Gran despliegue artístico en los "Clásicos Argentinos"

La Fiesta de la Cosecha dejó, una vez más, extasiados a los mendocinos con la actuación de la Filarmónica de Mendoza, el Dúo Nuevo Cuyo, Anabel Molina, Victoria Di Raimondo, Jaime Torres y Ricardo Mollo, entre otros, bajo la dirección musical de Polo Martí.

Gran despliegue artístico en los "Clásicos Argentinos"

Jaime Torres, una de las figuras de la 14.º edición de la Fiesta de la Cosecha. Foto: Prensa Gobierno de Mendoza.

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Unidiversidad / Camila Balter - Fotos: Axel Lloret

Publicado el 03 DE MARZO DE 2016

“Clásicos argentinos”: así fue bautizada la 14.° Fiesta de la Cosecha, y sin duda fue el gran hilo conductor de la noche. Miles de mendocinos emprendieron un viaje musical que recorrió ritmos como el folclore, la música cuyana, el tango y el rock nacional, todo en clave sinfónica y con arreglos originales. El viñedo de Malbec del Aeropuerto recibió a invitados de lujo: Ricardo Mollo y Jaime Torres, quienes sellaron, junto a la Orquesta Filarmónica de Mendoza y a reconocidos artistas locales, este clásico del calendario vendimial.

El espectáculo previo estuvo a cargo de Markama. Minutos antes de las 21.00, el grupo referente de la música mendocina dio inicio a la fiesta a través de distintos ritmos, como el vals peruano, el carnavalito y la zamba, entre otros.  

Exactamente a las 22.00, Jaime Torres abrió el concierto “Clásicos argentinos”. “Hasta lo hace hablar al charango”, se oyó entre la multitud, que lo ovacionó al oír los primeros acordes. Despertó gran emoción su “Suite para Charango y Orquesta”, que interpretó junto a la Filarmónica, y la versión sinfónica de la cueca “La arenosa”.

 

Foto: Axel Lloret

 

Luego, el director de la Orquesta, Gustavo Fontana, recibió al Dúo Nuevo Cuyo, integrado por Guillermo y Gustavo Micieli, y a Anabel Molina. Los jóvenes artistas, renovadores del repertorio cuyano, guitarreros y cantora –acompañados también por las cuerdas de Sebastián Narváez y Andrés Musolino–, hicieron recordar patios mendocinos con la tonada “Mendoza, madre de vendimias” y el gato “El serenatero”. Su actuación culminó con la cueca “El sueño de la vendimia”.

 

Foto: Prensa Gobierno de Mendoza

 

A continuación, las reinas comenzaron a recortar los racimos cuando la Orquesta Filamónica interpretó las versiones orquestales de las cuecas “Póngale por las hileras” y “Calle Angosta”.

 

Paula Coronado, representante de Malargüe. Foto: Axel Lloret.

 

En el tercer bloque, el escenario sobre el viñedo se volvió melancólico cuando los músicos dirigidos por Fontana encararon los primeros acordes de “A fuego lento”, la milonga de Horacio Salgán. Luego, la cantante de Altertango, Victoria di Raimondo, avanzó sobre el escenario para encarnar “Los Mareados”, cuyo arreglo especial fue compuesto por Oscar De Elía, de la Orquesta Juan de Dios Filiberto. Le siguió “Libertango”, sello indiscutible de Astor Piazzola. Finalmente, Victoria cerró el bloque con un tango que se cruza con el rock: “Rocanrol”, de Pitufo Lombardo, con el arreglo de la Orquesta Julián Peralta y la fuerza de tres bandoneones: Esteban Calderón, Gonzalo Thomé Bedini y Fabrizio Colombo. Antes de retirarse, pidió a gritos: “¡Basta de mujeres asesinadas!”, como referencia al doble femicidio en Ecuador.

Inmediatamente, subió Ricardo Mollo al escenario y el triste recuerdo de las mendocinas asesinadas se coló en el tema de Gustavo Cerati, "Crimen" –“y otro crimen quedará / sin resolver”–. El reconocido artista también hizo otro pedido: el cuidado del agua.

 

Foto: Axel Lloret

 

Con arreglos de Mario Galván, la Orquesta Filarmónica lo acompañó en “Spaguetti del rock” y “Par mil”. Declarado admirador de Atahualpa Yupanqui, Mollo fusionó el rock con el folklore: dejó la guitarra eléctrica de lado e interpretó “La flor azul”, una chacarera compuesta por Mario Arnedo Gallo, padre de Diego Arnedo. También tocó junto al integrante de Divididos el percusionista Quique Öesch, uruguayo afincado hace varios años en la provincia. Por último, Mollo confesó que se daría “un gusto personal”: invitó nuevamente a Jaime Torres al escenario y juntos interpretaron “La amanecida”.

Con una fascinante iluminación y un gran despliegue artístico, los mendocinos fueron parte de un increíble viaje sonoro, sin subirse a ningún avión.

 

Foto: Axel Lloret

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