Cuando la Universidad sale a la calle

¿Es posible formar actores comunitarios en Mendoza mediante la educación artística en la universidad?

Cuando la Universidad sale a la calle

Sociedad

Formación de actores comunitarios

Especiales

Por Nicanor Albornoz, becario de Prensa de la Facultad de Artes y Diseño

Publicado el 15 DE FEBRERO DE 2016

El aprendizaje comunitario constituye una valiosa oportunidad para el estudiante de relacionarse con su entorno y conocer su problemática, generando alternativas de solución a partir del aprendizaje obtenido durante toda su carrera, formándose como un ciudadano responsable socialmente. En este sentido, se promueve una multiplicidad de relaciones educativas (docente-estudiante, estudiante-docente, estudiante-estudiante) que son desconocidas en la pedagogía tradicional. Además, y esto es fundamental, se agrega un nuevo actor educativo, el actor comunitario, que es portador de saberes, capaz de aprender y enseñar desde la experiencia.

Últimamente se han puesto en foco diversas actividades que recalcan la necesidad de poner a los estudiantes de Artes y Diseño en contacto con la realidad de la Provincia, y no solamente como expositores, sino como transformadores. En este marco, la charla “Hacia una nueva reforma universitaria”, realizada el último 25 de septiembre en la Facultad de Artes y Diseño pone en el centro de la escena la cuestión de si el arte finalmente es la herramienta de transformación social que se pretende, y, sobre todo, si los estudiantes de Artes son, a fin de cuentas, actores comunitarios.

La Facultad de Artes y Diseño lleva adelante, por medio de su área de Extensión, proyectos que buscan llevar adelante acciones concretas para trabajar desde las expresiones artísticas un abordaje a las problemáticas sociales. Los proyectos son financiados por el Área de Articulación Social e Inclusión Educativa, que depende del vicerrectorado. Analizamos con los estudiantes sus experiencias con estos proyectos en su transcurso por la Universidad.

“He participado de proyectos sociales artísticos, pero fuera de la facu. Fue una actividad en un barrio de Godoy Cruz, pero lo organizamos con compañeros de manera independiente. Estaría bueno que otros pudieran tener estas experiencias de la mano de la Universidad ,creo” (Guillermo, 25, estudiante de Música Popular).

“Están buenos esos proyectos, tengo amigos que han participado… Pero como no es imprescindible para rendir, por ahí te atrasás, prefiero enfocarme en las del plan… ya demasiada larga la estoy haciendo…” (Franco, 24, estudiante de Artes Visuales).

Es que uno de los mayores impedimentos para la vinculación de los estudiantes en un proyecto de índole social es la necesidad de priorizar las materias de su currícula, cuestión que no deja tiempo “libre”, que se considera necesario para involucrarse en extensión. “Quizá haga algo referido al tema. Primero voy a ver cómo llevo las materias para el año que viene, y si da, sí. Sé que te da puntaje si quiero aplicar a una beca después” (Emiliano, 22, estudiante de Diseño Industrial).

“Sería interesante, al menos como optativa. No sé otros, pero yo trabajo en el taller todo el día y por ahí ni estás pendiente de que otro arte se genera afuera…en la calle, en los barrios…y eso en realidad te deja como 'colgado' del resto de la gente, que no entiende nada de lo que hablás” (Emilia, 24, estudiante de Diseño Escenográfico).

“He colaborado con uno de los proyectos hace un tiempo, como en 2009, pintando murales para escuelas públicas. Fue una experiencia buenísima porque estás fuera del taller, que es otro mundo. Estás ahí y ves las reacciones de la gente, que, creo, es el fin último de hacer arte, recibir algún tipo de respuesta del otro con el que te comunicás” (José, 27, estudiante de Artes Visuales).

Por otro lado, tuvimos la posibilidad de escuchar el testimonio de una receptora de estos proyectos: 

“Yo pasé mi infancia en la Dinaf, no sabés, los malos tratos no son solamente de la gente que trabaja ahí, mis compañeras eran reagresivas, entonces todo era así … reviolento, pero yo me prendí en un proyecto de arte que teníamos con un profesor. Eso me salvó. Nos daba clases de teatro y de danzas, me encantaba, me prendí tanto que eso me salvó. Porque esa era la salida. Ahora vivo sola pero nunca dejé de buscar esas actividades, hice varias vendimias y ahora voy a tango y a teatro. Y trabajo, claro, tengo que buscar donde sea gratis o barato. Pero ya no lo puedo dejar porque no me olvido de que eso me salvó” (María, 35 años, empleada de comercio).

Proyectos de música, diseño, teatro y artes visuales se han generado con este fin, el de permeabilizar la facultad y generar retroalimentación con los saberes y expresiones artísticas populares, recordando que el arte es a fin de cuentas comunicarse con el otro.

En este escenario es en el que se discute la incorporación de las prácticas sociales educativas a los planes de estudio, esto es, como una materia más, cosa que se ha logrado en otras unidades académicas, como Ciencias Políticas. Uno de los puntos que se pretende abordar con ello es la necesidad de que la facultad sea generadora de profesionales integrales, capaces de resolver en el taller problemáticas que involucren al resto del tejido social.

 

 

Por Nicanor Albornoz, becario de Prensa de la Facultad de Artes y Diseño