La necesidad de una política pública

El neurólogo clínico Sebastián Rauek explicó las características generales y particulares de tres importantes enfermedades neurodegenerativas y afirma que, a nivel provincial, hace falta una política de salud pública que incluya a todos los pacientes de manera interdisciplinar.

La necesidad de una política pública

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Sociedad

Especial Enfermedades neurodegenerativas

Unidiversidad

Unidiversidad / Milagros Martín Varela

Publicado el 24 DE ABRIL DE 2016

Las enfermedades neurodegenerativas son padecimientos crónicos que no tienen aún tratamiento curativo. Por eso los esfuerzos de la medicina se centran en lograr que el paciente tenga la mejor calidad de vida posible. Si bien hay estrategias que los propios afectados y sus familias pueden echar a andar para morigerar los efectos de estos males, se vuelve necesario un abordaje interdisciplinario, enmarcado en una política pública de salud, para que los tratamientos sean accesibles a todos los enfermos.

En resumen, este es el razonamiento que inspira al neurólogo clínico Sebastián Rauek, jefe de Área de Neurología del Hospital Universitario y docente en las universidades Mendoza y Nacional de Cuyo.

¿Cuáles son las enfermedades neurodegenerativas?

Se trata de aquellos procesos en los que, por alguna causa que algunas veces no se conoce, se acelera la muerte de las neuronas, las células del sistema nervioso, provocando su degeneración. En general, son todas enfermedades crónicas que no tienen tratamiento curativo aún. Algunas evolucionan en años; otras, en meses. Dependiendo de la zona que afecte en el sistema nervioso serán las manifestaciones que tenga. Actualmente, es cada vez más evidente que estas enfermedades afectan otros sistemas que no se relacionan con la motricidad, como son los trastornos anímicos, del sueño y del sistema digestivo. Estas enfermedades no tienen tratamiento curativo pero sí tenemos algunas estrategias de tratamiento como para asegurarnos de que el paciente tenga la mejor calidad de vida posible. Además, es importante el acompañamiento familiar, porque no es fácil convivir con este tipo de pacientes.

¿A qué edad se suelen diagnosticar las enfermedades neurodegenerativas?

Si bien no hay una edad específica, el factor de riesgo más importante para el desarrollo de una de estas enfermedades es la edad. A mayor edad, mayor posibilidad de padecer alguna de ellas. No es taxativo que tiene que ser después de los 60 o 70 años, pero estadísticamente podemos decir que las enfermedades neurodegenerativas se dan más frecuentemente en la edad adulta, después de los 60 o 65 años.

¿Son más frecuentes estas enfermedades en los hombres que en las mujeres, viceversa o se dan por igual?

En general es bastante parejo. No hay una preponderancia de un sexo sobre el otro.

¿Cuáles son las causas de estas enfermedades? ¿Se pueden evitar?

Es una buena pregunta porque esa es la incógnita actual. En lo que más se está trabajando es alrededor de esa cuestión: ¿cómo puedo saber si voy a tener estas enfermedades o no? Todavía no hay forma de saberlo con seguridad, pero se está investigando mucho en los marcadores de estas enfermedades. La teoría, en general, dice que hay una base o predisposición genética en la mayoría de los pacientes y que además hay un desencadenante de la enfermedad. Pero no todos los pacientes que tienen la misma carga genética van a desarrollar la misma enfermedad. Si bien el Alzheimer y el Parkinson se dan en familias, son raros. Las alteraciones genéticas familiares en estos trastornos son poco comunes, aunque el que tiene más predisposición a ser genético es el mal del Huntington.

Entonces podríamos decir que, al no estar establecidas las causas de estas enfermedades, aún tampoco se puede saber si son evitables...

Exactamente. Si bien hay algunas medicaciones que se prueban para tratar de hacer más lenta la enfermedad o de evitar que aparezca, aún no hay alguna efectiva como para frenarlas.

Usted habló de ciertas estrategias de tratamiento para que el paciente tenga la mejor calidad de vida posible. ¿Cuáles son?

Hay tres fundamentales. Primero, el ejercicio físico: salir a caminar, andar en bicicleta, por ejemplo. Esto es muy importante en los adultos mayores porque permite mantenerse bien a nivel cardiorrespiratorio, muscular y óseo. Segundo, la ejercitación mental, el mantenerse activo mentalmente. Hay lugares acá en Mendoza donde se puede hacer lo que se llama rehabilitación cognitiva o estimulación de la memoria. Son grupos de distintos tipos en los que se hacen ejercicios para mantener las funciones cognitivas: la memoria, la atención. Hay que leer, aprender idiomas, canciones, música, tratar de aprender y retener conceptos nuevos. Esa es la forma más saludable de mantenerse bien. Por último, el ejercicio social: la interacción con otros también es fundamental. No hay que aislarse. Lo peor que puede hacer un paciente es quedarse en la cama, solo, viendo televisión.

¿Cuál es el panorama en Mendoza desde el punto de vista médico?

Lo que nosotros notamos como médicos es que son enfermedades en las que muchas veces al paciente se lo empieza a dejar de lado. Es lamentable ver cómo a veces las coberturas sociales creen que para esas personas no hay nada por hacer. Ese es un error grosero, porque son justamente los que más necesitan de los demás. Nosotros, como médicos, tenemos que asegurar que tengan calidad de vida. Entonces, el abordaje de estos pacientes tiene que ser interdisciplinario. Muchas veces es dificultoso porque se necesita que lo vean varios profesionales y la cobertura social no le da un programa que abarque todas las especialidades que necesitan. Hay lugares y profesionales muy buenos que tratan muy bien a los pacientes, pero la cuestión es intentar que esto sea una política pública, en la cual se brinden más posibilidades a los pacientes de entrar a estos programas, porque vemos que muchos se quedan afuera porque no hay una estructura, sobre todo política.

 

 

Síntomas y características

Alzheimer: las alteraciones se dan en la corteza cerebral. Produce distintos grados de deterioro cognitivo que se traducen en síntomas como trastornos de memoria, atencionales, problemas para manejar el dinero, desorientación (perderse en la calle).

Parkinson: la afectación, inicialmente, es por debajo de la corteza cerebral, en estructuras más profundas del cerebro que producen sustancias que se encargan, sobre todo, del movimiento. Los principales síntomas son temblor, lentitud en los movimientos y rigidez.

Huntington: hay afectación cortical y subcortical, entonces también se presentan trastornos conductuales y de memoria, y movimientos de más, que son coreicos, exagerados, como si se tratase de una danza con los brazos, la cara, el tronco y las piernas. Al paciente le cuesta quedarse quieto.

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