Virtualidad: ¿dónde estamos y hacia dónde vamos?

Las preocupaciones por la incorporación de las TICs en las prácticas educativas.

Virtualidad: ¿dónde estamos y hacia dónde vamos?

Facultad de Filosofía y Letras

Especial e-learning

Suplementos

Vanesa Seno, becaria de Prensa de la Facultad de Filosofía y Letras

Publicado el 17 DE NOVIEMBRE DE 2015

Los sistemas de aprendizaje en línea han cambiado la forma de enseñar y aprender. Una plataforma virtual complementa la educación tradicional y brinda al alumno la libertad de estudiar en su tiempo y a su ritmo, con un profesor que lo guía y acompaña en su aprendizaje. Entra en juego el lugar de la tecnología como mediadora del hecho educativo. En estos escenarios se requieren nuevas estrategias de aprendizaje y potenciar aún más el diálogo y la interacción.

La participación conjunta adquiere un lugar especial, las posibilidades de cooperación y colaboración se acentúan, y se conforman comunidades donde unos y otros coadyuvan en pos del aprendizaje mutuo. Ahora bien, ninguna plataforma virtual produce innovación si no hay un cambio sustancial en la interpretación del papel del alumno y del profesor, y de la finalidad de la educación; sus beneficios van de la mano del proyecto pedagógico que subyace y que aprovecha la potencialidad que brindan los recursos tecnológicos.
 

Nuevo rol docente

Con el advenimiento de la virtualidad, el escenario educativo comienza a cambiar. El libro, en papel o digitalizado, constituye el principal soporte de los contenidos, pero… ya no basta con que el texto exprese la verdad científica. Al no estar presente el profesor para “aclarar” conceptos, proponer ejemplos o metáforas, el texto necesita ser comprensible por sí mismo.

El profesor ya no solamente “da clases”: su rol se desdobla: por un lado, brinda información, pero ahora mediada por tecnologías (libros, videos, audio, presentaciones multimediales); por otro lado, guía y ayuda a los estudiantes en su aprendizaje. El material didáctico en la presencialidad es casi exclusivamente auxiliar a la actividad del docente; lo central sigue siendo el discurso verbal. En cambio, en la virtualidad, el material didáctico es central para el aprendizaje

Los cambios introducidos en la tecnología siempre van acompañados de una multitud de otros cambios en los procesos sociales y pautas de actividad. Tal vez sean estos últimos, no las tecnologías mismas, los que ejercen el mayor impacto global en el cambio social.
 

Tecnologías emergentes

Nuevos esquemas, nuevas formas de trabajar proponen las tecnologías emergentes. Parte de ellas son los cursos masivos abiertos en línea que surgieron de grandes universidades, dados por universitarios, importantes referentes de las distintas temáticas, todos sustentados en líneas, abiertos. Son gratuitos, masivos y la evaluación es por pares. Dichos cursos fomentan la actualización y la capacitación permanente para profesionales que ya tienen alguna formación para seguir avanzando. La idea es implementar cursos en nuestra universidad desde esta concepción: cursos abiertos, masivos, con un seguimiento personal y con un alto grado de compromiso por parte de quien lo realice.

También, otra herramienta que no se puede ocultar ya que está presente en todos lados –incluso en la escuela– es el uso de los teléfonos, tabletas o computadoras. Por ejemplo, en la cátedra Taller de Tecnología Educativa y Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación, la profesora magíster Marcela Tagua realizó la evaluación en un aula común pero a partir de estos dispositivos. La concepción de una evaluación con un dispositivo de por medio requiere de otros desafíos, ya que si alguien quiere realizar una consulta a través de Google o un documento de cátedra puede hacerlo. Por lo tanto, se enfoca en la resolución de problemas, para lo cual no importa que tenga Google a disposición, sino poder resolver en el tiempo establecido la situación planteada.

En cuanto a la Web 2.0, es otro elemento a explotar. La participación de los alumnos en foros o en grupos de Facebook, la cantidad de "me gusta", la participación en el blog, los comentarios pueden ser seguidos por Google Analytics, además del trabajo presencial del alumno. Este seguimiento está siendo utilizado a nivel mundial, ya que no se puede tener una cámara que nos diga qué hace y qué no hace el alumno.

La analítica del aprendizaje, como en el caso de Moodle, permite ver los reportes de entrada o de salida, si vieron o no los materiales, cuántas veces participaron de un foro. Esto permite que haya mucha retroalimentación del trabajo que hizo el alumno o el docente en el aula.

Una nueva manera de pensar la enseñanza y de incorporar tecnologías en el aula es la clase invertida, que permite que todo lo que es lectura de materiales y acceso a videos se haga en casa. En el aula las clases son eminentemente prácticas. Se la denomina clase invertida porque, en vez de estar el docente dando su clase magistral para que el alumno realice su práctica en casa, es al revés: se pueden desarrollar en casa materiales, ya sea en audiovisual o presentaciones en línea, y después el alumno en la clase pone en práctica todo lo que pudo haber reflexionado con anterioridad.

Estamos en un momento clave, con múltiples propuestas y herramientas; el desafío está en no dejarse llevar por el miedo a romper viejas estructuras. Rescatar todo lo positivo de lo tradicional y poder aprovechar al máximo las nuevas posibilidades que las tecnologías y la virtualidad brindan. 

 

Por Vanesa Seno, becaria de Prensa de la Facultad de Filosofía y Letras