Los smart toys pueden poner en riesgo la seguridad de los chicos

Cada vez es mayor la oferta de juguetes inteligentes que utilizan Internet para interactuar con los niños. Especialistas advierten que esos dispositivos son susceptibles a ciberataques y ser usados como herramientas de espionaje.

Los smart toys pueden poner en riesgo la seguridad de los chicos

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Unidiversidad

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Publicado el 17 DE AGOSTO DE 2017

Peluches conectados a la nube, capaces de responder cualquier tipo de pregunta. Muñecas que graban conversaciones e incluso una Barbie con cámara de vídeo camuflada en el collar y pantalla LCD en su espalda para ver las grabaciones que hacen los niños. La oferta de smart toys o juguetes inteligentes representa un segmento de la industria juguetera que cada año acapara una mayor parte del mercado. Se trata de juguetes de alta sofisticación capaces de interactuar con sus usuarios, listos para dar y recibir información sin importar la edad y la inocencia de ese usuario.

Por eso son cada vez son más los especialistas en seguridad informática que creen necesario alertar a los padres sobre los riesgos que este tipo de juguetes pueden representar. El 17 de julio el FBI emitió un comunicado que en Argentina pasó inadvertido, pero que tomó los portales de la mayoría de los medios estadounidenses. “Los juguetes conectados a Internet pueden por en riesgo la privacidad y la seguridad de los niños”, rezaba el mismo, y enunciaba una serie de medidas de prevención ser tomadas por los padres para mantener a sus hijos a salvo.

Suena a paranoia, pero hay antecedentes. El 14 de noviembre de 2015 la empresa juguetera Vtech saltó a la fama cuando un hacker dejó al descubierto los datos de 5 millones de padres y más de 200.000 niños. Los atacantes se hicieron con nombres, direcciones físicas, contraseñas y correos electrónicos de un público especialmente sensible, debido a la presencia de menores de edad.

La lista sigue con el caso de “Hello Barbie”, la muñeca de Mattel provista de un sistema de inteligencia artificial provisto de un sistema de inteligencia artificial gracias al cual podía hablar con la dueña mediante un micrófono escondido en su collar. El juguete contaba con una imprevista falla de seguridad que lo hacía conectarse con cualquier red wi-fi que contuviera en su nombre la palabra “Barbie”, sin más comprobaciones ni contraseñas.

Y más recientemente la nota la dio Cloud Pets. Los Cloud Pets son peluches con forma de perro, gato, oso, elefante y hasta unicornio. Fueron pensados para que el niño nunca se sienta solo. Cuentan con un sistema que se conecta al celular de los padres, para que desde allí ellos graben su voz y luego la reproduzca el peluche.

En febrero Troy Hunt, una de las eminencias mundiales en cuestión de ciberseguridad, descubrió que más de 2 millones de esas grabaciones -incluidas grabaciones de niños que también querían escuchar su voz en el peluche- se habían filtrado a la red. Junto con esas grabaciones, además, estaban las 820.000 credenciales que los padres utilizaban para acceder desde el celular al juguete: nombres, apellidos, direcciones de correo, números de teléfono y nombres de los niños, junto con las palabras que los niños encontraban familiares, todo a disposición de cualquier interesado con acceso a Internet.

Sin embargo, los juguetes inteligentes no representan un riesgo en sí. Lo importante es conocer los protocolos de seguridad que los resguardan y saber cómo interactuar con ellos. Prácticamente las mismas medidas que debería tomar cualquier adulto cuando permite que un niño acceda bajo su supervisión a internet. Los fabricantes de juguetes inteligentes deben comunicar a sus clientes cómo funciona el sistema que da vida a sus productos, y los padres deben procurar entenderlo a fin de estar al tanto de cuál será el regalo que harán, por ejemplo, el próximo Día del Niño.

 

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