En un nuevo aniversario de la desaparición de Julio López, testigo clave en el primer juicio por delitos de dictadura cívico-militar, después de la derogación de las leyes de impunidad, Radio U habló con su hijo, Rubén, militante por los derechos humanos. "Venimos de días con muchas actividades en La Plata. Son 13 años de la desaparición de mi padre y muchas veces se complica poder explicar porqué no tenemos novedades de una desaparición en democracia. Es así de triste y así de cruel", sentenció.

Es que hace 13 años, López "se esfumó" tras declarar como víctima y testigo de delitos de lesa humanidad en el juicio contra el represor Miguel Echetcolatz. En testimonios brindados en el marco de ese juicio, el desaparecido había identificado al policía como director y ejecutor de las sesiones de tortura con picana en la sede policial platense.

"La causa está igual que hace 13 años; nunca avanzó, más allá de que se investigó mucho y mal. No se sabe o no se quiere investigar. No puede ser que en 13 años no se tenga una mínima idea. Más allá de la obvias sospechas, no hay ninguna prueba en la causa. Las mismas preguntas que me vienen haciendo los periodistas desde hace 13 años tienen las mismas respuestas de mi parte. No hay novedad y eso me genera mucha bronca", señaló Rubén.

No obstante, la esperanza continúa para Rubén. "Mi vieja falleció hace dos años y se fue con esa angustia de no saber. Alguien de mi familia va a seguir la causa y se va a enterar. Me gustaría saberlo antes de morirme", confesó.

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