El pasado jueves 10 de octubre desde la Universidad iniciamos la trasmisión de prueba de Señal U, el canal de Televisión Digital Abierta de la UNCUYO. Esta fecha fue elegida no por mero azar, sino por cumplirse el cuarto aniversario de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, sancionada por nuestro Congreso Nacional. A partir de aquí, me gustaría compartir una serie de reflexiones, no solo en carácter de uno de los responsables institucionales de este hito histórico, a mi entender, para la televisión argentina, sino también como militante político que trabaja y crece en nuestra querida Argentina.

• El hecho mencionado, considero, es un paso más en la realización de un proyecto político de país productivo, inclusivo, federal, con fuerte eje en el trabajo, la ampliación de derechos, la democratización, la educación y la cultura... Proyecto que, con avances y retrocesos, con contradicciones y con bemoles, sigue siendo la mejor opción que tiene el pueblo argentino para poner los cimientos de un futuro mejor en el siglo XXI. 

• También es un paso más en una política de medios de comunicación audiovisual que a veces, en el fragor de los enfrentamientos con el grupo Clarín, para posibilitar que todos los actores se adapten a las disposiciones de la ley, queda opacada y que en realidad excede largamente las confrontaciones con el grupo. Aquí se podría reseñar el nacimiento de canales de calidad en sus contenidos y de producciones locales que han permitido recuperar el espacio audiovisual como un espacio para que el pueblo argentino pueda reflexionar sobre su propia identidad cultural, sobre su propia historia y sobre sus propias posibilidades futuras, sobre nuestra riquísima diversidad y al mismo tiempo sobre aquello que también nos hace falta para ser parte de un mismo proyecto de país.

• Un paso más en la valiente y persistente política que hace más de once años decidió adoptar la UNCUYO (con un colectivo referenciado en María Victoria, Arturo y Gustavo, acompañados por mujeres y hombres) que ha consistido en asumir un rol cada vez más comprometido con nuestra comunidad, donde intenta aportar desde los distintos saberes al desarrollo de la provincia, de la región y de nuestro país.

•  Una utopía más, que se ha convertido en realidad junto a mis compañeras y compañeros de militancia que desde hace unos años venimos trabajando por una Universidad nacional, popular, inclusiva y democrática, que sostenga un proyecto educativo de calidad y pertinente para la mejora permanente de la calidad de vida de nuestro pueblo.

En este camino considero que estamos, en este camino que recién iniciamos, en este camino en el que falta mucho recorrer. Aquí estamos los jóvenes para, desde donde nos toque, poder aportar a un futuro mejor, con mayor inclusión social y más desarrollo para nuestro Pueblo Argentino.