Los López Muntaner, marcados por el terrorismo de Estado 1° parte

En la audiencia por el 4to Juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Mendoza, se ventiló lo sucedido con Luis César López Muntaner, un militante montonero oriundo de La Plata que fue secuestrado y desaparecido en el Operativo de abril de 1977. Atestiguaron dos de sus hermanos.

Los López Muntaner, marcados por el terrorismo de Estado 1° parte

Emilio Bernardo López Munanter atestiguando sobre su hermano Luis. Foto: Guadalupe Pregal

Derechos Humanos

Unidiversidad

Guadalupe Pregal

Publicado el 22 DE DICIEMBRE DE 2014

La familia López Muntaner vivía en La Plata. El matrimonio estaba conformado por Francisco Ernesto López, trabajador de YPF, e Irma Irene Muntaner. Habían tenido seis hijos: Luis César, Miguel Ernesto, Francisco Bartolomé, Víctor Leonardo, Emilio Bernardo y Mónica Lucrecia. La llegada del golpe militar signó la historia de esta familia, primero con la desaparición de Francisco Bartolomé el 16 de septiembre de 1976, en el oscuro episodio conocido como “La Noche de los Lápices” y luego con la desaparición de Luis César en el operativo de abril de 1977, realizado en Mendoza y que significó el asesinato y desaparición de 15 personas. A través del testimonio de Emilio y Miguel López Muntaner se pudo reconstruir parte de la historia de Luis y otras personas víctimas del terrorismo de Estado.

El interrogatorio realizado por el abogado doctor Dante Vega, representante del Ministerio Público, permite una especie de diálogo entre los dos hermanos, que presentan los hechos que marcaron a la familia López Muntaner.

Dante Vega: ¿Qué edad tenía su hermano para la época y cuál era su militancia?

Emilio: Para la época de los hechos (1977) Luis tenía 27 años, nació el 31 de agosto de 1950. Él militaba en política, militaba en la Juventud Trabajadora Peronista, que estaba dentro de lo que era la organización Montoneros. Estaba en pareja con Marta Renata Lastrucci, para el año 75. Yo tenía 10 años. Como referencia familiar, él en ese momento estaba viviendo con mi hermano, el segundo, Miguel Ernesto, y con mi abuela donde siempre vivió la familia. A partir del año 71 mis padres se mudaron para la calle 17, 75 y 76.

Ellos ya tenían 17 y 18 años y nosotros nos fuimos con mis padres, con los otros más chicos, y ellos se quedaron viviendo con mi abuela. Por lo tanto, a partir de ese momento la relación que yo tenía era los domingos, que ellos venían a la casa donde vivían mis padres a comer, se juntaba la familia. Recuerdo haberme ido uno o dos días de vacaciones tanto con Luis como con mis hermanos más chicos y con Marta, que era en este caso mi cuñada.

Primero militó en la Juventud Universitaria Peronista, después trabajaba en el Ministerio de Obras Públicas de la Provincia, en la ciudad de La Plata, y comenzó a trabajar también en lo que era el brazo sindical o la rama sindical de ese momento. Entonces estaba trabajando también en la Juventud Trabajadora Peronista.

Dante Vega: Previo al golpe militar, ¿alguno de ustedes sufrió algún tipo de persecución?

Miguel: No, personalmente a nosotros, no. Los años 74 y 75, caracterizados por una gran interna del peronismo entre dos tendencias o sectores, la ciudad de La Plata, por su característica de ser una ciudad universitaria, vivía intensamente todas las cuestiones políticas de la época. Todos sabemos además que el nivel de enfrentamiento, de violencia política, que atravesó todo el país y en particular la ciudad de La Plata en esos años fue una espiral que de menor a mayor convirtió a la ciudad en un lugar para la militancia política muy inseguro.

Vega: Después del golpe, ¿su hermano siguió viviendo en La Plata?

Emilio: Sí, yo recuerdo que vivía en un departamento, no recuerdo exactamente la calle porque he ido una o dos veces, pero ya a partir del golpe de Estado, estamos hablando de que eso fue el 24 de marzo, ya el 16 de septiembre, o sea unos pocos meses después, desapareció uno de mis hermanos. Por lo tanto, ya en una situación, me animaría a decir, de clandestinidad en torno al tema del lugar donde se vivía. Tengo conocimiento, a través de lo que he escuchado a mis padres o a mi hermano, de que ha tenido que estar mudándose de una casa a otra.

Vega: Por referencia, ¿tuvo su hermano Luis alguna situación de persecución en La Plata antes o después del golpe?

Emilio: Sí, tuvo una situación por la cual creo, a partir de los datos que uno puede llegar a tener, también en torno a la situación de lo que eran en ese momento los diferentes ciudadanos que tenían alguna militancia política, fundamentalmente los que estaban más ligados al peronismo, es que sin dudas puede haber sido uno de los motivos, de las causas por las cuales se trasladó a Mendoza. Él tenía un amigo que, si no me equivoco, se llamaba Julio Pacheco y cuya mujer, cuya compañera era también compañera de la Facultad y eran compañeros con Marta y con mi hermano, y tengo entendido que Nora era de la Ciudad de Mendoza. Por lo tanto, después comentando con mi hermano, chequeando algunos datos, ellos a partir, puede llegar a ser de noviembre o diciembre, octubre-noviembre-diciembre, me animaría a decir más noviembre o diciembre del año 76, se trasladaron a la Ciudad de Mendoza.

Miguel Ernesto López Muntaner prestando testimonio en el Juicio por delitos de lesa humanidad en Mendoza.

Miguel: Si no me falla la memoria, se casa en el año 74 y ya va a vivir; tengo de ahí en más sus domicilios hasta que secuestran a mi hermano menor, perdemos el contacto de donde eran sus domicilios. (…) En principio, cuando recién se casó, continuó un tiempo viviendo en la casa donde mis padres nos habían dejado con mi abuela. Por el hecho de ser una familia numerosa y la cercanía que teníamos con la Universidad, nuestra casa quedaba muy cerca de los lugares donde estudiábamos, mi papá nos dejó viviendo con nuestra abuela y el resto de la familia, por cuestiones comerciales que pusieron un negocio, se fueron a vivir a otra dirección. De manera que nos quedamos viviendo los dos ahí. Cuando él se casó me fui a vivir a otro lugar. A los pocos meses yo también me fui a vivir en pareja.

Vega: En la decisión de trasladarse, ¿pudo haber pesado la amistad con Julio Pacheco o una decisión de la organización Montoneros?

Miguel: Puede responder a dos cosas. A esa altura, el nivel de compromiso político con la organización Montoneros era más firme, más fuerte, y puede haber ocurrido que fuera una designación de un lugar para seguir su militancia política. O la otra, que su grupo hubiera elegido, porque algunos de los integrantes de ese grupo eran de acá, de la Ciudad de Mendoza, y es probable que si ellos hubiesen tenido la alternativa de elegir el lugar en donde continuar su militancia, hubiesen elegido la Ciudad de Mendoza.

Emilio: Es muy importante eso. Yo creo que debe haber sido ambas cosas. Esto lo digo con el conocimiento que uno ha ido, a partir del tiempo, verificando de cómo se iba generando el traslado de algunos compañeros. Yo creo que tiene que haber sido, por un lado, una decisión de tener que irse de la ciudad de La Plata y, por el otro lado, estar buscando un lugar en donde tenían algún resguardo seguro, en este caso de haber tenido a una de las personas allegadas de la ciudad de Mendoza y, por lo que hemos chequeado también, fundamentalmente hace dos años. Hace dos años yo estuve acá con mi hermano en una de las Fiscalías de Mendoza, en donde intentamos dar testimonio y fundamentalmente el reconocimiento de unas fotos que hemos encontrado en una morgue del Cementerio de Mendoza, en la que aparece el cadáver de mi hermano. Hasta ese momento, el único conocimiento que teníamos acerca de mi hermano era que él había venido con Julio, con Nora y con Marta, que habían empezado a constituir un grupo de compañeros que comenzaban a trabajar en la ciudad de Mendoza, a trabajar desde el punto de vista político, y en donde en una reunión, que creo que era al mediodía, mi hermano se despidió de mi cuñada que estaba embarazada, que estaba ya a punto de tener familia, y que le decía que a las 12 tenía que encontrarse en una reunión y que, en caso de que él no llegara nuevamente a una determinada hora, ella se tenía que ir. Lo que sabemos de mi hermano es que, como a determinada hora mi hermano no regresó, mi cuñada, que estaba embarazada ya de nueve meses, dejó el departamento donde estaba.

Vega: ¿El episodio de su hermano en La Noche de los Lápices influyó en la decisión de su hermano de trasladarse a Mendoza?

Emilio: Si, supongo que sí, y supongo que también un claro conocimiento de que había una situación de terrorismo de Estado en la que permanentemente había enfrentamientos o secuestros. En este caso ya he corroborado más en la práctica, porque había desaparecido mi hermano. A mi hermano lo van a buscar a mi casa, donde yo vivía.

Vega: ¿Algún otro miembro de su familia tuvo un episodio de persecución?

Emilio: Sí, mi hermano que también ha venido a declarar, el segundo, también fue secuestrado con la mujer.

Miguel: Nosotros también fuimos detenidos, con mi mujer. Por ahí pueda servirles: a finales del año 76, aproximadamente en el mes de octubre, fue la última vez que vi a mi hermano Luis. Tuve una cita con él en una esquina, donde me proveyó de algún dinero para poder viajar. Me fui a vivir a Comodoro Rivadavia, nos fuimos a Comodoro Rivadavia con mi mujer. Tuvimos que dejar el trabajo donde estábamos, por cuestiones lógicas de seguridad. El accionar del aparato represivo se había extendido en la ciudad de La Plata de una manera... Se hacía muy difícil sostener a cualquier militante de la Juventud Peronista de ese tiempo, de cualquier frente de masas vinculado a la tendencia revolucionaria del peronismo, y poder permanecer en la ciudad, de manera que me proveyó de los medios para poder irme.

Estuve aproximadamente dos meses en Comodoro. Retorné a La Plata porque se estaban produciendo también secuestros en el barrio donde nosotros vivíamos, puerta a puerta. El compañero donde nosotros habíamos establecido ese eventual domicilio nos afirmó que nos teníamos que ir porque la situación era realmente muy difícil. Regresamos a La Plata y no duramos 24 horas, que estábamos en la casa de mi suegro, el domicilio fue allanado y fuimos detenidos con mi mujer, trasladados al Centro Clandestino de Detención “Pozo de Arana”.

Él no me dijo obviamente a dónde se iba, pero nosotros tuvimos después información, por una carta que le manda a mi mamá, creo que hubo dos cartas de Mendoza para mi mamá, donde la tranquilizaba. Mi madre estaba abocada a la búsqueda de mi hermano menor. Él lo sabía, de manera que trató de llevarle tranquilidad en esa nota a la familia de que él estaba bien y que estaba viviendo en Mendoza. Lo último que supimos fue que había conseguido un trabajo, aparentemente en una empresa como dibujante técnico. Él ya era un estudiante adelantado de arquitectura que había conseguido ese trabajo, eso es lo último que sabemos.

Vega: Lo vuelvo atrás. Por referencia, en ese lapso que va de noviembre del 76 a abril del 77, ¿la familia tiene contacto con su hermano?

Emilio: Tengo entendido que hay unas cartas, hay una o dos cartas. Esto lo he escuchado a mi hermano hablar, yo no sabía. Yo no las vi nunca pero ahí fue donde tenía conocimiento mi madre de que estaban en Mendoza. Lo que sí recuerdo, nosotros teníamos un almacén en la ciudad de La Plata y yo tenía en ese momento 11 años. Yo recuerdo que estábamos atendiendo el negocio con mi madre –nosotros no teníamos teléfono, tenía teléfono el vecino, entonces cada vez que la llamaban a mi madre venía el vecino– y, estando en el negocio, vino la vecina y le dijo: “Pocha, tenés un llamado de Mendoza”. Entonces mi mamá salió del negocio, esto lo tengo muy presente, esa es una de las cosas que tengo más presentes, y el regreso. Atendió el teléfono, vino llorando y le contó a mi padre que había desaparecido mi hermano y que ella tenía que viajar urgente a Mendoza, porque estaba Marta internada en la maternidad en un hospital en Mendoza y había tenido a mi sobrino. Estaba en una situación de escape, con el riesgo de que la fueran a buscar a ella también, entonces en ese mismo día o al día siguiente mi madre viajó para Mendoza. La otra imagen que tengo es, como a la semana, yo estar en la puerta de mi casa y el regreso de mi mamá con mi cuñada y con mi sobrino recién nacido.

Fuente: Edicion UNCUYO

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