Malargüe, territorio marginal

Investigadores de la UNCUYO y del Conicet estudiaron durante ocho años a Malargüe, su historia y su gente, como un modelo de territorio marginal por su lejanía del centro de toma de decisiones y sus características ambientales, sociales y económicas. El resultado fueron dos libros que presentaron ante la comunidad sureña, como un aporte para potenciar sus logros y buscar respuestas a sus problemas. 

Malargüe, territorio marginal

Especiales

Verónica Gordillo

Publicado el 17 DE NOVIEMBRE DE 2014

Durante ocho años, Malargüe, su historia, su cultura y su gente fueron la razón de estudio de un grupo de investigadoras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO, que lo categorizó como un territorio marginal, periférico, por sus características climáticas extremas, por su distancia respecto del Gran Mendoza, por la falta de conexión territorial y por estar alejado del centro donde se toman las decisiones políticas y económicas. Ese análisis multidisciplinario, teórico y práctico permitió detallar las fortalezas y debilidades de un territorio en el que viven casi 30 mil habitantes, plasmarlas en dos libros y presentarlas antes las autoridades y la comunidad, como un aporte para potenciar los aspectos positivos y para buscar nuevas alternativas a viejas y nuevas problemáticas.

El trabajo de este grupo de investigadoras e investigadores, dirigido por la doctora en Geografía María Eugenia Cepparo, quedó registrado en dos publicaciones: Rasgos de Marginalidad. Diferentes enfoques y aportes para abordar la problemática. Malargüe, un ejemplo motivador, primera y segunda parte, ambas editadas por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO.

El grupo de profesionales, tanto de la UNCUYO como del CCT Conicet Mendoza, tomó a Malargüe como un modelo de referencia para abordar el concepto de marginalidad, tal como la entienden autores latinoamericanos como Gino Germani. Se refiere a los territorios de la periferia, alejados en cuanto a la distancia y a los centros donde se toman las decisiones políticas, relegados por falta de conexión territorial y que no participan en las actividades económicas más importantes, como es la vitivinicultura en el resto de la provincia.

La marginalidad entendida bajo estos parámetros es una línea de estudio, tanto que la Unión Geográfica Internacional cuenta con una Comisión de Áreas Marginales que las tiene como objeto de estudio.

Cepparo, la licenciada en Geografía Estela Prieto y la licenciada en Historia Graciela Gabrielidis, quienes compilaron el trabajo, explicaron a Edición UNCUYO que el trabajo buscó superar el tratamiento de hechos parciales para lograr un enfoque multidisciplinario, que permitió contextualizar los procesos y cambios históricos, sociales y económicos del departamento en las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI.


Fortalezas y debilidades

Las profesionales explicaron que después de ocho años de investigación, el trabajo final que volvió a la comunidad permitió detectar fortalezas y debilidades. Entre las primeras contaron la realización del Plan Estratégico de la comuna, la superación de la problemática del analfabetismo, la ampliación de posibilidades para que los chicos pudieran realizar estudios superiores, la creación de un polo científico con el Observatorio Pierre Auger, así como la instalación de la antena de la Comisión Espacial Europea; la apuesta al desarrollo del turismo, la apertura de nuevas posibilidades de comercialización de productos, como la puesta en marcha del frigorífico municipal y de una incubadora de empresas, entre otras. Entre las segundas contaron las limitantes del ecosistema –bajas temperaturas, alto grado de desertificación, la baja densidad de población, la dependencia económica de las regalías hidrocarburíferas, el porcentaje de población con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), la falta de conexión territorial con el resto de los departamentos y de una solución de fondo a la problemática de los pobladores rurales, especialmente las referidas a la tenencia de la tierra.

En el último libro, cada uno de los científicos de la UNCUYO y del Conicet que participan, así como los investigadores extranjeros invitados, abordan un tema y lo analizan desde distintas perspectivas, a lo largo de los doce capítulos de la obra.

La directora del proyecto y dos de las investigadoras, que también fueron compiladoras del material, explicaron los alcances del desafío que emprendieron, cuyo objetivo último es colaborar con el logro de la equidad en un territorio considerado vulnerable.

¿Por qué seleccionaron a Malargüe como objeto de estudio?

Cepparo: Decidimos hacer este trabajo porque constituye la continuidad de una línea de investigación que hace años estamos haciendo sobre aquellas áreas que se encuentran alejadas no solamente desde el punto de vista de la distancia, sino también de las decisiones políticas, del interés público y privado; aquellas áreas que se ven como relegadas, desde el punto de vista social, y por los problemas que tienen las materias primas para llegar a los mercados. El problema de las zonas marginales es complejo, no sólo es ambiental o de distancias, porque entran a actuar otro tipo de factores relacionados con la antropología, la sociología, la historia, la economía. Por eso, en los libros intervienen autores que son precisamente de estas ciencias: participaron historiadores, economistas, ingenieros forestales, antropólogos, sociólogos, lo que permitió analizar el problema desde diferentes ángulos. Esto es lo rico de este trabajo, que es multidisciplinario, es un análisis a lo largo del tiempo, porque la marginalidad no es un criterio de análisis estático, sino dinámico. Puede ser que una comunidad esté en el extremo y dentro de diez o veinte años se esté acercando a la periferia.

Prieto:  Malargüe es el departamento más extenso y uno de los menos poblados. Es el único que no forma parte de la actividad más importante de la provincia, que es la vitivinicultura, está separado del modelo vitivinícola, entonces de ahí que se no se tiene en cuenta para la toma de decisiones provinciales. Es como que al tener otro tipo de economía no participa del todo el movimiento de la economía provincial.

¿El concepto de marginalidad con el que trabajan supera al problema de lejanía, de distancias?

Gabrielidis: Claro, históricamente ha sido un departamento "olvidado de las decisiones políticas"; incluso lo han perjudicado, como cuando Mendoza pidió un préstamo y puso en garantía las tierras de Malargüe. Eso hoy es un gran problema para la tenencia de la tierra de los pastores trashumantes, que son parte de la idiosincrasia de Malargüe.

¿Cuál es la importancia, como sociedad, de que conozcamos y estudiemos a estos territorios considerados marginales?

Cepparo: Si no conocemos como es el territorio con todos sus problemas, sus posibilidades, sus capacidades, no podemos hacer nada, de ahí viene nuestra transferencia con estas publicaciones en el ámbito local. Creo que para eso es importante la investigación en ciencias sociales, porque es un aporte inmediato al conocimiento del territorio. Si no se conoce no se puede actuar. 




Ustedes resaltaron como un aspecto positivo, la elaboración del Plan Estratégico de la comuna

Gabrielidis: El departamento hizo un examen y un diagnóstico de sus características, comenzaron a ver su problemática, convocaron a toda la comunidad y de ahí surgió el Plan Estratégico, lo que los llevó a hacer cambios políticos, pero lo principal fue esa concientización de la comunidad, la participación. Vas a Malargüe hoy y ves la concientización de la gente, no quiere que se los deje de lado, quieren participar, mejorar su educación, sus condiciones de vida, no quieren depender sólo de los hidrocarburos, que es lo que les ha traído muchísimos altibajos, pese a que les trajo mucha riqueza. También trajo altibajos económicos, porque todo ha dependido de los cambios nacionales y globales. Entonces, al tener esa gran dependencia del hidrocarburo, su economía ha tenido fluctuaciones muy severas y su población también se ha visto muy afectada. Ellos están buscando y nosotros insertamos nuestros estudios para colaborar en esa búsqueda.


De la teoría a la práctica

El primer libro que publicó el grupo de investigadoras está dividido en dos partes. En la primera está desarrollado el enfoque teórico de la marginalidad, entendida como las problemáticas de las zonas periféricas desde un punto de vista multidisciplinario; la segunda parte está dedicada a analizar ejemplos concretos.

El segundo libro se mete de lleno en la historia y la realidad de Malargüe y analiza cuestionamientos que quedaron sin respuesta en el primer volumen. En la voz de distintos investigadores se analizan las condiciones naturales del territorio, el paisaje, los ciclos económicos, la frontera agrícola, agropecuaria y forestal, la fragilidad que ejerce el marco físico, la política fiscal y su impacto en la reducción de la pobreza, la educación, las iniciativas de mejora en el ámbito rural y los procesos estructurales y coyunturales vinculados con las dinámicas sociales en áreas marginales.

El trabajo también incluso un análisis de la vegetación actual y de años anteriores y de la desertificación, que se elaboró con base en imágenes satelitales. También aporta un estudio sobre la importancia del Paso Pehuenche, como alternativa de comunicación bioceánica en el marco del Mercosur.

Otro objeto de estudio fue el Plan Estratégico del departamento –que se lanzó en 2001, tanto en cuanto al proceso de elaboración como a las decisiones que se tomaron para ponerlo en práctica.

Ustedes destacaron como aspecto positivo la elaboración del Plan Estratégico. ¿Por qué, cuáles fueron los cambios que se hicieron? 

Prieto: El turismo fue el primer empuje para poder realizar el Plan Estratégico Malargüe, porque se dieron cuenta de que a través del turismo podían iniciar este nuevo camino. Contrataron a gente del exterior, hicieron un plan de turismo en 1995. A partir de ahí lo tomaron como modelo, como ejemplo para hacer el Plan Estratégico, que incluye todas las actividades y áreas. Hicieron una reformulación de todo su plan de gobierno porque el municipio cambió la idea de ser un simple administrador a ser un gestor. Creo que lo más importante es que en el diagnóstico participó toda la comunidad, que fue un ejercicio de introspección profunda para ver cuáles eran sus debilidades y cómo podían superarlas.



¿Cuáles son las fortalezas del departamento y cuáles las problemáticas que aún no logra resolver?

Cepparo: Un aspecto positivo es que Malargüe tiene un Plan Estratégico, eso da un indicio del interés que tienen en resolver los problemas. En eso participó toda la comunidad. Ese es un punto importantísimo y fue un clic en el departamento en cuanto a conocer sus posibilidades, capacidades, enfrentaron sus problemas. Fue el primero en la provincia, imitado por otros departamentos. Otro aspecto positivo son los logros en educación, superaron el alto índice de analfabetismo.

Prieto: No sólo superaron el analfabetismo sino que hicieron una escuela de líderes, porque se dieron cuenta de que su población no tenía incentivos. Otro aspecto referido a la educación fue el convenio con la UNCUYO, hay becas para los buenos estudiantes que terminan el secundario, además de la posibilidad de seguir estudios terciarios en el departamento. 

Cepparo: Otro aspecto positivo es que gran parte de los aportes de las regalías y coparticipación se destinan a la educación.

Prieto: Otra cosa muy importante es el aspecto científico, ellos quieren ser un polo científico y es por eso que atrajeron al Pierre Auger para que se instalara ahí, luego la antena satelital que han traído de la Comisión Espacial Europea. Es más, muchos científicos del mundo viven en Malargüe, a eso le han dado mucho empuje.

Cepparo: El otro aspecto muy positivo para el departamento es el desarrollo turístico. Se ve un crecimiento exponencial respecto de la cantidad y tipo de alojamientos, de servicios, de turistas, cómo se ampliaron los radios de recorridos y los impactos que genera. 

Gabrielidis: También la agricultura intensiva alrededor de la periferia de la ciudad. Ha habido en otras épocas aunque ha tenido muchos altibajos, pero desde hace veinte años hay agricultura intensiva, protegida, sobre todo de papa semilla, favorecida por las condiciones ambientales. 

Prieto: Aquí lo importante es el tema de la innovación, que es promovida por los mismos agentes privados que cultivan la papa, se declaró zona libre de enfermedades.

¿Cuáles son las problemáticas que persisten?

Cepparo: Hay algunas que no se pueden trabajar, como son las limitantes del ecosistema, condiciones ambientales extremas, escasas precipitaciones, con un grado de desertificación grande, con suelos con bajos niveles de nutrientes, con imposibilidad de cultivar en muchas zonas, sólo en determinados sectores que tienen suelos de origen fluvial, en todo el resto los grados de desertificación son graves. Ese es un problema que no se puede subsanar. Hay otros que sí se pueden mejorar con planes a largo plazo, porque en estos territorios no sirven los planes cortoplacistas. 

¿Para enfrentar qué problemas, por ejemplo?

Cepparo: La gente ha estado cambiando de empleo, entre la minería, el petróleo, la actividad pastoril, no ha habido una permanencia en cuanto a la actividad; ese es un problema. Otro son las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), tiene uno de los mayores valores de NBI. Eso es importante porque, si no existe una buena calidad de vida, eso influye en la competitividad territorial y hace que no puedan competir de igual a igual con San Rafael o General Alvear, que tienen índices menores. El otro problema es precisamente la incertidumbre, la inestabilidad de la actividad pastoril extensiva. No cuentan con la tenencia de las tierras por más que tengan veinte años en ella; muy lentamente se está dando la posesión de la tierra, pero muy lentamente. Ellos tienen una herencia cultural del traslado de los animales porque necesitan alimentar mejor el ganado, pero eso les quita esa continuidad de lo que significa insistir en sus problemas, no es lo mismo que un poblador urbano, que tiene cerca la comuna. Aquí el problema de la distancia agrava todo. No significa que la comuna no esté interesada en resolver estos problemas, pero lo está haciendo muy lentamente y existen innumerables planes para lograr solucionarlos.

Gabrielidis: Es una de las conclusiones, los cambios que ha habido en los últimos 25 años en la ciudad son evidentes, pero el campo ha permanecido.

Prieto: Algo muy interesante que hizo el municipio es el tema del matadero municipal, eso abrió un camino muy importante.

¿Trataron el tema de la minería, teniendo en cuenta que hoy se analiza un proyecto que busca instalarse en Malargüe?

Gabrielidis: No en profundidad, pero la minería ha tenido muchísimo altibajos, ha habido interés por épocas, explotaban tal cosa y después cambió el gobierno y cambió todo, entonces la minería tuvo altibajos. Lo que sí tiene continuidad desde hace mucho tiempo es el petróleo.

¿La falta de conexión, de caminos, sigue siendo un problema?

Cepparo: Sí, todo el tema del aislamiento territorial, el mal estado de caminos, la falta de comunicación, afectan la fragmentación socio-territorial, es decir, aíslan algunos sectores que podrían estar mejor conectados. Hay un déficit ahí que es necesario solucionar.

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