Juego y psicomotricidad: del entretenimiento a la construcción de la identidad

El autor analiza cómo lo lúdico contribuye a desarrollar ciertas capacidades de las experiencias emocionales y cognitivas del niño.

Juego y psicomotricidad: del entretenimiento a la construcción de la identidad

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Sociedad

Unidiversidad

José Ricardo Coronel

Publicado el 05 DE MAYO DE 2015

El juego es mucho más que un simple entretenimiento. Para el niño es un medio por excelencia que le permite un desarrollo armónico. Tanto para el docente como para el reeducador y terapeuta, el juego es un instrumento eficaz para observar al niño, para conocer su nivel madurativo y, si la competencia del observador se lo permite, su historia profunda, pues es en esta actividad en la que se ponen de manifiesto sus intereses, sus ilusiones, sus necesidades, sus carencias y sus emociones. Es el juego infantil la más clara manifestación de lo inconsciente, ya que permite la simbolización indirecta de deseos, fantasías, experiencias.

Por otro lado, es esta actividad un observable privilegiado para intentar acceder a la génesis de las representaciones que promueven y sostienen la acción. La observación de la actividad espontánea y del juego constituye un excepcional acceso al psiquismo del niño. 

“El juego por definición es placer” (1); cuando una actividad no es placentera no se puede hablar de juego. Por lo tanto, es esta una actividad libre que puede tener sus reglas, pero las mismas responden al deseo de aquellos que participan en ella. El juego no es la realidad, pero tampoco es lo desprendido totalmente de ella; es un espacio que separa lo real de la fantasía, que el niño puebla de aquellos personajes que constituyen su mundo interno (2). Son personajes porque son el resultado de la interiorización de lo que está afuera y lo vivenciado por el sujeto, pero no pasan a formar parte en forma directa, sino que en este proceso hay filtros, hay mecanismos propios que impregnan a estas personas y las convierten en lo que llamamos “personajes”. En este complejo proceso, junto con el objeto a incorporar van la situación, el contexto, las condiciones, lo cultural. Es decir que aquello que es externo al sujeto y que conforma el mundo externo poco a poco va siendo parte de su mundo interno.

De allí la gran importancia que desde la psicomotricidad se le atribuye al juego, pues trasciende el hecho de ser un entretenimiento o un medio de exploración para ser un instrumento de construcción del psiquismo del niño. No sólo es determinante en el aspecto cognitivo, sino que además es la acción, el medio de expresión de aquello que es parte del mundo interno del niño, pues todas las emociones, sensaciones, angustias placeres y displaceres, las tensiones propias de los avatares de la vida, son llevados a la superficie en una especie de interacción con la realidad, donde son develados y puestos de manifiesto en forma explícita o implícita a través de los juegos.

Es en la actividad autónoma en la que el niño desarrolla sus capacidades de integración, de anticipación, de representación de sus experiencias emocionales y cognitivas, lo que instituye el núcleo mismo de su identidad.

 

Referencias:  

(1) Material de clase del profesor Bernard Aucouturier; Postítulo en Psicomotricidad (Facultad de Educación Elemental y Especial).

(2) Material de clase de la doctora Myrtha Hebe Chokler; Postítulo en Psicomotricidad (Facultad de Educación Elemental y Especial).

Autor: José Ricardo Coronel. Profesor de Educación Física en los Profesorados Universitarios en Educación Inicial, de Pedagogía Terapéutica en Discapacidad Intelectual: Orientación en Discapacidad Motora y Pedagogía Terapéutica en Discapacidad Visual de la Facultad de Educación Elemental y Especial.

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