Ley de la danza: bailan por sus derechos

Este martes, en diferentes puntos del país, la comunidad de la danza en todas sus manifestaciones se autoconvoca para conmemorar la presentación en el Congreso Nacional del Proyecto de Ley Nacional de Danza para que el Estado reconozca a los bailarines como trabajadores, entre otros beneficios vitales para la actividad. Mendoza se suma al evento con intervenciones en la Plaza Independencia y propuestas propias. 

Ley de la danza: bailan por sus derechos

Fotos: Guadalupe Pregal Salles

Cultura

Unidiversidad

Penélope Moro

Publicado el 29 DE ABRIL DE 2014


“La danza, en sus diversos géneros y manifestaciones, por su valor social y por constituir un factor esencial en el desarrollo de la cultura al ser creadora de valor simbólico, será objeto de promoción, estímulo y apoyo del Estado”, establece la letra del proyecto consensuado por diversas agrupaciones de baile que cinco años atrás se congregaron de manera colectiva para elaborar la iniciativa.

En 2012 el proyecto ingresó en el Congreso, pera la falta de interés de gran parte de los legisladores y legisladoras provocó que el año pasado perdiera estado parlamentario. La revancha tendrá lugar a partir de este martes 29 abril, cuando –en conmemoración del Día Internacional del Bailarín– será nuevamente presentado en las Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación, con la expectativa de que sea remitido a las comisiones de Cultura.


El Foro de la Danza de Mendoza se sumó hace dos meses a la campaña nacional y se encuentra en pleno proceso de organización. Este martes, en sintonía con la comunidad dancística de todo el país, intervendrá el espacio público para hacer oír el reclamo y darse a conocer ante los mendocinos, con la intención de convocar apoyos y concientizar a la sociedad de la necesidad de luchar por esta causa que tiene como trasfondo la ampliación de la perspectiva cultural.


Lo harán de la manera en que mejor saben expresarse: bailando sobre un escenario montado en la plaza Independencia, frente al teatro homónimo, a través de clases abiertas y muestras coreográficas que invitarán a sumarse a los transeúntes y que contemplarán todos los estilos, pues la ley que se impulsa no discrimina ninguno. La simbólica jornada será dividida en dos turnos: la primera parte tendrá lugar de 10.00 a 13.00 y se repetirá por la tarde de 17.00 a 20.00. 

Además, se difundirá información sobre la iniciativa que, en concreto, exige un marco legal que otorgue la contención necesaria y suficiente a la enorme actividad dancística. Se propone la jerarquización de la actividad de la danza en su conjunto y el reconocimiento legal de los bailarines como trabajadores. Para llevar a cabo estas acciones se plantea la creación del Instituto Nacional de la Danza, que se ha pensado como un ente autárquico. 

También establece la inclusión de la danza como materia curricular en el sistema educativo; el fomento, la promoción, el estímulo, el apoyo y la preservación de la actividad a través de partidas presupuestarias reales, y la federalización del organismo, entre otros aspectos.

“Se evita de esta manera que la política cultural para la danza quede supeditada a la buena voluntad del funcionario de turno; y convirtiéndose la comunidad de la danza en parte activa en el desarrollo de este proceso”, dicta en otro de sus apartados la iniciativa. 



Bailarines mendocinos organizados

Edición UNCUYO presenció el último ensayo y la reunión en la que el Foro de la Danza de Mendoza ultimó los detalles para la presentación pública de este martes, a la que sus participantes coincidieron en describir como una “manifestación cultural y política”. Fue el último sábado en la sala Elina Alba del Ministerio de Cultura, sitio que desde hace un mes y medio presta sus instalaciones para que se lleven a cabo los encuentros de quienes participan de manera horizontal en el grupo. Estos varones y mujeres son bailarines, profesores y coreógrafos de todos los estilos: hip hop, tango, clásico, contemporáneo, folcklore, árabe, salsa, entre otros; y provenientes de diferentes ámbitos: independientes, de ballets privados y municipales.


El bailarín de danza contemporánea Adrián Polimeni contó que el grupo nació luego de la Fiesta de la Vendimia, cuando muchos compañeros que desarrollan su carrera en otras provincias viajaron para participar del evento y les trasmitieron a los mendocinos la necesidad de organizarse en torno a la lucha por la defensa de sus derechos, en simultáneo con lo que está ocurriendo en otras ciudades del país.

“Entre todos comenzamos a hablar y a compartir nuestras incertidumbres y problemáticas. Fue allí que decidimos la unidad y la organización de cara a la militancia del proyecto. Queremos que las autoridades sepan que la danza tiene voz y que sufrimos una realidad que nos condiciona en nuestro presente y nuestro futuro”, relató el joven bailarín que próximamente se instalará en Buenos Aires para buscar nuevos caminos dentro de la actividad. Un síntoma característico de la crisis que vive la danza en la provincia debido a los límites de formación y carencia de espacios para el desarrollo profesional.

Por su parte, Alejandra Tillar contó que desde las primeras reuniones del foro se plantearon las necesidades propias de la realidad local, como la falta de  instituciones públicas donde se dicte la carrera de danza. Es por eso que el Foro sumará un petitorio que incluirá las demandas propias de los mendocinos, tales como: la articulación de una carrera de grado en danza dentro de la Universidad Nacional de Cuyo, la creación de un espacio específico para la actividad, una mejor regulación y el no arancelamiento de las salas del Teatro Independencia para los ensayos o las presentaciones. 


En este punto, Tillar reivindicó el aporte de referentes imprescindibles dentro de la danza local, como Vilma Rúpulo y los recordados Mónica Subirats, Guillermo Calvet y Norma Jofré, quienes mantuvieron vigente durante años el reclamo de la apertura de una carrera pública para bailarines, reclamo que ahora ve la posibilidad de materializarse ante la consolidación de la unidad de los artistas.

La bailarina contemporánea del Colectivo Rojo Libre, Alicia Motta, agregó que el problema de formación no se basa solo en la ausencia de espacios estatales, pues la enseñanza paga tampoco garantiza calidad integral. “Esto también lleva a que no haya docentes de danza en las escuelas y por lo tanto, el trabajo docente termina siendo híper precarizado”, sostuvo. 


En cuanto a lo laboral, la única opción viable es dedicarse a dar clases de manera particular, lo que también resulta muy cuesta arriba para los trabajadores. En palabras de la joven: “Se naturaliza todo el esfuerzo que hacemos sin ayuda estatal. Ponemos dinero para nuestras producciones y todo pareciera que depende de nuestras propias inversiones”, cuestionó.  



"Uno elige ser bailarín, como se elige cualquier profesión", añadió Adrián, al dar cuenta de las dificultades que presenta el desarrollo de la actividad en la provincia, tanto para formarse como para poder vivir de ella. Alicia profundizó en que la danza suele sufrir el destino de convertirse en un "simple hobby" cuando muchos adolescentes abandonan el anhelo de convertirse en bailarines profesionales al optar  por carreras más redituables dentro del mercado laboral. 


Según Tillar, es la falta de reconocimiento de la profesionalidad de los bailarines lo que genera que la danza sea tenida en cuenta “como un anexo o una simple recreación”. Sin embargo, esta carrera lleva la misma intensidad de preparación que cualquier otro arte o profesión. La coordinadora detalló que es la ausencia de oportunidades la que, en los mejores de los casos, conduce a excelentes profesionales de Mendoza a radicarse en Buenos Aires en la búsqueda de oportunidades dentro del mundo artístico.


Para Mónica Chiové, profesora de danzas españolas e integrante del Foro, en Mendoza el camino está cercenado hasta para aquellos que deseen volcarse a la docencia.  “Estamos excluidos del sistema educativo. La danza es el único arte que no está incluido en la currícula escolar, esto es lo que se busca revertir con la ley. Los profesores de teatro o de música son muchas veces los que cumplen nuestro rol dentro de la escuela, pero esa preparación es incorrecta”.

Consultada por el valor social y comunitario que porta este arte, Chiové explicó que la danza es un canal comunicativo y un lenguaje a través del cual se canalizan sentimientos, enojos, amor, alegría, esperanza, tristeza y fraternidad. “La danza no es tenida en cuenta para satisfacer determinadas necesidad sociales”, lamentó. 


A su vez, Adrián la interpretó dentro de los aportes comunitarios y culturales como un ritual ancestral utilizado para "curar el pathos" –enfermedad social, en terminología griega–:  “La danza es un lugar de encuentro, de limpieza del cuerpo y de construcción de identidades. Es arte, promueve la socialización, el conocimiento de uno mismo y de los demás”, expresó.


Todos los consultados coincidieron en que la falta de contemplación del Estado sobre este arte, en cuanto a profesión y espacio formador, corresponde a las lógicas comerciales que en gran parte han vehiculizado los medios de comunicación, ponderándola desde la individualidad y corrompiendo sus valores sociales. 


El martes del antes y el después

Este día se convertirá en hito dentro de la lucha para revertir el panorama laboral de los bailarines y el lugar disminuido que ocupa la danza dentro de la concepción cultural del Estado. En Mendoza especialmente, pues el Foro de la Danza local pondrá por primera vez sobre las tablas públicas todo el ritmo de la militancia. 

Las expectativas de sus integrantes giran en torno a que la danza mendocina, de manera inédita reflejará su unidad y espíritu de lucha. “Entendemos que este martes empezamos el largo camino de la militancia; tenemos la idea de seguir creciendo, proponiendo, discutiendo y defendiendo nuestros derechos. No hay antecedentes de un Foro tan plural en la provincia”, señaló la profesora de danzas españolas, y aseguró que las reuniones continuarán realizándose cada sábado hasta que la ley se haga carne en la sociedad.


Tillar describió la actividad pública como el comienzo de una etapa maravillosa: “Es la primera vez que nos juntamos los bailarines, no importa si somos artistas de tango, folclore  o clásico. Es la danza la que nos une.” 

Por su parte, Alicia Motta dirigió la respuesta hacia el desafío que significa para los propios bailarines asumirse como trabajadores. “Cuesta generar conciencia, pero para eso estamos trabajando”, sostuvo.


Finalmente, Adrián celebró el hecho de que los bailarines ocupen por primera vez el espacio público en reclamo de sus derechos: “Creo que eso ya nos visibiliza como cualquier trabajador, será un buen comienzo”, concluyó.

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