Los sindicalistas reclaman recuperar lo perdido por la inflación de 2016, lo que eleva sus exigencias hacia un 35% de aumento salarial. Ese parece ser el criterio común de los gremios estatales del país, que se confronta con la decisión de poner el techo del 18 %, que es parte de la estrategia conjunta entre Mauricio Macri y los gobernadores aliados que confluyen en la coalición gobernante Cambiemos.

Las columnas políticas locales del fin de semana reflejan el virtual lanzamiento de la campaña electoral coincidentemente con el inicio de la discusión salarial docente en la provincia de Buenos Aires. Una mesa paritaria tomada por los diarios porteños como referencia nacional.

La idea primaria que deslizan los analistas es que el oficialismo buscará mantener la unión de fuerzas políticas que llevaron a Alfredo Cornejo al Palacio de Gobierno.

Conspira contra el propósito de ganar las elecciones legislativas, por parte del oficialismo, la incertidumbre que genera la demorada reactivación de la economía que no depende directamente de Cornejo. Sí depende de Macri y de su política, por lo que también resultó importante lo difundido por Marcelo Bonelli el sábado en Radio Mitre cuando, dentro del contexto marcado como “qué piensa Macri”, dio por sentado que el presidente está convencido de que Cambiemos, es decir el PRO y la UCR más socios minoritarios, ganará “caminando” estas votaciones parlamentarias y les advierte a sus colaboradores que se preparen para un nuevo periodo de gobierno.

En el mismo cuadro y de acuerdo a las proyecciones, a Cornejo le toca hacer equilibrio entre la necesidad de administrar y bajar el costo fiscal, que hasta ahora ha sido un capital político que lo pone al gobernador como un buen administrador. Pero si el consumo no se activa y no se desacelera la inflación, el votante empezará a sacar cuentas sobre su futuro económico.