Cada 1.° de octubre se celebra el Día Internacional del Café en homenaje a todas las personas que participan de la elaboración de esta popular infusión en distintas partes del mundo. Así lo dispuso la Organización Internacional del Café (OIC) en el año 2015. Datos y curiosidades de esta famosa bebida.

En la mañana, por la tarde o compañero durante la noche, el café está siempre presente en la vida diaria de millones de personas. Por eso, en un único día, la organización busca reconocer a quienes en todo el mundo "trabajan duro para crear la bebida que tanto nos gusta”.

El cafeto es originario de la provincia de Kaffa, en las tierras altas de Abisinia, actual Etiopía, donde crece de forma silvestre. Las cualidades energéticas del café ya eran conocidas por la tribu Galla de Etiopía en el siglo XI, que lo mezclaba con grasa animal. Luego, fue introducido en Arabia, de donde se expandió al resto del mundo con el dominio turco de Anatolia.

Actualmente, son más de 50 países los que producen esta bebida. Entre los más famosos se encuentran Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia y Etiopía.

La planta se cultiva principalmente en países tropicales y subtropicales. Brasil concentra poco más de un tercio de la producción mundial. Los granos del café son uno de los principales productos de origen agrícola que se comercializan en los mercados internacionales y a menudo suponen una gran contribución a los rubros de exportación de las regiones productoras.

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Según la OIC, el café nunca gozó de tanta popularidad como ahora. Calculan que se consumen 3000 millones de tazas diarias a nivel global y es la segunda bebida más consumida después del agua.  

Este hecho podría estar íntimamente relacionado con sus variedades y las diferentes formas de tomarlo: lattes, frappuccinos, café frío, espresso, lo que lo convierte en una bebida versátil que se adapta al gusto de muchos.

Antes de llegar a la taza, el café pasa por diferentes etapas. Estas son: plantación, cosecha, procesamiento, curado, degustación, tueste, molido y preparación.

La cafeína es el componente más importante del café y el psicoactivo más consumido del mundo. En cuanto alguien toma un café, la cafeína actúa en el cerebro bloqueando un neurotransmisor, la adenosina, que hace que aumenten otras sustancias como la dopamina o la norepinefrina, que aceleran la actividad cerebral.

Es por esto que los especialistas, como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), advirtió que su consumo no debe superar los 400 mg de cafeína al día. En el caso de las personas embarazadas o que estén dando de mamar, el límite seguro es de 200 mg diarios, unas tres tazas al día.