Para Enrique Bollati el papel del militante partidario “se desdibujó hace rato. Durante la época del neoliberalismo, finales de los ’80 y en los ’90 ya declarados. Se desdibujaron dos papeles, el del militante y el del afiliado, incluso lo que llamaban el puntero. Hay una forma que instalaron los medios masivos, los mayoritarios, que era a figura de puntero como el tipo malo. En realidad el puntero es aquel referente en el barrio, el nexo que funcionaba entre la gente y los políticos, antes de que llegaran los medios en forma de “Dios”. Sobre fines de los ’80 empieza la campaña en contra de los punteros, torpemente la clase política se pone en contra de estos referentes. Y empiezan a desparecer este tipo de dirigentes que era el nexo con la gente. Independientemente de que hubiera –como ha habido- arreglos espurios. Si los punteros no median política, ¿quién media política? Los medios. Entonces ahora en vez de ir a pedirle al puntero del barrio que los asista, la gente le hace cola a canal 9. Entonces perdió la gente la capacidad de autogestionar sus demandas y se concentró en pocas manos, las de los medios masivos. Esto me parece que es una situación peor a la que teníamos, porque en el caso de los punteros seguro que ha habido casos de corrupción, en el caso en el que está concentrando la mediación política en 2 ó 3 grandes grupos que son los grandes medios, necesariamente hay corrupción”.