Sabrina: la bruja adolescente, rebelde y feminista

Una nueva versión de la hechicera más querida por la generación milénica llegó a Netflix. Esta vez, más oscura, menos cómica y con ventajas y desventajas.

Sabrina: la bruja adolescente, rebelde y feminista

Kiernan Shipka, quien actuó en la aclamada serie "Mad Men", encarna a la nueva Sabrina Spellman. Imagen publicada por usmagazine.com.

Cultura

#MultiversosExpandidos

Unidiversidad

Milagros Martín Varela

Publicado el 02 DE NOVIEMBRE DE 2018

Aprovechamos que acabamos de pasar por Halloween, la Noche de las Brujas o el Día de los Muertos, y nos metemos con una serie muy esperada de Netflix: El mundo oculto de Sabrina (The chilling adventures of Sabrina, Roberto Aguirre-Sacasa, 2018). De los productores de Riverdale llegó la serie basada en el cómic Sabrina Spellman y que ha inspirado varias producciones audiovisuales, de las cuales Sabrina, la bruja adolescente (Sabrina, the teenage witch, Nell Scovell, 1996) es la más conocida.

Todos y todas sabemos quién es Sabrina Spellman y hemos visto numerosas versiones de esta brujita tan querida que fue la infancia de los y las millennials, pero la Sabrina creada por Netflix no se parece prácticamente en nada (quizás sí en el pelo rubio) a la interpretada por Melissa Joan Hart. La hechicera personificada por Kiernan Shipka es mucho más oscura que cómica. Es sentimental, feminista y rechaza todo dogma habido y por haber de la Iglesia de la Noche, que representa a la religión de brujitos y brujitas.

Lo lindo de El mundo oculto de Sabrina es que parece que en Netflix se han dado cuenta de que una historia sin algo de feminismo (aunque sea un poquito) y de rebelión contra lo establecido ya no garpa. Se muestra un lado “dogmático” de la brujería, encarnado en la Iglesia de la Noche, en la que veneran al Diablo, Satanás, Lucifer o como quieran llamarle, pero la señorita Spellman busca romper con el esquema; no cree en la superioridad de brujos y brujas por sobre personas mortales y quiere el bien común.

Estas características de la Sabrina de Greendale dejan ver buenas intenciones que, a gusto de quien escribe, no lograron transmitirse en pantalla. Tanto el personaje principal como todos los otros (excepto uno) son planos, no tienen matices, quedan en un paradigma de narraciones ya superado en el que se es bueno o se es malo. El guion también está flojito de papeles: demasiadas historias dentro de una misma que pueden llegar a conectarse unas con otras, pero tirándonos un poco de los pelos.

                                                                                                        

Un poquito de feminismo

Aunque habría sido interesante profundizar en este aspecto, tanto las brujas como las humanas de esta serie están bastante empoderadas y buscan desempeñar roles que históricamente han sido terreno de varones. El bullying de la secundaria a una chica a la que le gusta usar el pelo corto y se sienta incómoda con vestidos, la unión de las estudiantes para hacer un grupo contra el acoso a mujeres de la escuela y hasta una señorita que busca desplazar al Diablo de su puesto de “rey del infierno”.

 

Miranda Otto, alias Tía Zelda, lo mejor

Los roles de las tías de Sabrina son de lo mejorcito de la nueva serie, pero Miranda Otto –a quien quizás recuerden como Eöwyn en la saga de El señor de los anillos (The lord of the rings, Peter Jackson, 2001-2003)– merece una mención especial. Personifica al personaje más controversial y que más cambios tiene a lo largo de los diez capítulos, por lo que demuestra una importante versatilidad en su trabajo.

cultura, multiversos expandidos, el mundo oculto de sabrina,