Clinton y Trump comienzan su histórica batalla por llegar a la Casa Blanca

La demócrata y el republicano, dos de las figuras que más polarizan a Estados Unidos, dieron inicio al enfrentamiento electoral con una ráfaga de ataques mutuos y con la mira en unir sus partidos tras una temporada de internas.

Clinton y Trump comienzan su histórica batalla por llegar a la Casa Blanca

Internacionales

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Unidiversidad / Fuente: Télam

Publicado el 09 DE JUNIO DE 2016

Hillary Clinton tuvo el martes 7 su gran noche, con victorias en cuatro de los seis estados que celebraban primarias, incluido el más poblado, California, y una doble celebración: la de su virtual nominación a la Casa Blanca y la de ser la primera mujer candidata a presidente por uno de los dos grandes partidos del país. Con más de 30 años de experiencia política, la exsecretaria de Estado, ex primera dama y exsenadora empieza la carrera con el aura de haber contribuido a abrir camino a las mujeres hacia el poder, pero también con el lastre de varios escándalos y un conservadurismo que aliena a los demócratas progresistas.

Quien se interpone entre Clinton y la historia es el desenvuelto magnate y neófito político Donald Trump, quien reescribió este año los manuales sobre campaña política al aplastar a sus rivales de interna con una metralla de ataques y difamaciones y logró la candidatura pese a la oposición del establishment partidario.

Luego de una de las temporadas de primarias y caucus (asambleas populares) más agresiva de la historia de Estados Unidos, la campaña promete ser también en extremo caliente, si es que no directamente sucia.

En la que quizás fue la noche más importante de su carrera política, Clinton presentó su victoria como un logro histórico de todas las mujeres, pero no perdió ocasión de atacar a Trump, haciendo foco esta vez en su controvertido eslogan "Volvamos a hacer grande a Estados Unidos". "Ese es un mensaje en clave para hacer retroceder a Estados Unidos (...) a una época en la que las oportunidades y la dignidad estaban reservadas para algunos y no eran para todos", dijo Clinton, de 68 años, en su discurso de victoria en Brooklyn, Nueva York, en el estado homónimo por el que fue senadora.

Trump también se ocupó de Clinton en su propio discurso del miércoles por la noche, luego de obtener nuevas victorias en las primarias del martes, acusando a su rival y a su marido, el expresidente Bill Clinton, de haberse enriquecido "vendiendo influencias, vendiendo favores, vendiendo contratos del Gobierno". Además, el combativo millonario, de 69 años, anunció un "gran discurso" para principios de la semana próxima en el que enumerará, según dijo, "todas las cosas que han ocurrido con los Clinton".

El hecho de que Clinton tenga opciones reales de convertirse en la primera presidenta en los más de dos siglos de historia del país "es un gran avance" y todos los estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, "deberían estar orgullosos", valoró el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Pero la campaña de Clinton por la candidatura, iniciada en abril de 2015, fue más larga y dura de lo que se pensaba, y aún deberá atraer a los millones que han votado por su adversario de interna, el senador socialista Bernie Sanders, especialmente a los jóvenes, para acudir con confianza a las elecciones de noviembre.

Sanders, que ganó el martes las primarias en Dakota del Norte y Montana, subrayó desde la ciudad californiana de Santa Mónica que mantendrá activa su campaña hasta la convención nacional del Partido Demócrata en julio en Filadelfia. "Vamos a luchar duramente para ganar las primarias en Washington D.C. (las últimas, que serán el 14 de junio), y luego llevaremos nuestra lucha por la justicia social, económica, racial y medioambiental a Filadelfia", indicó Sanders ante sus simpatizantes.

El veterano senador estuvo este miércoles en Vermont, su estado, pero hoy, jueves 9, tiene programado un acto de campaña en Washington, así como una reunión con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca. De acuerdo con la Casa Blanca, el demócrata Obama, del cual Clinton fue secretaria de Estado, espera hablar con Sanders de "cómo construir sobre el extraordinario trabajo que él ha hecho para involucrar a millones de votantes demócratas" y aprovechar ese entusiasmo "en las próximas semanas y meses". Obama habló tanto con Sanders como con Clinton, a quien se espera que apoye oficialmente en cuestión de horas o días.

Dos de los principales apoyos de Sanders en el Congreso, el senador Jeff Merkley y el legislador Raúl Grijalva, le aconsejaron que "es hora" de pensar en la unidad del Partido Demócrata y aceptar que la candidatura de Clinton es algo inevitable. Más tajante fue el senador Bill Nelson, de Florida, que señaló que Sanders "debería retirarse ya", porque está en "una posición única" para trabajar por la unidad del partido. Mientras, el vicepresidente del país, Joseph Biden, abogó en los pasillos del Congreso por dar tiempo a Sanders y "la oportunidad de decidir por sí solo" cuándo es el momento de abandonar.

Por otro lado, Trump, quien ya logró hace unas semanas los delegados necesarios para asegurarse la candidatura republicana en la convención del partido en julio en Cleveland, también apeló a los votantes de Sanders y sorprendió con un discurso moderado y preparado, que leyó en un teleprompter. "Entiendo la responsabilidad" que conlleva ser el candidato y "nunca los decepcionaré" (...). Los haré estar orgullosos de nuestro partido y nuestro movimiento", dijo Trump desde Nueva York, dirigiéndose a los votantes pero también a los líderes republicanos.

Su discurso puso fin a un día de duras críticas a Trump, encabezadas por las máximas figuras republicanas en el Congreso, Paul Ryan y Mitch McConnell, por sus comentarios racistas acerca de un juez de padres mexicanos que estudia el caso de presunto fraude de la universidad que lleva el nombre del magnate. Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, reafirmó su apoyo a Trump en una reunión a puerta cerrada con miembros del partido.

Luego de sus triunfos del martes, Clinton suma ya 2768 delegados y superdelegados, contra 1866 de Sanders. Se necesitaban 2383 para asegurarse la candidatura.

Trump, por su parte, acumula 1541, comparado con los 1237 que se requieren para ser candidato presidencial republicano.