Quién es el "dueño" del Partido Intransigente

Se llama Eduardo Martínez Guerra, afirmó que la Izquierda "cayó en la defensa de la corporación política que tanto defenestra". De mejorar su performance en octubre, el espacio de la ONG Protectora podría acceder a una banca en el Congreso.

Quién es el "dueño" del Partido Intransigente

Eduardo Martínez Guerra, apoderado del PI y candidato a senador provincial. Foto: Facebook.

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Unidiversidad / Nico Nicolli

Publicado el 18 DE AGOSTO DE 2017

La sorpresa de las últimas elecciones PASO no fue el triunfo de Cambia Mendoza ni el resultado de la interna peronista. Tampoco los que pasaron el filtro del 1,5 % y clasificaron a las generales de octubre. La sorpresa fue el Partido Intransigente, retomado por la ONG Protectora, que casi le quitó el título de “tercera fuerza provincial” al Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), que tanto celebró desde el “batacazo” de Nicolás del Caño en 2013.

Con los “tarifazos” de los servicios públicos, los abogados José Luis Ramón y Mario Vadillo, mediante su ONG Protectora, se convirtieron en los portavoces de las quejas y de los reclamos de los usuarios. Casi un símbolo de campaña, el “frazadazo” frente a la Legislatura se volvió un signo del vínculo con la gente, quizás un equivalente al timbreo sabatino de Cambiemos.

Eduardo Martínez Guerra, apoderado del Partido Intransigente y candidato a senador provincial por el Segundo Distrito, aseguró que “a la gente le da fobia estar afiliada a un partido, se siente sucia, porque en nuestro país siempre se habló de corrupción política, pero nunca de corrupción empresaria”.

Desde el Partido Intransigente afirman que quieren darle participación a la gente sin identidad partidaria para que pueda expresar sus reclamos a los políticos que hoy manejan el país. “Entre los dos extremos de la grieta hay personas que la están pasando mal, nosotros nos ocupamos de ellas”, afirmó su titular.

Martínez es titular del Partido Intransigente desde 1999 y transitó las idas y vueltas del bloque político. Desde 1987, el PI dejó de presentar sus propias listas y comenzó a acompañar a otros movimientos políticos y alianzas tan dispares entre sí como el menemismo en los 90, el Frepaso de De la Rúa en 1999 y el ARI de Carrió en 2003. Fue a partir de 2004 cuando el partido decidió apoyar al Frente para la Victoria, postura que se consolidó en 2007 con la Concertación y el arribo de Julio Cobos y los radicales K cobijados por Néstor y Cristina.

“Nosotros no somos oportunistas, sólo seguimos el modelo nacionalista y popular de Yrigoyen, que defiende la república, la igualdad de oportunidades y la industria argentina”, comentó el apoderado del PI.

Debido al incumplimiento de requisitos, el partido recién recuperó su personería jurídica en 2016 –después de estar seis años suspendido– y comenzó su aventura electoral en Mendoza. Según Martínez, tanto Ramón como Vadillo desempolvaron la marca del PI porque coinciden con las bases e ideas políticas del partido; entre ellas, la defensa de los consumidores del siglo XXI.    

La pelea por el bronce

Con el 98,01 % de las mesas escrutadas, la lista encabezada por José Luis Ramón consiguió en las PASO del domingo 13 el 7,48 %, apenas 14 mil votos abajo de la Izquierda (el 8,80 %). La pelea por el tercer lugar fue tan reñida que hasta los candidatos salieron a fiscalizar a las escuelas voto por voto. En algunas mesas de Guaymallén, por ejemplo, la lista de Protectora estuvo cabeza a cabeza con el frente peronista Somos Mendoza y logró desplazar a la izquierda al cuarto lugar. En política, los errores no quedan en el olvido, se pagan con los votos.

Para Martínez Guerra, el respaldo de la izquierda a De Vido en el Congreso le pasó factura, ya que “cayó en la defensa de la corporación política que tanto defenestra”.

“Para entrar en política me pidieron hasta una prueba de papanicolau de mi mamá, pero De Vido está procesado por la Justicia y es diputado”, manifestó el referente del PI respecto de la “salvación” que le cayó al exministro K cuando a Cambiemos no le alcanzaron los votos para expulsarlo del Congreso.

El próximo desafío del Partido Intransigente será mantener la confianza depositada por 78 mil mendocinos, aumentar su caudal de votos –en el sur reconocen que les fue mal– y superar la retracción que sufrió el FIT con respecto a 2015. “No queremos quedarnos en la testimonial, queremos gobernar Mendoza”, reiteró Martínez.  

Cornejo, el patrón del barrio

Con los albores del regreso a la democracia de 1982, Eduardo Martínez arrancó a militar en la Franja Morada, en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), antes de dar un giro de 180° y pasarse a Comunicación Social en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Pero en esta casa de estudios asomaba en paralelo un joven Alfredo Cornejo, en plenos cimientos de su ascendente carrera política.

“Nos unen 21 años de militancia, tengo muy buena relación con Cornejo”, aseguró Martínez, pero no por eso se definió menos crítico de su gestión. “El Gobernador hace todo lo que quisiera porque está atado a las políticas de Macri”, explicó el candidato del Partido Intransigente.

"Cornejo se cree el patrón del barrio”, deslizó el apoderado del PI. Desde la oposición suelen cuestionarle al Gobernador su actitud “autoritaria” sobre la Legislatura, algo en lo que Martínez coincide. “Yo no soy escribano”, prometió el candidato del PI respecto de la posibilidad de ocupar una banca en la Legislatura.

De dónde viene el Partido Intransigente, la sorpresa de las PASO

El espacio político retomado por José Luis Ramón y Mario Vadillo, de la ONG Protectora, resucitó de las cenizas, superó las expectativas y casi le quitó el tercer lugar a la Izquierda. Pasado, presente y futuro de la revelación mendocina.

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