La artista multidisciplinaria Maia Mónaco acaba de subir a las redes su flamante álbum “Raíz”, una apuesta entre lo ancestral y lo electrónico que en su viaje acerca una síntesis en medio de la pandemia global “donde se nota claramente que todos somos uno”, según arriesga la protagonista del material.

“En este patadón que nos están dando se nota muy claramente que todos somos uno, que todo lo que se haga va a resonar en otros, que estamos conectados indefectiblemente”, postula Maia durante una entrevista con Télam.

La cantante, bailarina y actriz quien además es madre del fenómeno rapero Wos (quien participa del disco cantando en el tema “Tao”) considera que “la desesperación del hombre por comprar o la ilusión de poder controlar algo demuestra que aún no ha despertado al nuevo paradigma y sigue con un nivel de soberbia tan extremo que favorece tragedias como la que estamos atravesando”.

Desde la sensibilidad transitada y plasmada en “Raíz”, la intérprete también cuestiona “las estadísticas que nos acercan los poderosos del planeta”.

Y en ese plano se pregunta “¿así como aplicamos la categoría de pandemia para el coronavirus no podríamos considerar a los femicidios o a los niños muertos por inanición como una epidemia?”.

En “Raíz” y además de la participación de Wos y su hermano Manuel Oliva (cajón peruano en “Como el junco”), Maia compartió la música y la producción con Facundo Yalve (EvlayBeats), también responsable del sonido de Wos, Louta y Vic Bernardi, entre otros artistas.

Bajo producción general de Peter Ehrlich también toman parte del repertorio Andy Elijovich (arreglos de cuerdas), Lulú Gariboto (viola), Uciel Sola (violín), Juan Telechea (violonchelo), Alejandro Franov (sitar), Kiki Gaggino(percusión) y Analía Rosemberg (acordeón).

El protagonismo electrónico convive con la voz de Maia y con las percusiones de cuencos de cuarzo y tibetanos a cargo de la propia intérprete.

Télam: ¿Qué implica “Raíz” en tu tránsito artístico?

Maia Mónaco: Es el logro de una síntesis de toda mi vida. Un camino que vengo recorriendo hace mucho y donde pude abrazar todas mis partes. En “Raíz” conviven la bailarina, la cantante y la amante de la poesía y la sonoridad de las palabras.

T: Es llamativo que para referir a “Raíz” hayas recurrido a la electrónica como vehículo…

MM: Encontré en la electrónica esa energía para acompañar la diversidad de voces que me pueblan y encontrar esa organicidad y ponerlo a disposición de mi imaginario. Para mí la conexión con el río no era ir a grabar un cauce de agua, sino que el arte es una traducción y la electrónica se hizo piel con mis sensaciones y mis devenires.

T: ¿Puede pensarse como un espacio de libertad?

MM: Exacto. Acá no hay nada forzado, no es un laburo hecho desde la cabeza, desde lo racional, sino desde la sensación en el cuerpo y la electrónica fue la herramienta para alcanzarla.

T: ¿Sentís que plasmás en este trabajo las muchas disciplinas que te conforman?

MM: Esto soy: el fruto de esas disciplinas que transité estudiando mucho y de los distintos lenguajes que realmente ahora estoy habitando.

T: ¿Qué desafíos se pusieron en juego como intérprete?

MM: la electrónica apoyó todo el trabajo que venía haciendo desde una música compuesta en función de mi voz. Y, a la vez, desplegar la voz por fuera del parámetro de la canción con sonidos más guturales y en el plano de técnicas extendidas de la voz.

T: La presentación de “Raíz” está prevista para el miércoles 13 de mayo en La Tangente (Honduras 5317) ¿Cómo imaginás ese espectáculo?

MM: Estoy imaginando algo bien performático junto a Andy Elijovich, el músico que hizo los arreglos de cuerdas y que generó una sonoridad que me conmueve y siento muy afín a mi universo. Además, habrá un set de mis instrumentos acústicos que son bastante particulares, proyecciones y un circuito de cámaras. La idea de cada concierto es proponer otro espacio.