Marcos, su robot y el sueño cumplido de ser un astronauta

Por Marcos Bruno, estudiante de Ingeniería Mecatrónica.

Marcos, su robot y el sueño cumplido de ser un astronauta

Ilustración: Pablo Pavezka.

Sociedad

#24 - No es magia, es robótica

Uncuyauta

Edición U

Marcos Bruno, estudiante de Ingeniería Mecatrónica

Publicado el 29 DE OCTUBRE DE 2017

Vivimos un punto de inflexión como ningún otro acontecido en la historia de nuestra especie como civilización. Disciplinas como la Robótica, la Inteligencia Artificial y demás avances disruptivos ponen en vilo el futuro del trabajo y la vida en sociedad como la conocemos.

En mayo de 2016, tuve la oportunidad de vivir por dos semanas como astronauta en las instalaciones de la Mars Society en el desierto de Utah, Estados Unidos. Viajé con un proyecto de robótica que desarrollé junto a un amigo, Gabriel Caballero. Este robot era un Rover, un vehículo de cuatro ruedas, cuyo objetivo era transportar e instalar instrumental y cargas livianas en el suelo de Marte. Esos quince días -en los que consumí comida de astronauta, racioné recursos básicos y usé trajes espaciales- me dieron una nueva perspectiva sobre lo fuerte que impactará la robótica, tanto en nuestra vida cotidiana, como en actividades ajenas a nuestro día a día, como la exploración espacial.

Los robots son de vital importancia en la rama aeroespacial, particularmente. Producto de nuestra sed de conocimiento y ante la imposibilidad actual de que los humanos podamos pisar lugares como Marte, la exploración de planetas y cuerpos celestes cercanos necesita de “laboratorios móviles” para realizar experimentos y mediciones en sus superficies. Un ejemplo es el Robot Curiosity, de NASA, que actualmente recorre el suelo del planeta rojo. Planeado para funcionar por poco menos de dos años, aporta información clave desde agosto de 2012. Tiene el tamaño de un Mini Cooper y cuenta con suficiente instrumental para cumplir con experimentos biológicos y geológicos, entre otros. Todos los días recibimos información de Curiosity y otros robots que nos ayudan a entender mejor el universo.

Cuando, como especie, trabajamos por el progreso de la civilización humana, ni el cielo es el límite.

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