Revelan que el ARA San Juan ya registraba diversos "defectos" desde 2016

Así lo revela un informe secreto de la Armada que trascendió en las últimas horas. Además, allí se asegura que la nave desaparecida había detectado un submarino nuclear británico en una misión anterior y que tuvo un incidente con un buque pesquero chino.

Revelan que el ARA San Juan ya registraba diversos "defectos" desde 2016

La nave argentina desapareció con 44 tripulantes a bordo. Foto: Télam.

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Unidiversidad / Fuente: Infobae

Publicado el 31 DE ENERO DE 2018

Un informe interno de la Armada de fines de 2016 advirtió sobre "una serie de defectos o anomalías en el funcionamiento" del submarino ARA San Juan –desaparecido el 15 de noviembre de 2017 con 44 tripulantes a bordo– y ordenaba la "inmediata solución" de esos problemas. La existencia de este documento fue confirmada por la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez. Por otro lado, se conocieron datos que estaban ocultos hasta el momento: la nave argentina había tenido un incidente con un buque pesquero chino y detectado por audio "el rumor sonar de un posible submarino nuclear" británico en misiones anteriores. 

Con el fin de determinar lo que ocurrió con el submarino desaparecido desde el 15 de noviembre, la Justicia realizó una serie de allanamientos en Mar de Plata, Puerto Belgrano y Buenos Aires, y varios datos ocultos salieron a la luz. La magistrada detalló qué decía uno de los informes internos de fines de 2016 y pidió que la búsqueda del buque no se detenga.

El documento advertía sobre "una serie de defectos o anomalías que detectaron en el funcionamiento" del ARA San Juan y se ordenaba la "inmediata solución" de esos desperfectos. Ante esto, Yáñez indicó que se intentará "ver qué grado de solución les dieron" a esos problemas que se habían planteado.

La jueza reconoció, en diálogo con TN, que el hecho de que no se hayan encontrado los restos del submarino "hace que todo sea más difícil" y por eso reclamó que se lo siga buscando.

 

El ARA San Juan detectó un submarino nuclear

Un documento reveló otro dato oculto hasta el momento. El 9 de julio de 2017, a las 19:48, el ARA San Juan "detectó por audio el rumor sonar de un posible submarino nuclear" británico. El acercamiento de la supuesta nave de guerra había sido "constatado una hora antes, ya que se la tenía por registrador". Por ese motivo, la tripulación que había zarpado de la Base Naval de Mar del Plata el 1.° de julio, a las 15.00, recibió la orden de "disminuir los ruidos al máximo" y proceder "a grabarlo".

Las tres grabaciones de los ruidos tuvieron una duración de "10, 6 y 2 minutos" y fueron enviadas a la Armada Argentina. Los tres sonaristas con los que contaba el buque en esa misión, anterior a la del trágico desenlace de la desaparición, coincidieron en que se trataba de un navío "nuclear". 

Otro dato que fue ocultado por la fuerza tendría que ver con un "mensaje naval" con el sello de "secreto", y fechado el 10 de noviembre de 2016, es decir, un año y cinco días antes de su desaparición. El ARA San Juan había sido "limitado" en su "profundidad operativa" a solo "100 metros". La razón: a una mayor profundidad "no permite garantizar su estanqueidad", especifica el documento.

Por estrictas cuestiones de seguridad, los submarinos deben ingresar a un dique seco para las pruebas hidráulicas de válvulas de casco y tuberías cada 18 meses. Se realizan entonces las verificaciones y reparaciones que aseguren su navegabilidad y que no se pueden hacer a flote mientras el submarino está en el agua. El ARA San Juan no lo hacía desde "un tiempo sustancialmente mayor de los 18 meses previstos doctrinariamente", según los registros a los que accedió Infobae. Es más del doble del lapso recomendado por el fabricante de la embarcación. Por esa razón se limitó la "profundidad operativa" a 100 metros para garantizar la navegabilidad del submarino.

El "mensaje naval" titulado "Estado Operativo-Limitaciones" del ARA San Juan fue firmado por el capitán de navío Héctor Aníbal Alonso, jefe del Estado Mayor del Comando de la Fuerza de Submarinos, y por el capitán de navío Carlos Alberto Acuña, comandante de la Fuerza de Submarinos, entre otros.

 

Un pesquero chino intentó embestir al buque argentino

Dos días antes del primer incidente con la nave nuclear, el 7 de julio a las 06.06, el ARA San Juan tuvo contacto con el pesquero Lu Rong Yuan Yu 883. Según el reporte de la Armada, que ya fue entregado a la jueza federal Marta Yáñez, el submarino "investigó" a la embarcación fuera del área económica, pero en sus adyacencias porque "prendía y apagaba su sistema de identificación".

El informe detalla que "el pesquero comenzó a propulsar a gran velocidad" rumbo a la posición del ARA San Juan cuando se intentaba realizar un "acercamiento" para identificación del buque asiático. Ese movimiento obligó al capitán a sumergirse y realizar "maniobras evasivas" para evitar una colisión con el barco chino, hasta que detectó que el pesquero se había alejado.

 

Más incovenientes

Por otro lado, se revelaron otros desperfectos técnicos. "Desde el momento de zarpar, el submarino presentó problemas en su sistema de comunicaciones. Durante el sexto día de navegación (...) se produjo el ingreso de agua de mar al ventilador del batería de proa (...) un inconveniente que el vocero de la Armada reconoció que seguía vigente en la última misión".

El documento de la Marina que salió hoy a la luz corresponde al penúltimo viaje realizado por el sumergible argentino el 1.º de julio de 2017 y tiene la firma del comandante de la nave. Además, relata: "El día 11 de navegación se informó al comando de submarinos que el ARA San Juan perdía 50 litros de aceite diarios. Se alertó de que 'no se pudo detectar su origen".

 

Dos tripulantes dieron detalles del estado del submarino

Los dos marinos que no se sumergieron en el ARA San Juan por cuestiones personales, Juan Gabriel Viana y Humberto René Vilte, fueron sometidos a un interrogatorio de más de ocho horas, en el que se buscó reconstruir en qué condiciones estaba el submarino. Entre sus dichos figuró la admisión de que la nave había tenido desperfectos en sus itinerarios previos, incluyendo un problema en el esnórquel, que luego tuvo un fallo grave previo a la desaparición.

Luis Tagliapietra, padre de uno de los submarinistas desaparecidos y abogado de más de 20 familiares, participó de la audiencia y luego dijo a la prensa: “Viana mencionó que tuvieron un problema en los sensores de la válvula de cierre del esnórquel. Como estaba muy sensible, se cerraba incluso ante la humedad, así que tuvieron que calibrarlo manualmente".

También describieron unos "ruidos en el casco" por la falla de una compuerta en el área donde circula agua para refrigerar los motores. Aun así, el desperfecto "más importante" fue que una bobina de las baterías se quemó al llegar a Ushuaia, lo que obligó a demorar la partida previa a la salida final.

Los marinos destacaron que fueron fallos menores, que se resolvieron sin mayores inconvenientes y que no afectaban la navegabilidad del buque. Sin embargo, los familiares sospechan que ambos podrían haber sido "presionados" por la Armada para dar esa versión. "Preparados fueron seguro", especuló Tagliapietra, y contó que llegaron acompañados por un abogado de la fuerza.

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