Inhibidores de señal: cómo es la modalidad delictiva cada vez más frecuente en Mendoza

Especialistas en seguridad dieron sus recomendaciones para evitar ser víctima de esta clase de robos. Verificar que las puertas del auto estén bien cerradas, es clave.

Inhibidores de señal: cómo es la modalidad delictiva cada vez más frecuente en Mendoza

Inhibidores de señal: cómo es la modalidad delictiva cada vez más recurrente en Mendoza. Foto: Télam.

Sociedad

Unidiversidad

Ernesto Gutiérrez

Publicado el 17 DE MAYO DE 2023

Hace tiempo que los delincuentes los usan y no hay ciudad que se salve de esta modalidad delictiva. Propietarios y propietarias del vehículo de manera casi automática, sin prestar mucha atención, aprieta el botón para cerrar el auto y activar la alarma, se va con tranquilidad suponiendo que dejan todo seguro y que si intentan robarle, se activará ese sonido tan fuerte y molesto que llamará la atención y hará que el delincuente huya. Pero no necesariamente es así, ya que hay aparatos que logran que el dueño o la dueña del vehículo crea que la alarma se activó, cuando en realidad ocurrió todo lo contrario.

Hablamos de los inhibidores de señal o frecuencia que son aparatos que van desde el tamaño de un encendedor, algo relativamente pequeño, al de una computadora portátil y su propósito es bien sencillo: interrumpir las comunicaciones o bloquear la señal. Conozcamos en profundidad qué son, cómo funcionan y qué dice la ley argentina sobre su uso, compra y venta.

Para Mario Riquelme, graduado del ITU de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO, técnico en radiofrecuencia y propietario de SAT Alarmas, los inhibidores de frecuencia tienen un objetivo muy claro y sencillo: interrumpir las comunicaciones en ciertas frecuencias. 

“Es un método poco conocido y sencillo, pero su función es bloquear la frecuencia o señal que emiten las alarmas de casas, autos y demás equipos para que no se pueda comunicar o transferir”, explicó a Unidiversidad.

De hecho, según el técnico, los inhibidores pueden ser usados para interferir distintos tipos de comunicaciones o dispositivos, desde redes móviles, radares de velocidad, Bluetooth, GPS, infrarrojos, entre otros. Pero a pesar de su variedad de usos, todos los inhibidores son realmente sencillos. 

“En sí, bloquean la señal que emite el aparato receptor al introducir una frecuencia indicada o un ruido o información inútil que sature la banda, impidiendo que la información verdadera llegue”, detalló.

En concordancia, se encuentra el jefe de Delitos Económicos de Mendoza, Osvaldo Araujo, quien sostuvo que es una modalidad muy utilizada y recurrente entre quienes delinquen aquí en la provincia, pero no algo crónico.

“Es un hecho delictivo muy común en la provincia, diría que es muy frecuente, y que pasa muchas veces desapercibido por la comunidad debido a su modus operandi que no deja huella o indicios durante el delito que se comete. Tal es así que, muchas empresas de seguridad de mercados e hipermercados están alertados por este nuevo procedimiento de los delincuentes. Incluso en lo que va del año, son numerosas las veces que hemos detenido a personas con estos dispositivos en su poder”, detalló.  

“Es un hecho delictivo muy común en la provincia, diría que es muy frecuente, y que pasa muchas veces desapercibido por la comunidad debido a su modus operandi que no deja huella o indicios durante el delito que se comete", dijo el jefe de Delitos Económicos de Mendoza, Osvaldo Araujo. Foto: Télam.

Modus operandi delictivo

Según Araujo, lo que sucede con estos aparatos es que los delincuentes logran que el dueño del vehículo crea que ha cerrado bien cuando en realidad no se ha activado la alarma ni el cierre centralizado. 

“Los más comunes tienen forma de handy y para cometer el delito los delincuentes deben estar a unos 30 o 50 metros máximo. Así cuando aprietan el botón, activan el inhibidor. Este dispositivo genera un ruido electrónico que interfiere la conexión del cierre centralizado y la llave, lo que inhibe la señal", explicó.

En general, señaló el jefe de Delitos Económicos, los lugares elegidos por los delincuentes son los que cuentan con estacionamiento, parques, espacios públicos muy concurridos y avenidas, donde la garantía del sonido o la confirmación del cierre es imperceptible, pero la propietaria o el propietario igual se va tranquilo.

“Los delincuentes, al poder abrir el auto sin forzarlo, no llaman la atención de la gente que pueda estar en el lugar. De ahí en más los robos varían. El peor de los casos es que se lleven el auto. Pero otras veces, en realidad, aprovechan a robar lo que está adentro, desde objetos de valor hasta documentación. Ocurre también que si se dejan las llaves de la casa y tienen la dirección porque figura en la cédula que también guardan en el auto, van a los domicilios. Otros, más sofisticados, copian las llaves y las devuelven al auto y dejan todo normal. Al cabo de algunos días entran a los domicilios y nadie entiende cómo hicieron. Por eso, es recomendable nunca dejar este tipo de cosas en la guantera", señaló.

La forma de evitar ser víctima de estos robos es estar atentos o atentas, sostuvo. "Lo que recomendamos es que cuando se baja del auto se esté seguro de escuchar la señal sonora o ver las luces de la alarma. Pero lo mejor es con la mano asegurarse que la puerta esté cerrada", remarcó.

Los handy son los inhibidores de señal  más utilizados por quienes delinquen. Foto: Télam. 

Alarmas comunitarias, otro blanco fácil 

Otro uso indebido que se le ha dado a los inhibidores de frecuencia es para robar en domicilios, comercios u otros lugares. 

“Las alarmas que se conectan por red inalámbrica se han popularizado en los últimos tiempos, ya que son más fáciles de instalar y más económicos. El problema, en este caso, es que los ladrones pueden acudir al lugar, a algún domicilio o comercio y desvalijar todo con un inhibidor. Generalmente usan la banda de los 900 MHz para que la alarma no pueda comunicarse con la central”, detalló Riquelme.

Afortunadamente, las empresas de alarmas ya son conscientes de que usar la red inalámbrica es susceptible de ser interferida por inhibidores de frecuencias. Por eso, lo primero que recomiendan es instalar una alarma que se comunique por red fija o usar redes como la de Sigfox que, gracias al empleo de una frecuencia ultra estrecha, es prácticamente imposible de ser inhibida.

Qué dice la ley sobre su uso y comercialización

Los inhibidores de frecuencias pueden tener usos legítimos, como proteger edificios, información confidencial e -incluso- impedir la activación remota de explosivos, por dar algunos ejemplos. Sin embargo, son muchos los casos en los que su uso puede ser indebido, aunque quien emplee el inhibidor no sea consciente de ello.

Ante estos usos no tan amistosos de los inhibidores de frecuencia (y los que no hemos mencionado) las autoridades nacionales han tenido que intervenir en el uso de estos dispositivos. En 2019, el Ministerio de Seguridad de la Nación y el Enacom firmaron una resolución conjunta que prohíbe la venta libre de estos equipos disponibles en portales masivos.

"Que los equipos inhibidores o bloqueadores de señales radioeléctricas son dispositivos que impiden y/o interrumpen y/o estorban y/o entorpecen y/o causen interferencias perjudiciales a diversos servicios y sistemas de radiocomunicaciones. Que tales equipos hacen uso de cualquier porción del espectro radioeléctrico, motivo por el cual se han manifestado distintos reclamos de prestadores de servicios de telecomunicaciones y de usuarios de los mismos. Que el uso irrestricto de los equipos en cuestión pone en riesgo el normal funcionamiento de las comunicaciones y atentan contra la seguridad de la ciudadanía", apunta la resolución.

La medida exceptúa a los inhibidores empleados por fuerzas de seguridad y también prevé su uso mediante un trámite administrativo en "ubicaciones fijas confinadas a las entidades públicas y a las entidades del sector financiero que lo justifiquen", apuntaron fuentes del Ministerio de Seguridad.

Con estas especificaciones queda claro que solo las fuerzas de seguridad del Estado pueden hacer uso de los inhibidores. De hecho, las sanciones a las que nos exponemos en caso de no hacer caso a esas palabras, recogidas en la Ley de Telecomunicaciones, van desde los 50.000 pesos para una infracción grave (compra) hasta los 200.000 pesos para una infracción muy grave (venta).

"La clave para no caer en esta práctica delictiva es solamente una: verificar que la puerta haya quedado efectivamente cerrada y no confiar a la distancia”, afirmó Osvaldo Araujo. Foto: Télam.

¿Y la venta de inhibidores?

No hace falta ser un gurú de internet para acceder a tiendas online donde se pueden encontrar inhibidores de todos los tipos y precios. Pero si su uso está más que prohibido, ¿se pueden vender? Para algunas cosas o acciones las leyes en la red quedan difuminadas, pese a que la normativa suele ser clara.

La medida señala que "debe tenerse en cuenta que la directiva contempla una serie de equipos que están exentos de la aplicación de la misma, como pueden ser los utilizados exclusivamente para actividades relacionadas con la seguridad pública, la defensa nacional, la seguridad del Estado y las actividades del Estado en el ámbito del Derecho Penal". A pesar de ello, comprar un inhibidor por Internet es una tarea bien sencilla, solo hace falta una cosa: dinero

“Podría pensarse que son unos aparatos muy sofisticados, pero no es así y se pueden conseguir de manera 'sencilla' en cualquier página de internet o comercio electrónico o de alarmas. El problema es lo que los delincuentes hacen con ellos después. Como dijimos, tienen forma de handy y en algunas redes de ventas es bastante fácil conseguirlos, aunque hoy no tengan precio porque son importados. Lo que hace el ladrón es cambiar la frecuencia y superponerla, emparejarla con la frecuencia de las alarmas. El ancho de banda es internacional y entre los delincuentes se difunde rápidamente. Alguien con conocimiento lo puede hacer", afirmó el jefe de Delitos Económicos de Mendoza y agregó: "Hay otros más caseros. Utilizan handy de venta libre, son bastante económicos, tiene un radio de frecuencia permitido, pero lo modifican y pueden cometer el delito".

Recalcó que legalmente solo los pueden comprar las empresas de seguridad o los bancos. "El problema es que no es un aparato complicado de hacer. Las personas con un poco de conocimiento lo pueden armar. Si el delincuente es apresado con este handy de venta libre, no es delito. De ahí la importancia de contar con otros elementos, como cámaras de seguridad para poder ver otros movimientos del delincuente. Como decía anteriormente, la clave es solamente una: verificar que la puerta haya quedado efectivamente cerrada y no confiar a la distancia”, selló. 

 

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