Con nuevas bases para acceder a fondos, el sistema científico está otra vez en alerta

Desde la Agencia I+D+i, que financia gran parte de los proyectos de ciencia en el país, comunicaron que dieron de baja las convocatorias PICT 2022 y 2023. En cambio, modificaron la propuesta de subsidios. Son montos más abultados, pero con oferta reducida. Vanessa Galassi, investigadora de Conicet y e integrante de la FCEN-UNCUYO, nos brindó su análisis.

Con nuevas bases para acceder a fondos, el sistema científico está otra vez en alerta

Las y los científicos de la Argentina están otra vez en pie de lucha por mayor financiamiento. Imagen publicada en ciicti.org

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Ezequiel Derhun

Publicado el 19 DE DICIEMBRE DE 2025

“Los PICT tenían la característica de acompañar el desarrollo científico de los investigadores, lanzando líneas de investigación transversales a todas las áreas de las ciencias”, comentó con resignación Vanesa Galassi, investigadora adjunta de Conicet. Sucede que, al cierre de 2025, el Comité Directivo de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) decidió dar de baja las convocatorias 2022 y 2023, lo que cayó mal en la comunidad científica nacional. En paralelo, cambió las bases y reorientó los subsidios para que ingrese con más fuerza el sector privado.  

Ahora bien, ¿qué son los PICT y por qué hay tanto enfado con esta medida? Los proyectos PICT son una línea de subsidios que otorga la Agencia I+D+i a través del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT). El objetivo es financiar proyectos de alto impacto científico y/o tecnológico en todas las áreas del conocimiento, incluyendo ciencias básicas, aplicadas, humanas y multidisciplinarias. Desde el campo científico defienden este sistema de subsidios, que, insisten, sostienen las líneas de trabajo que tanto costaron conseguir y que han logrado una serie de reconocimientos a nivel internacional. 

En síntesis, con el objetivo de cambiar las bases de financiamiento para proyectos científicos y tecnológicos, el Ejecutivo nacional anuló los proyectos PICT 2022 que, con retraso, ya se habían adjudicado, y anunció que cerró definitivamente la convocatoria 2023.  

“Eliminar este instrumento que era troncal para el desarrollo de la ciencia argentina va a conllevar a que, de aquí a cinco o diez años, no haya posibilidad de tener desarrollos tecnológicos, porque los desarrollos científicos llevan tiempo”, comentó Galassi, quien agregó que los PICT tenían la característica de que también financiaban becas de doctorado y de posdoctorado. “O sea, proyectos para grupos en formación, ya que no solo pedías fondos para investigación, sino que podías pedir algunos recursos humanos”. 

Claro está que la medida anunciada por la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (que depende de Jefatura de Gabinete) fue mal recibida por distintos protagonistas del campo científico tecnológico. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) fue uno de los tantos organismos nacionales que expresaron su rechazo. “La falta de financiamiento ha generado un grave deterioro en múltiples áreas estratégicas de trabajo, arriesga la continuidad de proyectos, la formación de recursos humanos y la estabilidad institucional del sistema científico. Privar al país de un instrumento central de financiamiento competitivo significa dejarlo sin una política científica activa y sostenible”. 

Asimismo, las y los directores y vicedirectores de los Centros Científicos Tecnológicos (CCT) del Conicet de todo el país manifestaron: “El sistema científico-tecnológico argentino es vasto y complejo, compuesto por organismos de ciencia y técnica tales como Conicet, INTA, INTI, CNEA, Universidades Nacionales y la Agencia I+D+i. Este sistema es un activo estratégico de la Nación que no puede operar y generar valor sin un financiamiento público sostenido”. 

Parte de la fachada de ingreso al CCT de Mendoza. Foto: Unidiversidad 

El rol de la inversión privada 

En el mundo de la ciencia hay algo muy difícil de refutar: las investigaciones llevan tiempo y demandan capacidad para asumir riesgos. Esto sucede también en países desarrollados con larga trayectoria en la avanzada científica y que, incluso, tienen intervención del ámbito privado. En Argentina, por diversas razones, es muy difícil que el sector privado asuma ese riesgo. 

“Está la utopía de que el sector privado financie el desarrollo científico desde sus etapas iniciales, en el ámbito de las ciencias básicas, pero no funciona así en el mundo. No funciona acá, no funciona en Europa, no funciona en Estados Unidos. Necesariamente tiene que haber un acompañamiento del Estado, para luego sí salir con un desarrollo más consolidado y que esa investigación pueda traducirse en desarrollo tecnológico”, explicó Galassi. Como investigadora de Conicet estuvo especializándose tres años en el exterior y allí pudo corroborar que el mecanismo se ejecuta así, con un peso determinante de fondos públicos.  

Vanesa Galassi (al centro), junto a parte del equipo dee ICB-Conicet que funciona en la FCEN- UNCUYO. Foto: gentileza FCEN

Galassi, quien está a cargo de la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCUYO, remarcó: “No hay cultura del sector privado en invertir. Ni en Argentina, ni en gran parte del mundo”. 

Este foco sobre el sector privado tiene que ver con la impronta que la Agencia I+D+i puso en la renovada línea de financiamiento, que, según el comunicado oficial, “optimiza la convocatoria de PICT poniendo fin a un modelo que diluía los recursos en una multiplicidad de proyectos a los que se les adjudicaban montos que resultaban insuficientes para el desarrollo de iniciativas científicas y tecnológicas”. 

Desde la Agencia I+D+i indicaron que su nuevo objetivo es lanzar, por un lado, la línea de Apoyo a la Investigación Científica (AIC), con montos de hasta U$S 200.000  y, por otro lado, las convocatorias STARTUP 2025, que consisten en tres líneas cuyo objetivo es financiar proyectos de base tecnológica y alto potencial productivo. Con montos, dependiendo del nivel de madurez de cada desarrollo que van desde USD 150.000 a los USD 500.000.

La científica indicó que originalmente “eran proyectos a tres años, de unos pocos miles de dólares. Lo que quieren hacer hoy es pasar a proyectos del orden de USD 200.000. Multiplicaste por 100, pero redujiste a 50 proyectos a en todo el país. Lo cual quiere decir que solo 50 grupos van a tener el acceso a esos fondos que son sustanciosos. Si bien esos fondos son del orden de lo que se otorga en otras partes del mundo, es el único instrumento para financiar la ciencia en general, en todo el país. Significa que no va a haber ni un proyecto por universidad (en Argentina hay más de 60). En todo el CCT Mendoza va a haber un proyecto financiado”. 

A su vez, se suma otro requerimiento y es que una de las condiciones para que el financiamiento avance es un aporte del 20 % del monto total del subsidio por parte de un socio privado.  

En este sentido, desde la FCEN emitieron un comunicado en sintonía con otras organizaciones científicas: “La sustitución de este instrumento por convocatorias focalizadas en sectores específicos, aun reconociendo la importancia estratégica de áreas como agroindustria, salud, energía o minería, implica un riesgo concreto de debilitamiento de la ciencia básica y de aquellas disciplinas cuyo impacto no es inmediato ni fácilmente previsible”. 

El desafío de sostener el prestigio ganado 

“En el exterior nos miran con mucha admiración, porque miran cómo con el uso racional de los pocos recursos que tenemos hemos generado ciencia de altísima calidad en Argentina. Tenemos un sistema científico con mucha potencia a nivel internacional. Destruirlo así...”, dijo con tristeza Galassi, que ve peligrar el ecosistema logrado por científicos y científicas a lo largo y ancho del país. 

“El sistema científico nunca fue la panacea. Los salarios científicos siempre fueron no competitivos, pero hay muchas vocaciones. Muchos estamos en el sistema científico porque tenemos una real vocación por desarrollar ciencia”, comentó la investigadora que realizó sus estudios de grado en la UNC.  

Por último, Galassi dijo que no le consta que el sistema científico haya atravesado una situación como esta en otra época. “No hay ninguna respuesta. Veo que autoridades de la UNCUYO están haciendo tratativas para mejorar el diálogo (con autoridades nacionales), pero no hay una voluntad de apoyar al sistema científico”. 

Un futuro cercano complejo 

Según un informe de EPC-CIICTI sobre el proyecto de presupuesto 2026, se sigue vulnerando la Ley 27.614 de Financiamiento de la Ciencia en el Presupuesto 2026.  

“La Función Ciencia y Técnica -en la que se concentra la mayor porción de la inversión estatal en el sector- caerá un 7,2 % en términos reales contra 2025. De este modo, totalizará un descenso del 46,4 % desde que Javier Milei asumió la presidencia de la Nación”, subrayó el informe. 

En este contexto complejo, la Red de Directores de Centros Científicos Tecnológicos del Conicet elaboró la siguiente propuesta: 

  • Restablecer y honrar los compromisos de la convocatoria PICT 2022, en la que trabajaron cientos de personas en su evaluación y se depositaron planes de investigación científica y desarrollo tecnológico de alto valor estratégico para Argentina. 
  • Reabrir y garantizar convocatorias como PICT 2023. 
  • Mantener y fortalecer una modalidad de financiamiento que sea plural y federal, que reconozca explícitamente la crítica necesidad de inversión en ciencias y en todas las áreas del conocimiento. 

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