El destino de Luciana Rodríguez, asesinada en 2014, y el de Catherina Cardozo estarán eternamente unidos por varios factores: ambas provenían de familias humildes, los allegados vieron situaciones de maltrato y callaron, y el Estado no estuvo rápidamente en el momento en el que debían dar una respuesta a quienes por mandato debía proteger. Luego de que el Gobierno cargó contra la familia porque no dio información certera sobre el paradero de la mandre de la pequeña, sus parientes denunciaron que nunca recibieron una visita de un funcionario del Organismo Administrativo Local (OAL) y que el departamento de Investigaciones tardó más de una semana en pedir información sobre la nena de tres años, algo que ocurrió recién cuando su hermana Sheila ya se encontraba internada en el hospital Notti.

La muerte de Cathi, como le decían sus familiares, es una consecuencia de la negligencia estatal y la ignorancia familiar sumada a la naturalización de la violencia. En declaraciones a Unidiversidad, Silvia Cardozo, tía abuela de Catherina, aseguró que Cintia Cardozo, madre de las chicas, intentó en varias oportunidades pegarle a las menores y que la familia se lo prohibía todo el tiempo. Incluso la abuela afirmó que pidió en varias oportunidades las tenencias de las menores, y la Justicia se las negó. Declaró que luego de que internaron a Sheila, el 14 de noviembre, la madre de la menor visitó a su tía abuela y discutieron por la forma en que trató a la menor de 7 años.

En este sentido, Silvia declaró que la pareja de Cintia la amenazó luego de que publicaron fotos en las redes sociales. La mujer también se hizo responsable de no haber hecho la denuncia como correspondía. Aseguró que Cintia y su pareja consumían drogas y mientras estuvieron prófugos, la familia se encargó de señalar dónde estaban. La policía, según dicen, nunca los escuchó.

En una humilde casa del Barrio San Martín los familiares esperaban en la vereda respuestas de la abuela de Catherina. Desde la fiscalía les dijeron que la entrega del cuerpo será dentro 10 días. “Comprendo que ellos tienen que hacer su trabajo. Pero también nosotros necesitamos velarla. ¿Por qué no hicieron algo antes?, dijo Marta Fernández, bisabuela paterna de Cathy. “Estoy mal, dolorida, angustiada. Era una ángel y no tenía derecho a que le sacaran la vida”, concluyó.

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Desde el Gobierno explicaron cómo fueron las actuaciones en este hecho de maltrato infantil. Indicaron que ni la familia ni los vecinos colaboraron con la investigación.

Cronología de los hechos según la familia

14 de noviembre. Cintia deja a Sheila en la puerta de la casa de la abuela. La mujer observó las marcas en el cuerpo y la lleva al centro de salud del barrio. La menor fue trasladada al hospital Notti por heridas y presunto abuso sexual.

16 de noviembre: Sheila (8) denunció que temía por la vida de su hermana Catherina. Declaró que Gabriel Brizuela, pareja de Cintia, había abusado de ella.

20 de noviembre: la familia de Catherina presenta las fotos a la oficina de investigaciones y dan indicaciones de los lugares dónde estaban los acusados dentro del barrio 8 de abril.

29 de noviembre: Cintia ingresó con la pequeña sin vida al hospital Lagomaggiore. Brizuela huyó del sanatorio. Los familiares se enteran por los medios la muerte de la pequeña.  

El Gobierno responsabilizó a la familia y aseguró que se cumplieron todos los protocolos. Para la familia nunca los escucharon. Sin embargo entre las idas y vueltas de la Justicia, por acción u omisión, una nena de tres años ya no está.

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El procurador de la Corte se refirió a la muerte de la niña que ingresó sin vida al hospital Lagomaggiore. Explicó que se abrió una investigación interna administrativa para determinar si hubo negligencia.