Cocinando con sadismo

El viernes pasado, en la Nave Cultural se presentó “Cocinando con Elisa”, obra de teatro en clave de "grand guignol", que estimula y deja volar nuestra morbo.

Cocinando con sadismo

Jimena Semiz y Silvia del Castillo en "Cocinando con Elisa"

Cultura

Unidiversidad

Paula Semiz

Publicado el 06 DE AGOSTO DE 2019

Al ingresar, el programa que nos entregan en la puerta de la Sala 2 de la Nave Cultural reza: “Se trata de un tipo de teatro con un variado repertorio en el que el horror y la comedia ácida conviven”. Una experiencia magistral de ritmo –elemento fundamental tanto para lograr el efecto cómico como terrorífico de este género teatral–. Ya en la sala, nos reciben la iluminación rojo sangre y música francesa, que suena como cajita musical desafinada.

Elisa, una chica de campo, llega como aprendiz de cocina a una mansión manejada por Nicole, una cocinera con ínfulas de realeza y experta en cocina francesa. Todos los hervores se dan en esa cocina, en espacio que solo comparten Elisa y Nicole.

“Cocinando con Elisa” cuenta, bajo sus ironías, burlas y gags, la expropiación de niños durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. 

Elisa es interpretada por Jimena Semiz, que decidió dejar su pasión por el canto de lado para incursionar en el teatro. Jimena es cantante lírica y profesora de canto en la UNCUYO. En su primera experiencia en el escenario solo con texto, no se notan los nervios del debut: se mueve, se retuerce y nos hace sentir en carne propia el sufrimiento de la pobre empleada. Elisa somos todos.

La pérfida Nicole encarna en Silvia del Castillo, actriz y dramaturga reconocida en la provincia. Su figura se pasea por el escenario con elegancia y malicia. Nicole es la representación de la peor clase social del país: maltrata a Elisa constantemente y le recuerda que siempre va existir alguien por encima de ella. Del Castillo realiza su trabajo de una manera tan sublime y pro (como dirían los millennials de la sala) que uno no sabe si amarla u odiarla.

La densidad de la obra recae sobre estas dos excelentes actrices que crean una atmósfera terrible que sugestiona a la audiencia. Alfred Hitchcock decía que algo más importante que la lógica era la imaginación; “Cocinando con Elisa” también tiene esta premisa. Con mucha confianza, nos dan el papel de público activo, el que tiene que imaginar los paisajes, los sonidos, los olores y todo lo que se cocina en esa casona de estancia. 

Resulta una obra para todos: “¿Cuándo dan la segunda parte?", pregunta una niña de doce años que se acerca a las actrices luego de la función. Por supuesto, todo el equipo de producción está satisfecho de atraer a un público no habitual para este tipo de género, espectadores más acostumbrados a las miles de temporadas sin misterio y anodinas que ofrecen las plataformas de video on demand que a una experiencia directa con el arte.

Para los que llegaron hasta acá, les damos una información de último momento: “Cocinando con Elisa” vuelve a la Nave Cultural el 22 de agosto. ¡Que veinte espectadores sorprendidos sean cien!

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Cocinando con Elisa

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