Mingorance apuró el Ecoparque

Los planes oficiales para el Zoológico se consolidaron tras la muerte del plantígrado.

Mingorance apuró el Ecoparque

El secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial, Humberto Mingorance, dio una conferencia de prensa tras la muerte del oso Arturo junto a Oscar Ríos, el veterinario del animal. Foto: Axel Lloret.

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Unidiversidad / Milagros Martín Varela

Publicado el 04 DE JULIO DE 2016

Tras la muerte de Arturo, el oso polar que estaba en cautiverio en el Zoológico provincial, muy querido por los mendocinos, el secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial dio una conferencia de prensa en la que aseguró que los planes para el Zoológico continúan. Humberto Mingorance también manifestó su deseo de que el deceso del oso haga reflexionar a los legisladores para que recapaciten sobre su decisión ante el proyecto del ecoparque, el objetivo del Ejecutivo provincial.

Mingorance explicó hoy en una conferencia de prensa que, luego de la muerte del oso Arturo, continúa el plan de contingencia en el Zoológico. Desde hace algunas semanas, los recintos de los animales están en restauración y se comenzó por las cierveras, ya que la mayor cantidad de animales muertos en los últimos meses fueron ciervos. Además, hoy comenzaron a construir los techos para que los animales puedan resguardarse.

El que era un paseo turístico ahora está cerrado por tiempo indefinido, ya que las condiciones de infraestructura para los recintos y para los visitantes no están dadas, según expresó el secretario. La restauración de los recintos, y posteriormente del circuito para visitantes, llevará mucho tiempo, pero “es necesario para priorizar el bienestar de los animales”, dijo Mingorance.

Sobre el proyecto del Ecoparque, el funcionario afirmó que se sigue discutiendo en la Legislatura y que “quizás la muerte de Arturo les haga recapacitar a algunos legisladores y tomar la decisión para poder sacar el proyecto. En este sentido, Mingorance aseguró que todavía no se aprueba, no sólo por la indecisión de algunos diputados y senadores, sino también porque le faltaban algunos aspectos técnicos para mejorarlo, que fueron arreglados, según explica el secretario, con miembros de la Federación Argentina de Veterinarios (FeVA), con quienes el funcionario se reunió la semana pasada.

Mingorance expresó que la reconversión de los zoológicos en todo el país es, evidentemente y dicho por profesionales, necesaria para este cambio de paradigma que se está dando en el mundo. “Los animales no pueden seguir siendo un atractivo para las personas, sino que las personas tenemos que estar a disposición de los animales para poder preservar las especies”, afirmó.

Con respecto a la subasta de los animales que se planea realizar, el funcionario aseguró que no significa eliminar a los animales, sino que se mantienen las especies pero el propósito es reducir la población. Explicó que estas subastas no se van a hacer de cualquier manera y a cualquier postor, sino que quienes se presenten a esa subasta van a tener condiciones. No podrán llevarse a los animales a otros zoológicos, ni circos ni mataderos, entre otros. Los postores deberán certificar a qué espacio, que brinde mejores condiciones de vida para los animales, serán destinados. Lo ideal sería a granjas educativas, reservas o santuarios. También se afirmó en la conferencia de prensa que no se permitirá más acceso de animales en el zoológico; por lo tanto, la población va a ir decreciendo lentamente.
 

El caso del Oso Arturo

El oso polar Arturo en su recinto del Zoológico. Foto: Prensa Gobierno de Mendoza.

En la rueda de prensa, Mingorance estaba acompañado de Oscar Ríos, quien fue el veterinario de Arturo durante más de 20 años. Él contó que a partir de marzo el equipo empezó a notar que el animal presentaba una secreción mucosa por nariz y, luego de realizarle un estudio, descubrieron que habían algunos hongos y bacterias. Posteriormente se lo sometió a un tratamiento de medicamentos y luego se notó que tenía dificultades para comer, además de que se lo veía con molestias en su nariz y la secreción aumentaba.

Luego de realizarle más estudios, descubrieron que tenía una infección que le afectaba los huesos y le provocaba osteólisis, es decir que el hueso se iba “comiendo”. Eso produjo que el oso fuera perdiendo el olfato y la vista. En el ojo derecho, Arturo tenía una catarata avanzada, típico de un animal de su edad, “supergeronte”, como dijo el veterinario, y en el ojo izquierdo tenía conjuntivitis, producto de la infección.

El doctor explicó que además, Arturo estaba comiendo cada vez menos por el deterioro visual y olfatorio, su avanzada edad y el estrés que le producía el no poder ver. Se lo mantenía con inyecciones porque ya no podía alimentarse. Los profesionales comenzaron a barajar incluso la decisión, que no era nada fácil, de dormirlo, porque su deterioro era muy avanzado. Había perdido mucho peso y ya no tenía la actividad normal que podía tener un oso polar, afirmó Ríos.

Ayer, a las 4 de la tarde, Arturo tuvo una descompensación debido a que ya no estaba tomando el líquido suficiente y eso llevó a una descompensación multisistémica, que es, explicó el veterinario, un fallo cardiorrespiratorio, y sospechan que también renal. Así fue como el oso murió.

Arturo tenía 30 años. Mingorance y Ríos afirmaron que un oso polar en estado “natural” o “salvaje” a veces no llega a vivir 24 años, aunque en cautiverio pueden vivir unos años más. Hoy se comenzó a hacerle una necropsia al cuerpo y las opciones sobre qué se hará con él son taxidermizarlo si su piel está en condiciones, enterrarlo o recuperar el esqueleto para investigaciones científicas.

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