Tras los golpes, cómo refugiarse en la vida

Ante la situación de hombres agresores que atentan contra la vida de las mujeres, la demora en las medidas judiciales, los condicionamientos materiales y la falta de oportunidades de vida, los refugios para mujeres víctimas de violencia se tornan indispensables, frente a un machismo que agrede y mata.

Tras los golpes, cómo refugiarse en la vida

Identidad y Género

Unidiversidad

Natalia Bulacio

Publicado el 29 DE SEPTIEMBRE DE 2014


Paula tiene 22 años, 2 hijos, ambos menores de edad. Estuvo 4 años al lado de un hombre que se cansó de humillarla y de reprocharle que la hija mayor no fuera “suya”. Tras años de soportar una violencia física y psicológica que fue in crescendo, sufrió un “clic”, según sus propias palabras. Claro que eso fue cuando su pareja le rompió por última vez el labio inferior y le hizo un corte en la ceja izquierda. Ya le había arrancado parte del flequillo y le había golpeado todo el cuerpo. Pero lo realmente determinante fue cuando el agresor encaró con un cuchillo a su niño que dormía en la cuna. “Pensé que nos mataba. Ahí me di cuenta de que tenía que irme o nos mataba a todos. Estaba mal”, dice Paula con cierto aire de superación. “Yo podía bancarme que me golpeara, pero con mis hijos, no. Eso me dio coraje”.

Historias como la de Paula hay muchas, no menos importantes, no menos dolorosas. Pero ¿qué pasa con esas mujeres que deciden por mero instinto de supervivencia abandonar el hogar? ¿Adónde van a parar?

¿Sirven los refugios para mujeres? ¿No debería ser el hombre agresor quien dejara el hogar? ¿No debería la justicia priorizar la integridad de la mujer y protegerla?  ¿Por qué ellas tienen que irse de sus casas y perderlo todo? ¿Quién piensa en los hijos e hijas? ¿Y en la comida, el reposo y la salud de las víctimas? Muchos son los interrogantes que genera esta temática y los ensayos que algunos sectores de la sociedad empiezan a pensar, para dar respuesta.

En la actualidad, en Mendoza hay dos refugios para mujeres víctimas de la violencia. El avance de la violencia machista ha señalado su necesidad.

A fines de noviembre  de 2012, la comuna de Guaymallén inauguró el primero en la provincia, producto de la iniciativa de tres jóvenes (Soledad Benegas, Clara Sánchez Egea, Belén Real); con el posterior acuerdo con el Municipio de Capital, le dio marco a otro refugio.

 

La presidenta de la organización "Sobran motivos", Clara Sánchez Egea, explicó que “surgió del grupo la idea de abrir un refugio, ya que es una de las falencias en esta temática. Esto, teniendo en cuenta que las medidas judiciales que impiden al agresor acercarse a la casa que habita su pareja se demoran mucho”. Las integrantes comenzaron a delinear el proyecto, a buscar donaciones y una casa para poder abrir el refugio que finalmente, en un acto de heroicidad, alquilaron con su propio dinero.

En diciembre de 2012, el entonces intendente Víctor Fayad firmó un convenio de colaboración con la Fundación, por el que la Municipalidad se comprometió a aportar veinte mil pesos mensuales de subsidio a cambio de que esta área derivara al refugio a aquellas mujeres con hijos que se encontraran en riesgo. Por su parte, la comuna colaboró con operadores sociales y psicólogos, en un trabajo mancomunado.

Cuando Guaymallén abrió su refugio, lo inauguró con dos mujeres que dependían económicamente de sus parejas y necesitaban ayuda. En la órbita del Área de Desarrollo Social, además de la atención psicológica y jurídica están brindando a las mujeres capacitación, para que puedan ingresar al mercado laboral.

 

Perfiles y búsquedas

Las mujeres afectadas por la violencia son jóvenes en su mayoría, con edades entre los 20 y los 45 años. Las víctimas suelen soportar importantes hechos de violencia durante mucho tiempo antes de pedir ayuda. Por vergüenza o temor, ocultan estos episodios aún hasta a los familiares más cercanos. También existen casos en los que se acude a la comisaría y no les toman la acusación o le restan importancia.

En ambos refugios se busca contener a las mujeres y se les brinda un acompañamiento social: apoyo en la provisión de alimentos, tratamientos de salud, escolarización de las niñas y niños, apoyo en aprendizaje de oficios, tramitación de DNI, gestión de pensiones, AUH, etcétera. La asesoría jurídica es un tema muy importante también, ya que muchas de ellas no logran hacer la denuncia o desconocen los pasos legales para iniciar el camino de la liberación de la violencia intrafamiliar.

El psicólogo Pablo Teiller señala: “Estas mujeres vienen con un marcado estrés, cansadas, agotadas emocionalmente, perturbadas psicológicamente. No sólo vienen golpeadas, lastimadas físicamente. Hay 'otras heridas'”, razón por la cual se hacen tan necesarias la contención psicológica y las posteriores estrategias que promuevan el fortalecimiento emocional. Por ejemplo, señala el profesional: “Es muy importante para ellas acceder a emprendimientos productivos, que pueden ser el inicio de potenciales inserciones laborales que dejen atrás la dependencia económica a la que las sometían sus agresores. Lo que es otra forma de ejercer violencia”.

La trabajadora social Paula Encina sostiene que las expulsiones del agresor del hogar, en la práctica no se dan. Es por eso que estos espacios, aunque con carácter “transitorio”, son tan importantes. Las mujeres son las que tienen que salir del contexto violento, llevándose consigo a sus hijos. “Algunas mujeres vuelven con sus agresores, pero otras no. Y a veces esas mujeres se estabilizan, se empoderan, acceden a beneficios que las capacitan y logran insertarse en el mercado laboral con éxito. Estamos trabajando, entre otras cosas, con los proyectos de los banquitos de la buena fe “dice la especialista.


Normativas que hagan caminos

Mendoza adhirió en 2010 a la Ley Nacional 26485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres. Esta norma prevé la creación e implementación de "instancia de tránsito para la atención y albergue de las mujeres que padecen violencia en los casos en que la permanencia en su domicilio o residencia implique una amenaza inminente a su integridad física, psicológica o sexual, o la de su grupo familiar, debiendo estar orientada a la integración inmediata a su medio familiar, social y laboral".

Los especialistas coinciden en señalar que hay mucho trabajo que hacer a partir de la normativa, que toda ayuda es poca pero necesaria, y que muchas veces posibilita otros accesos. Tal es el caso de los seguros de capacitación y empleo de la Cartera de Trabajo, en los que reciben 225 pesos mensuales, pero que con los que pueden acceder a otros proyectos de capacitación laboral.

La problemática de la violencia contra las mujeres se encuentra determinada por una serie de factores y elementos ligados al macrofuncionamiento de un sistema; es decir, todo lo que involucre aspectos culturales, económicos, sociales, políticos, institucionales y vinculares. Ambas instituciones señalan la importancia de los abordajes interdisciplinarios a la hora de contener y acompañar a una víctima, como así también la participación de diferentes actores.

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