psicóloga y magíster en Estudios de Género, Mujeres y Ciudadanía.

“Intervenir en violencia patriarcal con el aislamiento social fue muy difícil por varios motivos. Primero, por el control de los dispositivos de comunicación; segundo, por la imposibilidad de la privacidad en muchos casos; tercero, porque contactar a las mujeres a veces suponía ponerlas más en riesgo o visibilizar una intervención de la que ellas no estaban dando cuenta”. 

La profesional aseguró que les requirió mucho esfuerzo poder brindar una contención real a través de un dispositivo móvil, tanto a quienes acompañan como a las integrantes del área especializada: “La corporalidad tiene otras posibilidades”, destacó Yanes. En 2021, ya todas las personas estaban más adaptadas a la realidad virtual. 

Una de las grandes complicaciones de la cuarentena fue la salida del hogar en una situación de violencia de género. “Era imposible alquilar, los refugios estaban todos con unas normativas muy complejas... Es verdad que, entre las distintas áreas provinciales y departamentales, había muy buena predisposición para buscar alternativas de resolución, pero exigió mucha creatividad y, en ocasiones, mucha dificultad para poder intervenir”, narró la psicóloga.

 

Protocolo de intervención por denuncias de violencia patriarcal

En 2021, la Consejería inició una tarea significativa: la modificación del protocolo institucional ante denuncias por situaciones de violencia sexista, establecido por resolución en 2017. Estos cuatro años han servido para conocerlo, hacer uso de sus herramientas e identificar los obstáculos que presenta. Sobre esta base, presentaron la propuesta de reforma a las autoridades de la Secretaría de Bienestar. 

Mesa de trabajo con el protocolo de intervención en 2019. Foto: captura video UNCUYO

Además de evaluar los aspectos legales, se reunieron con referentas feministas y de áreas de género de la UNCUYO, y también con representantes de los gremios estudiantiles, decanos y decanas de las unidades académicas. Luego de poner sobre la mesa la experiencia de aplicación del protocolo en este tiempo, se recabaron inquietudes, se incorporaron sugerencias y se debatieron los desafíos a los que debe hacer frente una herramienta de este tipo. 

“Con el protocolo, estamos pudiendo salir de la lógica individualista con la que muchas veces se aborda la violencia. Se establece un circuito de denuncia, pero muchas veces se piensa en cómo abordar de forma sancionatoria a quien agrede y cómo proteger a quien fue agredida".

"Habitualmente, no se tienen en cuenta otros componentes que hacen a la violencia no solamente como algo estructural, sino como algo que sucede en un campo en el cual acaba resonando esa situación”, explicó Aleyda Yanes. Es decir, desde la Consejería apuntan a un protocolo que tenga en cuenta la repercusión que puede tener una denuncia en un espacio de trabajo. Por ejemplo, si se impone una orden de alejamiento a la persona denunciada, en la oficina empiezan a correr rumores o situaciones de compañeros y compañeras que se ponen a favor de uno o de otra y, aporta Yanes; “Todo esto repercute en la revictimización de la mujer o persona que denunció”.

Ante esta situación, desde el espacio de la Consejería realizan encuentros con los grupos laborales para poder explicar qué significa una medida de protección, por qué se toma, cuándo se toma, qué niveles de riesgo hay. De esta manera consiguen, por un lado, disminuir los rumores y, por otro, sensibilizar para que las personas empaticen con las situaciones de cada quien o bien identifiquen una situación de violencia propia

Como parte de esta modificación, buscan crear un anexo dedicado exclusivamente al “Protocolo de intervención institucional frente a denuncias por violencia de género realizadas por niños, niñas y adolescentes de la UNCUYO”. De su elaboración participaron autoridades de la Dirección General de Educación Secundaria, personal y estudiantes de las escuelas secundarias de la universidad. 

Si bien todavía está en manos de la Secretaría de Bienestar, esperan que se pueda tratar a principios del año que viene en el Consejo Superior. “Esto combate el adultocentrismo y propone una fórmula de respeto a la autonomía infantil y adolescente”, puntualizó la especialista.

El trabajo con los seis colegios universitarios excede la redacción del protocolo. Desde su creación en 2015, tienen instancias de encuentro con adolescentes. Además, la presencia y visibilidad de la Consejería en las escuelas ha posibilitado que les soliciten asesoramiento y participación junto con los equipos orientadores en situaciones de violencia de género entre pares estudiantes. 

 

¿Cómo se contacta?

Las consejerías pueden ser requeridas por cualquier persona de la comunidad universitaria, no solo por la persona que atraviesa la situación, sino también como acompañante de aquella. Otra modalidad de consulta es la grupal, es decir, el asesoramiento a colectivos que quieran incorporar conocimientos y herramientas para intervenir o trabajar en otros espacios. 

En el Gran Mendoza, la sede se encuentra en el Comedor Universitario –ubicado en el predio de la UNCUYO–. La oficina reabre en febrero, pero sus horarios de atención son de lunes a viernes de 9.30 a 13.30. También se puede escribir a consejeria@uncu.edu.ar, llamar al (0261) 4135000 (int. 66014) o comunicarse por celular al 2616949064. En San Rafael, el espacio está ubicado en Irigoyen 221. Su mail es bienestarsur@uncu.edu.ar, y su teléfono, (0260) 4424181. Atienden de lunes a viernes de 9 a 13.

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