Cerrá la puerta

Por Jorge Fernández Rojas, director de Unidiversidad.

Cerrá la puerta

Ilustración: Pablo Pavezka.

Sociedad

#25 - Vivir en una burbuja

Edición U

Publicado el 03 DE DICIEMBRE DE 2017

“El peligro de vivir en zonas socialmente más homogéneas está en perder la perspectiva de la diversidad social” (Sonia Roitman, socióloga, experta en Planificación Urbana)

 

En el flanco sur del Barrio La Gloria, populoso espacio de Godoy Cruz cercano a la llamada “triple frontera”, hay un muro que lo separa de otras barriadas. En uno de sus extremos hay una puerta dibujada en la pared y que se puede ver desde el lado de los “gloriosos” vecinos. La imagen, muy representativa y simbólica, de esa puerta impresa presume una salida del encierro.

En este número de Edición U asumimos el riesgo de comprender y transmitir fehacientemente de qué se habla cuando se observa el fenómeno de los barrios privados.

Si bien el ejemplo del Barrio La Gloria no es un caso directo de un barrio privado propiamente dicho –tal como se lo concibe–, es cierto que una pared es una barrera para cualquier habitante mendocino. En este terreno es que nos involucramos: en los barrios privados hacia dentro. En las supuestas ventajas de vivir cercado para desarrollar lo cotidiano de modo seguro y sin tensiones. En la necesidad de vivir con costos de servicios que se duplican por estar en un ámbito privado inserto en un espacio público.

En las páginas que vienen se podrán evidenciar estas aristas: los barrios privados como manifestación política y sociológica; los barrios privados y el Plan Provincial de Ordenamiento Territorial; qué han hecho algunas municipalidades mendocinas para controlar los desarrollos inmobiliarios en el cinturón verde hortícola y los emprendimientos privados como desafíos en la actualidad. Pero, además, como posibilidad de entender otros costados del asunto y enfocados sobre las problemáticas que se generan “del lado de adentro de la pared”, un emprendedor explica su idea de “crear comunidades en barrios privados” y, por otra parte, se revisa el costo económico de vivir dentro de un predio de acuerdo al análisis que hace el economista José Vargas. 

A principio de este mes se suscitó una polémica muy extendida en todo el país y potenciada por las redes sociales, producto de la difusión de un video de una supuesta médica que hacía notar sus diferencias de estilo de vida, bien pronunciadas, con las personas que no conforman su selecto círculo colectivo de confianza. El caso se viralizó como “la cheta del nordelta”. Esa connotación segregacionista dio aún más sustento a este informe desplegado bajo el título de tapa: “Vivir en una burbuja”.

A propósito, retomo las observaciones de Sonia Roitman, socióloga egresada de la UNCUYO, quien despliega su especialidad en Planificación Urbana en países como Inglaterra y Australia. Hace tres años, en una entrevista publicada por el diario Los Andes, le preguntaron: “Además de la segregación que promueven, ¿qué otras desventajas tienen los emprendimientos cerrados?”. Ella respondió: “Una es el desentendimiento de ciertos grupos con respecto al ámbito público porque, como se mueven en espacios privados, no demandan al Estado que brinde servicios públicos de calidad. Y suelen ser precisamente las personas que mayor influencia tienen en el gobierno. Otra es que quienes viven en barrios cerrados se pierden los beneficios de habitar en la ciudad y coexistir con gente diversa, lo que permite desarrollar la tolerancia y la adaptabilidad a situaciones y personas diferentes”.

La pincelada es magistral para entender cómo queremos y necesitamos vivir en una sociedad que está en constante mutación.

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